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viernes, 31 de agosto de 2012

Isabel Bono: "La madurez de repente"









La madurez de repente

 

La madurez de repente
un día cualquiera.
Con el tiempo justo
para huir de los espejos.
Te atrapa la mirada fija,
el gesto breve,
la cabeza alta;
no queda más remedio que rendirse.
La madurez de repente
un día cualquiera,
y ya somos intrusos
en nuestros propios cuerpos.











jueves, 30 de agosto de 2012

Antonio Gómez: "No fui yo quien marcó el gol"








No fui yo quien marcó el gol



No fui yo quien marcó el gol de la victoria
tampoco bailé aquella noche con Lucía
y el poema que melosamente recitaba,
con el que presumía de mis dotes creativas,
era un plagio de Neruda.

Mi memoria pierde facultades,

empieza a preocuparme
que no sepa mentirme
como antes me mentía.














miércoles, 29 de agosto de 2012

Armando José Sequera: "Mi esquizofrenia"






Armando José Sequera (Caracas, 1953) es escritor y periodista.  Es uno de los más significativos escritores de microrrelatos de Venezuela y de toda la América hispana, y como tal aparece en las más prestigiosas antologías. Este microrrelato forma parte de su libro “El último rastro del fuego”.



Mi esquizofrenia


Mi esquizofrenia va de mal en peor: mi segunda personalidad dice que, como no se lleva bien con la primera, se aliará con la tercera para mitigar su soledad.
La primera, entretanto, alega que, por más esfuerzos que hace, no logra congeniar con la segunda, razón por la cual formará alianza con la cuarta, habida cuenta de que si la tercera se lleva bien con la segunda, es imposible que se lleve bien con ella. Afortunadamente, me he podido mantener al margen de esta absurda disputa y no he sido involucrado en lo que, a todas luces, es una malsana maraña de incomprensiones.



martes, 28 de agosto de 2012

Palabras condenadas a desaparecer





Con las palabras ocurre como con las personas: unas nacen y, mientras se desarrollan, otras mueren, pero como en el caso referido, algunas muertes nos duelen más que otras. Son palabras que la modernidad ha sacado fuera de contexto, las ha expulsado de nuestras conversaciones, y andan inservibles, casi anestesiadas, antes de que el enterrador de vocablos decida extinguirlas.
Muchas de ellas proceden del legado lingüístico que Al-Andalus aportó al idioma que se hablaría en el nuevo estado surgido -después del triunfo expansionista castellano- en la península Ibérica, y que  enriqueció con más de cuatro mil palabras el habla de los vencedores.

Como no hace falta explicar, ni están todas, ni son las más importantes, sencillamente es un listado, a vuelapluma, de las que me han ido viniendo a la cabeza. Seguro que quedan por reflejar muchísimas más, algunas  en peor estado físico que éstas que nombro. Sería un buen detalle que todo aquel que recordara alguna, contribuyera a ampliar su número, pero bueno, dejémonos de sueños, he de admitir que el personal no va muy sobrado de tiempo y no suele perderlo en estos menesteres, así es que nos conformaremos con la lista que yo aporto. Como es lógico, he descartado las palabras locales que se suelen utilizar en un determinado lugar, escogiendo solamente aquellas que acepta la RAE para todo el idioma español.
Son las siguientes:



Abacería
Acémila
Acequia
Achicoria
Alambique
Alberca
Alcancia
Alcaucil
Alforja
Aljofifa
Almanaque 
Almona
Almoneda
Anafe
Añil 
Alpargata 
Alpechín 
Alpende
Anafe
Aparador
Arrendar
Azotea
Babucha
Badila
Blanquear 
Borra 
Botijo
Brasero
Búcaro
Candil
Chinero
Dornajo
Dornillo
Escoba
Foñisco
Hucha
Infiernillo
Jarapa
Jofaina
Lebrillo
Mandil
Mendrugo
Orza
Quinqué
Palangana
Refregador
Serón
Sobrado
Solano
Tahona
Tejar
Tenaza
Tinaja
Torcía
Trébedes
Ultramarino
Yunta
Zaguán
Zahorí
Zahorra
Zamarra
Zambra
Zarcillo
Zócalo
Zurcir
Zurrón... etc.








lunes, 27 de agosto de 2012

Charles Baudelaire: "Emborráchense"


 

 

 

 

Emborráchense

 

 

Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.

Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero emborráchense.

Y si a veces, sobre las escalinatas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:
“¡Es hora de embriagarse!"
Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo,
¡embriáguese, emborráchense sin cesar!,
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. , d







domingo, 26 de agosto de 2012

José Menese: "Marianas"




Las marianas son un palo del cante jondo andaluz. Se trata de un palo binario, del grupo de los tangos.
José Menese es uno de los artífices de que el cante jondo haya dejado de amenizar las juergas nocturnas de los señoritos andaluces, y de introducir en sus cantes, letras con un profundo contenido social. 





Cuando llegará el momento (Marianas)



Cuando llegará el momento
en que las agüitas vuelvan a sus cauces
y las esquinas con sus nombres
ni reyes ni “roques”
ni santos ni frailes.

Borrico de noria
vueltas y más vueltas este borriquito ciego
pero no dejan la orilla
“mare de mi arma” del río revuelto.

Ya las tormentas pasaron
las torrenteras están como lagunas
serenas lagunas ya
siguen pescando.

Tu no pierdas hermano la esperanza
que el mañana llegará
que donde hubo candela
rescoldito queda
y humo saldrá. 







sábado, 25 de agosto de 2012

Fernando Pessoa: Cita







"El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que llega a fingir que es dolor
el dolor que de veras siente"


Fernando Pessoa






viernes, 24 de agosto de 2012

César Gavela: "Lágrimas"






César Gavela nació en 1953 en Ponferrada (León). Ha publicado dos colecciones de cuentos: “Pobres del Sil “ y “Cuentos de amor y del norte”. Estos microrrelatos forman parte de un libro inédito.




 Lágrimas
 

Le pregunté a mi madre por qué ya no hablaba del tío Marcos, del que mataron en el norte, y ella me contó que era porque se le habían terminado las lágrimas. Que cada persona cuando muere tiene un montón de lágrimas para los demás, como si los muertos se las dieran, y cuanto más triste la muerte, más lágrimas; pero que también se acaban terminando, y un día no salen más. 
Y eso le pasó a mi madre, que cuando aparecía mi tío Marcos en la conversación, ya no lloraba, no podía aunque quisiera y de ahí pasó a pedirme que nunca le hablara de él, que era muy triste ya no poder llorarle, y de este modo mi tío poco a poco fue quedando medio desaparecido, como si fuera una penumbra; y ya ni siquiera eso.






jueves, 23 de agosto de 2012

Francisca Aguirre: "Cementerio"







Cementerio
 

Tiene también la sangre sus revoluciones,
sus líderes y demagogos
que arengan al pueblo de las ansias
congregado en el corazón.
Tiene también la sangre sus masacres
—en nombre de oscurísimas razones—,
en las que mueren tantos inocentes:
los de pequeña voz, los tímidos
que no saben exponer sus deseos;
menos aún, imponerlos.
Mueren entre las venas, y de manera irrevocable,
lo mismo que acontece entre la historia.
Muere toda una grey de tristes oprimidos, pero
en la espantosa servidumbre del reemplazo
sucumben a su vez los opresores
sin que exista un recodo, un breve hueco
en que dejar sobre una lápida
constancia de su paso.
En la anónima fosa de la sangre
yacen mezclados víctimas y verdugos;
y en las terribles horas de la comprensión
qué imposible resulta distinguir
del corrompido olor de la esperanza degollada
el agrio aroma de sus asesinos.











miércoles, 22 de agosto de 2012

Eduardo Galeano: "La palabra"








