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miércoles, 31 de octubre de 2012

Mario Benedetti: Selección de Haikus







Estoy convencido de que  no serán ni los mejores del libro, ni los más logrados, ni los má representativos, pero con la literatura, me ocurre igual que con la música y la pintura, no siempre lo más aceptado es lo que más me atrae, por ello, en esta selección de Haikus del libro, "Rincón del Haikus" de Mario Benedetti, uno corre el riesgo de "atentar", moderadamente, de personalismo. Pero ¿quién -en sus  cotidianos actos del día-,  no peca de individualismo?




Selección de Haikus 

1
si en el crepúsculo
el sol era memoria
ya no me acuerdo

2
la muerte invade
de vez en cuando el sueño
y hace sus cálculos

4
por si las moscas
hay profetas que callan
su profecía

10
después de todo
la muerte es sólo un síntoma
de que hubo vida

11
las hojas secas
son como el testamento
de los castaños

16
hay pocas cosas
tan ensordecedoras
como el silencio

18
los hombres odian
presumen sueñan pero
las aves vuelan

25
me gustaría
mirar todo de lejos
pero contigo

26
no sé tu nombre
sólo sé la mirada
con que lo dices

34
cuando la pena
proviene del candor
puede ser dulce

35
dame cobijo
con toda la ternura
que te he prestado

46
pasan la nubes
y el cielo queda limpio
de toda culpa

52
si me mareo
puede que esté borracho
de tu mirada

60
quién lo diría
los débiles de veras
nunca se rinden

67
los apagones
permiten que uno trate
consigo mismo

77
llueve sin ruido
pero bajo el paraguas
funciona el beso

96
si el corazón
se aburre de querer
para qué sirve

125
como aventura
sólo queda arrimarnos
al horizonte

141
cuando se empaña
el vidrio arma el paisaje
que a mí me gusta

174
no más rodeos
prefiere que la besen
a quemarropa

175
para embriagarse
no hay nada como un cuerpo
de esta cosecha

182
resucitar
es tan difícil como
morir con ganas

190
el amor núbil
puede nacer a veces
de un parpadeo

192
vuelve señora /
tras la aduana del beso
vendrá el tuteo

198
qué linda época
aquella en que decíamos
revolución

199
hace unos años
me asustaba el otoño
ya soy invierno

202
me compré un tango
en le kiosco de adioses
del aeropuerto

203
se venció el plazo
la conciencia te aguarda
con tres querellas

204
una mirada
puede tener la fuerza
de un esperpento

211
¿romperse el alma?
ojo / para las almas
no hay accesorios











martes, 30 de octubre de 2012

Las aristas de los dioses









El gran defecto de los humanos –es una apreciación personal- radica en la susceptibilidad de nuestro carácter. Cualquier cosa que nos hagan –aunque nosotros las llevemos haciendo toda la vida- nos escuece y molesta de una manera sobrenatural. Esta “afectación cutánea” -que está directamente ligada a nuestra percepción emocional-, refleja a las claras, el individuo soberbio que llevamos dentro, el ser egocéntrico que pretende que el sol caliente sólo para él, y que el giro rotatorio del mundo no se entiende, si no es para nuestro solaz sueño nocturno y su agradable amanecer.

Todo existe en función nuestra, el otro, el de enfrente, el que pasa junto a nosotros, sólo es un objeto decorativo circunstancial, puesto en servicio para enaltecernos, darle sentido a la mediocridad que nos envuelve cada día, y tener a mano –cuando la necesitamos- la excusa infalible del contrario, del paralelo, del desconvergente, por si acaso alguna vez nos ponemos auto críticos –cosa harto rara- y caemos en la tentación de recriminarnos.

No totelaramos ni consentimos a los demás siquiera el uno por ciento de los errores que cometemos nosotros. El rasgo que más nos caracteriza y define es aquel que muestra lo intransigente que somos con los demás y lo permisivo con nosotros. Somos descaradamente indulgentes con nuestros actos, todo lo opuesto a la actitud que mantenemos con los otros, a los cuales les exigimos la rotunda perfección en los detalles, sin ningún margen de error, so pena de herirnos en la profundidad del alma y, por lo tanto, recibir de nosotros –persona rectas, perfectas, ecuánimes, "semidioses"- todo el desafecto y la desatención que merecen.

