Todos han entrado al trapo. ¡Zapatero, torero!

Imagen: Territorio Vergara publicado en Público.es

Sorprende observar la ingenuidad con la que se desenvuelve en la actualidad, un amplio sector de lo que se autodenomina “ auténtica izquierda” española. Mientras los allegados a la citada influencia política cabeceaban la siesta angelical semiburguesa de los que se mueven en la paranoica contradicción del que quiere pero no puede, tratando de vivir y experimentar las realidades contagiosas del nacionalismo insolidario y las patochadas despistantes de los neoliberales del gobierno, mientras –repito- la izquierda que se autocalifica de redentora de los males que amenazan y aquejan a la clase trabajadora, jugaban al juego que más les gusta y que mejor se adaptan, o sea, el de ganar a “progres” y modernos, al mismísimo PSOE, mientras entraban al capote que les tendía éste acorralado partido, para desviar la atención que merecía el importante debate que se dilucidaba en el parlamento: la nueva reforma laboral, por la que cualquier empresario podrá ponernos en la calle, cuando quiera o apetezca.

Todo esto se cocía, en el plazo de sólo dos días, en el parlamento de Madrid, debido a la urgencia del inminente comienzo de las vacaciones, mientras la mayoría de blogs que gravitan alrededor de IU se felicitaban y celebraban -¿tal vez, como los nacionalistas catalanes de derechas y los nuevos nacionalistas de izquierdas?- con fue de pato, criados amorosamente en la civilizada Francia, hasta hacerles reventar los hígados, o bien con frescas ostras, chorrito de limón, que las haga encogerse, incluido, y engullidas crudas, o tal vez con un buen chuletón de buey y butifarra de cerdo, que consiguen redondear los cuerpos de manera semejante a como los exhiben los izquierdosos nacionalistas de Ezquerra?

Mientras nuestra escasa izquierda jugaba al triste juego de ser más pijos y nacionalistas que los propios pijos del PSOE y nacionalistas catalanes, en Madrid se consumaba la mayor agresión –desde hace más de veinticinco años- contra los derechos laborales de los trabajadores, todo a manos de Zapatero -el peor enemigo que ha padecido la clase trabajadora desde que conseguimos la democracia- gracias al apoyo decisivo que les ofrece, siempre que su partido homólogo se ve en peligro para sacar adelante cualquier iniciativa que les beneficie, los defensores de los derechos de los animales, o sea, CIU y PNV (con este último, pensaba hacer la revolución, un alto dirigente de EB), lista en la que, desgraciadamente, no entramos los sufridos trabajadores.

Pero al partido en el gobierno se le podrá acusar de no ser socialista, ni obreo, ni español, pero no de tarado (pregunto de paso, entonces ¿para qué coño se llama Socilista, Obrero y Español, un partido que le da repelús el mundo del trabajo, hace políticas de derechas, siempre obedeciendo los dictámenes de los potentados, y ahora, reconvertido en el más nacionalista de todos los grupos?). La estrategia de la desinformación y el arte del capote, la manejan a la perfección. Son capaces, en los momentos más difíciles –y este de la reforma laboral, lo era- de llevarse a todos los políticos “becarios” al huerto y lograr enmascararse, bajo cualquier fruslería, que atraiga la atención política e informativa y les saque del atolladero.

De esa ingeniosa manera, la atención de la izquierda salvadora no estaba esos días en la carrera de San Jerónimo –que es donde hace tres décadas hubiera estado-, manifestando su malestar y su protesta, y no, pendientes del resultado del carnaval que se celebraba, esta vez no en el Gran Teatro Falla, sino en un parlamento regional, donde lo que se dilucidaba, no era la prohibición del maltrato animal, sino dar –a la chita callando- otro paso más en el proceso de independencia en el que han entrado, deseo éste que comprendo y apoyo, pero con el que no coincido en la táctica ni en la estrategia. Lo he dicho infinidad de veces. España no tiene razón de ser. La grande y libre que un día –dicen- fue, no se mantiene hoy, pues un estado que se forjó a base de sangre y espada, no tiene legitimidad ni consistencia histórica. Además, los diferentes pueblos que componemos este país irreal, nada tienen que ver unos con otros, y lo que me parece más grave aún, cada día que pasa, queremos tener menos vínculos comunes. Cuando la madeja de lana se enreda, cada intento que haces por desenredarla, complica mucho más la situación. No hay peores enemigos que los que han tenido que vivir forzosamente juntos, por un periodo de tiempo considerable. Desde hace algunos años, la política ha entrado en una tendencia de banalización e incoherencia ideológica, que si San Lenin no lo remedia, irá agravándose cada día más. La izquierda ha logrado superar antiguos complejos ideológicos que les limitaba e impedía ser modernos y nos encontramos, al fin, hoy, con la paradoja de comunistas que procesionan de nazarenos en Semana Santa (hace unos meses me enviaba un correo electrónico, un exconsejal de IU, de un pueblo de Sevilla, en el que me comunicaba que “ ya lo único que me queda, es abandonar la coalición, porque me da vergüenza que el alcalde salga en las cofradías, y esté presente en todos los actos religiosos que la iglesia celebra”), ven con buenos ojos el consumo de estupefacientes, son pijos, nacionalistas, ecosocialistas, y “sostenibles”, todo aquello que negaban los creadores de las teorías en las que, se supone, se fundamentan ideológicamente, estos políticos de izquierdas.

Lo cierto y claro es que, de nuevo, Zapatero, y su camarilla reaccionaria, vuelven a meternos un gol por la escuadra, haciéndole el trabajo sucio al PP, para que dentro de unos meses, cuando gobiernen, no tengan problemas difíciles de solucionar con las masas, y la despistada izquierda, la única esperanza que les queda a la clase trabajadora, durmiendo el sueño de los benditos o mirando para donde no está su sitio. Se entiende a la perfección que sean un grupo en peligro de extinción. Cada día se encuentran más perdidos, sólo basta con darse una vuelta por los blogs de algunos de sus miembros: el desconcierto y la falta de visión política es completa.

P.D.

Declaraciones de un impresentable que se piensa que todo el mundo está "sonao" y sin seso. "La reforma laboral se ha hecho para evitar despidos". (Zapatero) ¡¡¡¡¡¡¡¡