La decisión del Banco de España de entregar Caja Sur a la entidad vasca BBK, no es más que la pretensión que mantiene el gobierno de Madrid, desde que iniciaran la invasión de Andalucía en el siglo XII, de que esta comunidad no levante jamás la cabeza. Ayudados por los reyezuelos de las taifas que todavía proliferan en nuestra comunidad y, que como en los siglos pasados, colaboraron con los ejércitos castellanos, han preferido que Caja Sur haya pasado a manos foráneas –al igual que ha ocurrido con Caja Granada (fusionada con cajas murciana y catalana), o la almeriense, con la caja de Baleares- antes de formar parte de la que hubiera sido la cuarta caja de ahorro estatal.
Este es un nuevo éxito de los políticos andaluces – a la mayoría no les agrada la decisión, pero ninguno la cuestiona, como auténticos españolistas que son. ¡Qué diferencia si lo hubieran hecho contra una Caja catalana o vasca! Las reacciones de condena y desagrado no hubieran dejado de producirse en lo que queda de mes de julio.
Esa es la diferencia. A los andaluces todo nos da igual. Ninguna agresión nos afecta. Mientras haya ferias y verbenas, el problema está resuelto. Pero la dignidad como pueblo, que se la lleven los españoles, para hacer albóndigas con ella. No pasa ná, esta noche, a la terracita, a celebrar que hoy hemos logrado estar más desunido.
¡Viva Andalucía desunida y descalabrada! Es lo que nos merecemos los andaluces.
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