Nacimos para estar siempre entre algodones, enganchados al dulce pecho de nuestras madres, esperando la benignidad de sus atenciones, cubriéndonos mientras dormimos, silenciosamente, las noches de invierno con la manta que hemos tirado al suelo. Necesitamos que nos estén diciendo constantemente lo maravilloso que somos, la suerte que han tenido al encontrarnos en su camino, porque de lo contrario, el muñeco, el adorno navideño al que soportamos de vez en cuando, pronto dejará de interesarnos y correremos a inventar una argucia emotiva para excusar su expulsión de nuestra vida y sustituirlo por otro personaje novedoso que, de momento, sea más interesante y atractivo, todo debido al efecto misterioso que produce en nuestra volubilidad emocional, el acicate del desconocimiento.

El gran defecto de las personas –es sólo una apreciación mía- es que somos más imperfectos de lo que nos creemos y que, sobre todo, somos patéticamente humanos. Tanto buscar en las alturas para luego caer tan bajo. Para este viaje no  necesitábamos alforjas.





lunes, 29 de octubre de 2012

Luis García Montero, "El narcisismo como enfermedad política"








En  este artículo, Luis García Montero reflexiona sobre los errores cometidos en la transición española -esa etapa incómoda y lastrante de nuestra historia que siempre suele resurgir cuando analizamos los males actuales-, y los, muy probables, que cometamos si seguimos empeñados en caminar con el antifaz puesto. La mayor parte de nuestra vida nos movemos  a impulsos del corazón, muy pocas como resultado racional de nuestra cabeza, por tal motivo seguimos corriendo el riesgo -a pesar de las experiencias adquiridas- de volver a tropezar en la misma piedra: el romanticismo político y la incoherencia pragmática.





El narcisismo como enfermedad política 

Los errores propios se suelen pagar en política de un modo más cruel que los aciertos del enemigo. El narcisismo es una fuente de errores, porque impide la madurez en la decisión y suele actuar con un procedimiento envenenado: convierte nuestras virtudes en defectos. El tiempo pasa, pasa también la historia y tardamos en descubrir o asumir el error. La reflexión política se mezcla con los sentimientos y la intimidad ideológica.
El error fundamental de la izquierda española para definir una postura en la Transición del franquismo a la democracia fue no haber facilitado antes que nada una renovación clara en la dirección del Partido Comunista. Recuerdo el orgullo con el que fui a votar en las primeras elecciones una opción encabezada por Santiago Carrillo, Dolores Ibárruri, Ignacio Gallego y Rafael Alberti, mi maestro. Tardé años en aceptar que fue un verdadero disparate que el Partido se presentase en los años setenta a unas elecciones con nombres que venían de la República, la Guerra Civil y el exilio, sin contacto ninguno durante décadas con la realidad española. Y el disparate fue doble. No sólo se volcaba la responsabilidad en gente del pasado cuando el país quería comenzar una nueva ilusión, sino que se desperdiciaba la oportunidad de contar con una parte decisiva de los mejores jóvenes y profesionales de entonces, muy cercanos al Partido.
¿Falta de generosidad de los mayores? ¿Falta de ambición de los jóvenes? No, fue una reacción narcisista que convirtió nuestras virtudes en defectos. Teníamos motivos para estar orgullosos de la historia, para homenajear la labor de nuestros mayores en los años más duros de lucha contra el dictador, y nos sentíamos, además, parte de un relato digno, más importante que la mercadería electoralista y las tácticas de la política entendida como farsa. El narcisismo nos impidió descubrir que detrás de ese orgullo se agazapaba el error. Se perdía la conexión con la realidad del país y, sobre todo, se daba la responsabilidad de negociar la Transición a gente que tenía en la cabeza la España de 1936 y no el verdadero país que Franco había dejado a su muerte. Muchas de las decisiones que se tomaron sobre la monarquía, el olvido de los crímenes y la herencia del caudillo respondían a la mentalidad de unos grandes personajes que todavía pensaban en la dicotomía de la guerra y la paz, los militares y la libertad, y no en las posibilidades de una democracia social y republicana en 1978, en el contexto europeo del capitalismo avanzado.
La falta de madurez de la izquierda española impidió que el Partido de los jóvenes, el Partido del interior, dirigiese la historia hacia otro rumbo.
Detecto también rasgos de narcisismo en las discusiones políticas de la izquierda motivadas por la crisis económica actual, el deterioro de la democracia y la aparición de nuevas formas de rebeldía en movimientos como el 15-M. Hay muchas virtudes en el 15-M. La denuncia de la política institucional que se separa de la calle, la crítica a las cúpulas de unos partidos acostumbrados a confundir el bien del país con el interés de los poderes financieros y la superación de la dialéctica bipartidista, tan ruidosa como superficial, abren perspectivas muy importantes. De mucho valor son también las exigencias de una democracia real, participativa, transparente, más horizontal que vertical. Pero todas estas virtudes pueden convertirse en defectos si sólo sirven para dar pie a un descrédito generalizado de la política y de las instituciones democráticas al grito de “todos son iguales”.
La rebeldía se disuelve si no encuentra un cauce para intervenir en las leyes. En las últimas manifestaciones, junto a los policías disfrazados, ha pretendido infiltrarse también un pensamiento reaccionario peligroso. Las alarmas se encienden, por ejemplo, cuando alguien deja sin sueldo a los diputados y vende la medida como una reforma democrática de austeridad y purificación. ¿Quiénes nos van a legislar? ¿Las familias adineradas? ¿Los tecnócratas?
Corremos el peligro de que el narcisismo provoque un error político parecido al de la Transición, pero en un sentido contrario: existe el riesgo de creer que estamos inventando el Mediterráneo, de olvidar que hay muchos debates que vienen de lejos y han dado muy malos resultados, de despreciar todo lo anterior, todo lo que no surja de una asamblea popular en una plaza, y de renunciar a un cauce político organizado capaz de llevar la rebeldía a las instituciones. Ese tipo de actitudes, incluso cuando se ponen en marcha con una intención cívica, son una coartada jugosísima para los poderes financieros y los especuladores que están asaltando los recintos de la democracia. Ellos son el enemigo, la política no. Hace falta crear una opción política a la que apoyar con nuestros votos de forma masiva. La confianza, darla y merecerla, es hoy una tarea de primera necesidad.
En tiempos difíciles, la falta de madurez hace del narcisismo una enfermedad ideológica muy contagiosa.




domingo, 28 de octubre de 2012

Pablo Guerrero: "A cántaros"







Pablo Guerrero ha sido otro destacado cantautor de la transición que la democracia casi ha silenciado. 
Extremeño de nacimiento, se traslada a Madrid para estudiar a finales de los años sesenta, donde comienza a tener contacto con otros artistas de la época.
Al principio su música dejaba apreciar reminiscencias extremeñas, pero con el paso del tiempo, esta fue progresando hacia otros nuevos estilos y recogió influencias del folk americano, jazz, músicas étnicas, etc.
Pablo Guerrero pertenece a esa larga lista de autores malditos de los que se sirvió la transición, pero que ignoró la democracia -y los políticos progres que se aprovecharon, y aprovechan, de ella-.   
Predecía el cantor que en España tendría que llover a cántaros para que cambiase la situación social... y todavía esperamos esa anunciada lluvia, para que se produzca el ansiado cambio.   
El vídeo que he encontrado no posee buenas calidades visuales ni auditivas, pero en cambio tiene el valor de documento histórico, por la fecha en que fue grabado, el año de 1977, ya ha llovido desde entonces.








A cántaros

Tu y yo muchacha
Estamos hechos de nubes
Pero ¿quién nos ata?
Dame la mano
Y vamos a sentarnos
Bajo cualquier estatua,
Que es tiempo de vivir
Y de soñar y de creer
Que tiene que llover
A cántaros.
Estamos amasados con libertad,
Muchacha
Pero ¿quién nos ata?
Ten tu barro dispuesto,
Elegido tu sitio,
Preparada tu marcha.
Hay que doler de la vida
Hasta creer
Que tiene que llover
A cántaros.

Ellos seguirán dormidos
En sus cuentas corrientes
De seguridad.
Planearán vender la vida
Y la muerte y la paz,
¿le pongo diez metros, en
Cómodos plazos, de felicidad?
Pero tu y yo sabemos que hay
Señales que anuncian
Que la siesta se acaba
Y que una lluvia fuerte
Sin bioenzimas, claro,
Limpiará nuestra casa.
Hay que doler de la vida
Hasta creer
Que tiene que llover
A cántaros.





sábado, 27 de octubre de 2012

Perlas informativas encontradas en la prensa




Una equivocación la tiene cualquiera. ¿Quien le mandaba a esa señora pedir limosna en ese momento? Es que ya no se respeta a nadie ni a nada.



Perlas informativas

  • El príncipe le da la mano a una mujer que pedía limosna en la puerta de una iglesia. Cuando le informaron de su “error” respondió: “Creía que quería saludarme”.  
 
  • El PSOE registra en el parlamento una propuesta, para que se legisle la dación en pago (que las deudas hipotecarias queden saldadas con la entrega de la vivienda), propuesta que anteriormente rechazó en compañía de sus hermanos del PP. “A rio revuelto, ganancia de pescadores”.

  • El Congreso gasta 800.000 euros anuales en dietas para diputados que viven en Madrid. Luego pretenden no estar desacreditados los políticos.

  • Los médicos confirman a la preocupadísima Mariló Montero (presentadora de TVE), que el alma no se transmite por los riñones.

  • La muy católica y derechosa alcaldesa de Madrid, modifica la Ordenanza del Taxi para que los enfermos de Sida no puedan ser taxistas.

  • Los resultados de la EPA no pueden ser más desalentadores: el desempleo en España ha alcanzado la cifra de 5.778.100 parados, un 25% de la población, lo que da un resultado de 800.000 parados más en un año. Pregunto: ¿Para esto tantas reformas laborales? Mientras, Juan Carlos, en la India, alaba las medidas económicas de Rajoy.

  • El temor al despido reduce los permisos de maternidad y paternidad. Volvemos –como el neoliberalismo quería- a los años cincuenta.

  • Amnistía Internacional denuncia la brutalidad de las cargas policiales en España. ¿Pero alguien tenía dudas?

  • Gaspar Llamazares, diputado de Izquierda Unida, apoya en las elecciones de Euskadi al partido de Javier Madrazo, competidor en los votos con el suyo propio. ¿Alguien entiende la política? ¿Será por estas “nimiedades” por las que IU no levanta cabeza?

  • Una agradable y coherente: El escritor Javier Marías rechaza los 20.000 euros que concede el Ministerio de Cultura por el Premio Nacional de Literatura, porque “Hubiera sido una sinvergonzonería aceptarlo... El Estado no tiene por qué darme nada por ejercer mi tarea de escritor”. 

  • Y otra más: Amancio Ortega, dueño del imperio Inditex, dona 20 millones de euros a Cáritas. (También podría contribuir más al bienestar del país no deslocalizando las fábricas)  ¡Que cunda el ejemplo entre los que tanto dinero tienen y tantos golpes de pecho se dan!

En fin, creo que con estas que he recogido a vuelapluma, tenemos suficiente para confeccionar un estupendo collar... ¡Os garantizo que son auténticas!









viernes, 26 de octubre de 2012

Mandan los bancos





 

Mientras los bancos – activos responsables de la crisis que padecemos- siguen recibiendo ayudas oficiales que pagamos nosotros (1.846 euros cada españolito), algunos ciudadanos no pueden soportar el acoso que estos les imponen y acaban suicidándose. Ayer, en Granada, pocas horas antes de ejecutarse el desahucio, decidía quitarse la vida un vecino del barrio de La Chana, que no ha querido ver cómo perdía su vivienda.
No es un caso aislado. El mismo día, en Burjassot, Valencia, otra persona desesperada ha intentado quitarse la vida, arrojándose desde una segunda planta, cuando la comisión encargada del desahucio llamaba a su puerta.
A finales de 2010, en Hospitalet de Llobregat, otro hombre se quitaba la vida, cuando iba a ser desalojado de una vivienda municipal que había ocupado.
Y tenemos el más reciente de Sevilla, no hace ni un mes, en el que un vigilante de seguridad acababa con su vida, porque la empresa para la que trabajó llevaba  siete meses sin abonarle el sueldo. 
Hasta ahora, pocos somos los que nos hemos enterado del problema, "gracias" al pacto de silencio que han mantenido los medios de comunicación, pero espero que a partir de hoy la situación cambie y que la ciudadanía tenga derecho a enterarse del estado en que se encuentran cientos de miles de ciudadanos que han tenido la desgracia de perder su empleo.

El problema comienza a ser delicado. No es que antes no lo fuera, pero se quedaba en lo “meramente” económico. A mí, lo que realmente me preocupa, es que la situación afecte a lo más  valioso que poseemos en la tierra, la propia vida, y que este fenómeno comience a extenderse con la rapidez con la que se expande una pandemia. 
Y es aquí donde tienen que intervenir los gobiernos y los partidos políticos. No se puede estar mirando para otro lado, obviando legislar nuevas leyes con las que frenar la voracidad de las entidades bancarias. No se puede dejar a voluntad de los bancos -sin una ley que les obligue-, que condenen la deuda a cambio de la vivienda. La dación en pago es justa y legítima. Ellos fueron los culpables de la excesiva  tasación de éstas, por lo tanto, ellos son los únicos responsables de esta hinchada burbuja inmobiliaria en la que se han visto atrapados miles de ciudadanos. No se puede seguir ejecutando unos embargos al amparo de unas leyes obsoletas, con más de cien años.
Un grupo de jueces han hecho un llamamiento a la modificación del código penal. Ahora sólo queda que los dos grandes partidos que más se benefician de la banca se pongan de acuerdo y decidan hacerlo efectivo, pero me temo que la cosa vaya para largo –es mucho el agradecimiento que les deben a las entidades bancarias- y mientras esto ocurre, continúe el goteo de suicidios entre la población desesperada. 
Y es que, cuando te quitan la vivienda, te quitan algo más que una casa: te roban el futuro de tu familia, y esto, señores políticos, es lo más sagrado que poseemos las personas.  






jueves, 25 de octubre de 2012

Luis Pastor: "¿Qué fue de los cantautores?"










Ha llegado a mis manos el nuevo disco de Luis Pastor, ¿Qué fue de los cantautores?”, publicado en marzo de 2012, compuesto por trece temas (incluido el poema que da título al trabajo), escritos y musicados por él, con un intencionado mestizaje internacional; son los siguientes: Gaviota a volar; Fado destino de mar; Corazón dolido; En tus mares encendidas; Flor de cerezo; En balsa de piedra; Cartas de arena; Amor que me dueles tanto; Borra de mí esta tristeza; Los celos; Dama Cañí y Poema.

La temática de las canciones va desde la denuncia política (algo intrínseco que define al cantautor), el amor, la nostalgia, el desamor, el homenaje, hasta el sentimiento personal, cuestiones también inherentes a la tipología de estos compositores.

Él declara –sin pretender justificar este estilo musical- que “el movimiento de la canción de autor tiene que ver con la lucha política y, una vez que llega la democracia, desde la propia izquierda que ha gobernado se ha rechazado al cantautor, se ha hecho incómoda este tipo de canción, porque puede hacerte recordar a quien fuiste y ya no eres”. Y es que no hay que olvidar que estos autores poseen el “don” de tocar siempre la fibra sensible de los gobernantes, y tienen la “desgracia” de poner el pie allí donde los mandamases tienen la herida. Pasó con los garrulos de la dictadura y ahora ocurre otro tanto con los documentados de la dictablanda (perdón, ha sido un lapso, quise decir democracia); hasta una bella y dulce canción de amor, compuesta por uno de estos bardos intratables, puede resultarle indigesta y revolucionaria al demócrata más resuelto. ¡Y es que están tan poco acostumbrados a la belleza!

Lo más novedoso –y atractivo- de todo, es que el lanzamiento de este disco ha ido acompañado con un videoclip del tema principal, en el que 107 profesionales de la cultura y el espectáculo han querido acompañar –y apoyar- este trabajo y, a la vez, la trayectoria profesional de este incombustible músico que no ha sido abducido por el bienestar yuppie que les puso por delante el socialismo de Felipe González.  Enlazando el spoken word con el romancero tradicional, el cantautor extremeño, que nunca ha renunciado de su condición, da un repaso a la historia de la canción de autor desde su comienzo en los 60 (Éramos tan libertarios, casi revolucionarios, ingenuos como valientes, barbilampiños sonrientes...) hasta hoy (...Hay cantautor para rato. Cantautor a tus canciones, Zapatero a tus zapatos), en una canción lúcida, realista, sin perder el sentido del humor, verdadera crónica social de un tiempo y de un país tantas veces ingrato  e injusto con su cultura.
El vídeo se rodó en quince días y lo dirigieron, realizaron y produjeron Lucía Álvarez y Lourdes Guerra, magnífico trabajo con un excelente resultado. Hacía tiempo que una canción, un poema, y unas imágenes no me ponían la carne de gallina.

Pero ello no debe extrañar. Luis Pastor ha sido siempre un trabajador que nunca se dio por vencido en este mundo difícil de la música, un artista que no ha necesitado jamás de una etiqueta política para cantar el dolor, la injusticia, las carencias de un barrio, la incapacidad pública para resolver los problemas sociales, denunciar el estancamiento de la democracia y la utilización que de ésta hacen los que no creen en ella, la corrupción, la desconexión existente entre los políticos y la ciudadanía, etc.
Aún recuerdo con nitidez el día en que accedió a cantar en el pequeño club cultural que teníamos en el barrio: afable, jovial, cercano, muy delgado y cubierto con una negra boina. Finalizaba 1976. Lo recogimos en uno de aquellos viejos seiscientos, al terminar un concierto que dio en la Facultad de Medicina. Llovía (como hoy), había atascos por todas partes, pero nada impidió que la gente del barrio oyera cantar a Luis Vengan a ver; Vamos juntos; Amar es combatir; Parábola sobre el billar; Fidelidad; Quisiera un verso manchado; etc... Y le escucharon gustosos y agradecidos. Así era y sigue siendo Luis Pastor.

¿Qué fue de los cantautores? es un canto a la lucha infatigable, a la acción, a la esperanza, a no darse nunca por vencido –aunque el tiempo pase y no veamos resultados-, pero sobre todo, a no perder la confianza de que “algún día –ojalá no sea muy tarde- lleguen los nuestros”, como diría su compañera de fatigas, Elisa Serna.   

miércoles, 24 de octubre de 2012

Ruta V: Subida al Cerro de San Cristóbal desde Almonaster la Real



  Vista del San Cristóbal (cara sur) en la subida




Subida al cerro de San Cristóbal desde el pueblo de Almonaster la Real.

Altura: 917 metros.

Distancia: aproximadamente, 5.5 kilómetros (dependiendo del recorrido que elijas).

Tiempo estimado: 2.5 horas. Algo más si nos detenemos a contemplar el paisaje durante el trayecto y las vistas desde la cima.

Desnivel: 328 metros.

Dificultad: Media.

Recomendación: Elegir para subir un día despejado para que las  nubes o la niebla no nos impidan disfrutar de las vistas que desde él se observan. También equiparnos con un buen calzado antideslizante, hay tramos algo resbaladizos.


 
 Cartel al inicio del recorrido


El sendero parte desde la misma carretera HU-8105 que une Almonaster, Santa Ana y Cortegana (justo casi enfrente del Restaurante Las Palmeras). Allí encontramos el cartel que anuncia y detalla el recorrido. Éste no tiene pérdida ya que está bien señalizado y desde el principio divisaremos la cumbre plagada de antenas y repetidores, objeto de nuestro destino.
La vegetación que encontraremos está formada por Castaños, Alcornoques, Álamos, Quejigos, algún Roble Melojo, Nogales, Cerezos, Olivos, Pinos, Jaras, Zarzas, Madroños de gran porte, Helechos, Cornicabras, Torviscos, Hiedras, Hinojos, y un largo etc.
El primer tramo transcurre por un suelo perfectamente empedrado,  entre algunas viviendas y muros de piedras,  dénsamente poblados de musgos, hiedras y helechos, que hermosean y dan frescura a nuestro paseo.



 Tramo del recorrido entre muretes de piedras y abundante vegetación


 Cuesta de la Aceña, uno de los tramos más resbaladizos y exigentes


En poco tiempo llegamos a la cuesta de la Aceña, nuestra primera dificultad, una serpenteante senda empedrada y –en tiempos de lluvia y neblina- resbaladiza, que nos hace subir bastantes metros. (Antes de subir, o a la vuelta, recomiendo cruzar el pequeño arroyo que fluye a nuestra derecha –donde está uno de los viejos molinos- para poder observar el pequeño salto de agua y, como consecuencia de él, la poza que en aquel espacio se encuentra, y que invita a un apacible chapuzón).


 Salto de agua y poza para recrearnos


Una vez superado este corto tramo, el sendero transcurre entre alcornoques, olivos, castaños, álamos y algunos árboles frutales, llevando a nuestra derecha el bello paisaje de huertas del barranco. El recorrido va tomando altura suavemente y prácticamente no requiere más que un pequeño esfuerzo, en el tramo final, donde el camino gira a la derecha  (dirección este), en el Puerto de las Encrucijadas, por una carril por el que transitan vehículos a motor y en el que podremos degustar unos de los más sabrosos y dulces madroños. (No teman comer cuantos quieran... no emborrachan, ese es otro mito que se ha divulgado falsamente).
En poco tiempo (y sin darnos siquiera cuenta) hemos alcanzado nuestro objetivo: la cima del San Cristóbal. Una vez en él nos encontraremos dos indicaciones hacia los miradores: una al mirador del sur (que es donde se ubican las antenas), desde donde podremos ver Almonaster, Santa Ana a la izquierda, y más al frente el Andévalo. La otra nos lleva al mirador del norte, desde donde podremos admirar un collar de pueblos y aldeas de los que destacan en primer plano Los Romeros, Jabugo, El Castaño del Robledo, Galaroza, etc.  



 Vista de Almonaster y la mezquita. Al fondo el Andévalo

Una vez que hayamos descansado y disfrutado con las hermosas vistas que desde aquí se contemplan, viene la hora del regreso. El recorrido está pensado para hacerlo circular, con tres caminos opcionales –según el grado de dificultad que se quiera-:
  • El primero, desde el mirador sur hasta la carretera, innecesario por arriesgado.
  • El segundo, por la carretera hasta llegar al desvío del barranco, anodino y feo.
  • El tercero, por el camino que es la continuación del que traíamos en la subida, a través de una repoblación de pinos, que hace el recorrido mucho más largo.       
Yo prefiero hacer la vuelta por el mismo camino por donde hemos subido, ya que esta opción permite detenerse con más tranquilidad allí donde no hayamos querido entreternernos en la subida, y puesto que este tramo de regreso circular no aporta ninguna experiencia extra; el único interés se encuentra en el último tramo, cuando el camino abandona la carretera y se interna en el barranco, pero este espacio se puede visitar también por el lugar por donde hemos subido, solo hace falta desviarse un poco del camino.


 Abrevadero del camino


Una vez que hayamos disfrutado de las vistas y del paisaje, ya sólo nos queda internarnos en el pueblo y pasear por sus blancas y hermosas calles... y una recomendación: no marcharse del lugar sin haber visitado su espléndida mezquita de época califal, quedan pocas joyas como estas en nuestra Andalucía monumental. 


 Vista de Almonaster y de la mezquita, a mitad del camino











martes, 23 de octubre de 2012

Romanorum Vita en Sevilla





 Calle romana



Hasta el 30 de octubre tienen la ocasión de ver la exposición Romanorum Vita, que la Obra Social “la Caixa” tiene instalada en la plaza de San Francisco de Sevilla. 

La misma consta de dos audiovisuales, una primera –introductoria- con una breve historia de Roma que, a su finalización, nos da acceso a una calle cualquiera, en la Pompeya del siglo I, por la que podremos pasear y contemplar una letrina comunitaria (y olfatear su “característico” olor); también una “sastrería”, una fuente pública, un “paso de peatones” de la época, un humilde hostal-taberna, una panadería, y, con un poco de suerte, colarnos en la domus de algún gran señor, en la que podremos visitar la cocina (con olor a comida incluido), el triclinium donde se hacían las comidas en los días festivos, el despacho del señor, un pequeño dormitorio, etc.

La segunda audiovisual nos transporta al ajetreo característico de una jornada cualquiera en la vida de Roma.
La visita es cómoda y amena (han tenido el cuidado de hacerlo en grupos reducidos), guiada por personal especializado que en todo momento nos va aportando una adecuada información.

Felicitarlos también por la publicación de la página Web, donde además de ampliar la información sobre el evento podremos volver al lugar, y repasar -gracias a la visita virtual de la que dispone (picar aquí)-, aquellos detalles que se nos quedaron un poco confusos.
Recomendado para todos los públicos, pero sobre todo, para los críos, son los que mejor se lo pasan y, además,  es una manera divertida de interesarlos por la historia.

A partir del próximo 21 de noviembre viaja a la ciudad de Mérida (Badajoz), donde estará hasta el 8 de enero de 2013.



 Domus


 Triclinium








lunes, 22 de octubre de 2012

El sueldo de los funcionarios de la Unión Europea








No he desayunado bien este fin de semana. ¡Maldita costumbre, la de escuchar la radio mientras lo hago!
-“Es una fea manía que tengo que corregir” -me reprocho, cada vez que se me indigesta lo que como-. “Mezclar la alimentación con los acontecimientos diarios, no debe ser nada bueno”, concluyo.
A estas alturas del  partido, opino que ya debería estar vacunado contra este tipo de tortura, pero, a la vista de los resultados, compruebo con desagrado que aún no lo tengo superado. Y es que hay que ser de acero inoxidable para que algunas de las noticias que se publican no afecten al fuerte material del que nos creemos hecho.
Me entero que el Parlamento Europeo –esa difusa estructura que nadie sabe para qué sirve-, ha aprobado un aumento de sueldo para los funcionarios de la Unión Europea, aumento que sólo le va ha costar a las arcas de cada país que la compone, la friolera cantidad de 1.200 millones de euros. 
¿Entienden ahora mi indigestión mañanera? A ese acuerdo llegan nuestros amantísimos padres de Europa, mientras articulan e imponen drásticos recortes  a una serie de países de la Unión (España, Portugal, Irlanda y Grecia), y miles de empleados públicos de estas naciones son arrojados a la calle.
Pero la cosa no queda ahí, ya que la noticia añade que el sueldo medio de estos funcionarios europeos ronda los 70.000 euros anuales (el que menos percibe cobra 4.500, y el que posee unos años de antigüedad, 6.000), más el importe de la escolarización de su hijo que viene a costar entre los 12.000 y los 30.000 euros, dependiendo del colegio que elija, todo ello, libre de impuestos (o sea, que como casta privilegiada que son, están exentos de pagar a la Hacienda Pública). Una desvergüenza, teniendo presente la situación por la que atraviesa la mayoría de las familias europeas, y en concreto, las de los estados periféricos.

¿Comprenden por que no hay –¡ni jamás habrá!- dinero para la Educación, la Sanidad, Infraestructuras, Dependencia, etc.? Si nos ponemos a sumar lo que nos cuesta mantener  todo este tinglado europeo, más el estatal, autonómico, local, etc., llegaremos a la conclusión de que al único lugar al que todos estos dispendios nos abocan no es otro que a este pozo de cieno en el que nos han tirado, y la duda que atosiga mi cabeza es la de saber cuánto más ha de hundirse la sociedad para que ésta reviente y diga: ¡Hasta aquí hemos llegado!
Mientras ocurre, tener la precaución de no estar al tanto de las noticias -que es una táctica que le da magníficos resultados al pueblo-, ya saben, por las indigestiones alimentarias y por los dolores de cabeza.    







domingo, 21 de octubre de 2012

Elisa Serna: "Esta gente qué querrá"







Elisa Serna inició su trayectoria artística en el mismo colectivo musical que Hilario Camacho, el denominado “Canción del Pueblo”. Elisa, como su colega Hilario, supuso un aire nuevo en el denostado mundo de la “canción protesta”, ya que además del fuerte y desgarrador mensaje que impregnaba a sus canciones unía la belleza y los registros de su magnífica voz. Al escuchar a Elisa se aspiraban influencias tan distintas, y a la vez cercanas, como la India, Grecia, el Magreb y la Baja Andalucía.
Pero no tuvo excesiva suerte en el mundo de la música. Como Hilario, Imanol, Pablo Guerrero, Luis Pastor, etc., su recorrido fue breve y, con el tiempo, minoritario y apartada de los grandes circuitos músicales y el difícil acceso a las compañías discográficas. Aún la recuerdo la primera vez que la vi y escuché en un concierto –allá por el 1975- en la Facultad de Medicina de Sevilla, con la guitarra en las manos, pantalón vaquero de pitillo y camisa de cuadros desabotonada... ¡toda una aparición para sus enamorados platónicos! De pronto, allí estaba nuestra musa en carne y hueso.
Su primer disco, “Quejío”  fue producido por Paco Ibáñez, y no se llegó a publicar en España hasta dos años más tarde; la dictadura franquista hacía lo indecible para enmudecer sus bocas y ensordecer nuestros oidos, pero ya por aquel entonces funcionaba el “contrabando cultural” con Francia, tanto de discos como de libros, y muy a pesar de ellos, la voz de Elisa Serna se oía insistentemente en muchas casas y en bastantes disco-forum. Como ocurrió con otros cantautores de la época, fue detenida “por subversiva” en varias ocasiones  y sus conciertos estuvieron prohibidos por las autoridades gubernamentales durante algunos años.
La canción, letra de Lluis Serrahima y música de María del Mar Bonet, “Esta gente qué querrá”, narra una de las muchas historias negras que el franquismo nos obsequió: la muerte de Enrique Ruano, un joven estudiante madrileño a manos de la policía política del ya caduco régimen, y el posterior lanzamiento del cadáver por la ventana, para intentar ocultar el crimen, fingiendo un suicidio que nadie creyó.
Elisa, a sus sesenta y nueve años,  sigue siendo una mujer comprometida, escribe, canta y pelea junto a los nuevos movimientos sociales que aparecen en la vida  española, y no pierde la esperanza de que algún día "lleguen los nuestros". 


 



Esta gente qué querrá

Llamaron de madrugada.
Toda la casa está en calma.
La madre les sale a abrir
arrebujada en la bata.
¿Esta gente qué querrá
que llaman de madrugada?

Preguntaron por el hijo.
El hijo duerme en la cama
y al oir las fuertes voces
de golpe se despertaba.
¿Esta gente qué querrá
que llaman de madrugada?

Lleva días sin hablar,
por las noches se inquietaba
esperando con temor
que una mañana llamaran.
¿Esta gente qué querrá
que llaman de madrugada?

La madre nunca ha sabido
por lo que el hijo luchaba
y que en la Universidad
su compromiso afirmaba.
¿Esta gente qué querrá
que llaman de madrugada?

No sabe cómo escapar,
el miedo le torturaba,
después de abrirse la puerta
él caerá por la ventana.
¿Esta gente qué querrá
que llaman de madrugada?

Hay momentos de tensión
nadie dice una palabra,
la madre que entra después
grita y llora desgarrada.
¿Esta gente qué querrá
que llaman de madrugada?

Llamaron de madrugada.
La ley una hora señala.
Muerto el estudiante está.
Fue un golpe al filo del alba.
¿Esta gente qué querrá
que llaman de madrugada?






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