La Palabra

Estás encerrado, supongamos, penando tus penares, tus penas de verdad, penas del dolor y del horror, y también las otras, tus penas tontas y tantas: estás condenado, supongamos, a pena perpetua, prisionero de la tristeza en celda solitaria, incomunicado y sin visita. Y de pronto, supongamos, aparece una pulga, inesperada, que se pone a practicar piruetas de circo en la palma de tu mano. Una pulga: una palabra. Una palabrita, que llega sin aviso, y juega.
Robert Hass cuenta la historia de un amigo. Él sólo tenía cenizas en el pecho, y una noche decidió que ya no daba más. Subió al puente de San Francisco y trepó por los fierros, para arrojarse a las aguas de la bahía. Y ya iba a tirarse, cuando una palabra apareció, traída por los aires marinos o por quién sabe quién. Era la palabra seafood, que a primera vista nada tiene de raro ni de cómico, pero al amigo de Robert Hass esa palabra le sonó ridícula, y él se detuvo a pensar en lo ridícula que era. En eso estuvo, mientras pasaban los segundos, los minutos. Cuando se quiso acordar, ya había perdido las ganas de suicidarse, y se volvió a la casa. La casa estaba vacía, nadie lo esperaba, pero él estaba vivo.
Pienso en las palabras que podrían salvarme, llegado el caso. A mí, o a otros. Podrían salvar muchas vidas, me parece, se me ocurre, si llegaran a tiempo, palabras como cacofónico, paralelepípedo, chinchulín, pluscuamperfecto, pusilánime…





martes, 21 de agosto de 2012

Carta del Subcomandante Marcos a Eduardo Galeano






Hay quienes identifican al Subcomandante Marcos con Rafael Sebastián Guillén Vicente (19 de junio de 1957), cuarto de ocho hermanos, hijo de padres españoles emigrados. Él siempre ha negado tal identidad y su familia, ni lo confirman ni lo desmiente, aunque aseguran que lleva bastantes años desaparecido. 
Rafael Sebastián se graduó en Filosofía, de ahí, tal vez, proceda el inusitado interés, las habilidades literarias y el gran amor que por las letras posee el Subconmandante. Siempre me impresionó la candidez y hermosura que derrama aquella carta que Marcos escribiera a Eduardo Galeano, en donde en un descanso, después del combate, poco tiempo después del nacimiento del EZLN, se enfrascaba en destripar filosóficamente el contenido de una frase del citado autor uruguayo ("¿Sabe callar la palabra cuando ya no se encuentra con el momento que la necesita ni con el lugar que la quiere?. Y la boca, ¿sabe morir?"), y cómo llega a la conclusión -debido a las condiciones sociales en la que vive la población índigena de Chiapas- de que la palabra, en este caso concreto, debe cederle el paso a la acción.
También es conmovedora la parte en la que nos cuenta, con una desgarrante ternura y humanidad, la pequeña anecdota donde los niños expulsados de su hogares, juegan a ser soldados de un batallón imaginario. Es toda una declaración de cariño por esos "locos bajitos", en los que el Subcomandante, tal vez, se sienta  retratados. 
Para concluir, decir que la carta es un sorprendente y bello texto en el que Marcos nos muestra el dominio y amor que tiene sobre las letras, cosa que no me sorprende conociendo su abultado número de publicaciones: entre 1992 a 2006, escribió más de 200 ensayos e historias, y publicó 21 libros en un total de 33 ediciones, con los que documentó ampliamente sus perspectivas filosóficas y políticas. 
Este es, también, el otro Subcomandante Marcos que yo reivindico, el arquitecto de la palabra.


Carta del Subcomandante Marcos a Eduardo Galeano

Ejército Zapatista de Liberación Nacional México

2 de mayo de 1995


A: Eduardo Galeano.

Montevideo, Uruguay.

De: Subcomandante Insurgente Marcos

Montañas del Sureste Mexicano. Chiapas, México.

Señor Galeano:


Le escribo porque... porque me dieron ganas de escribirle. Porque ya pasó el día del niño acá en México y se me ocurre que a usted le puedo platicar lo que acá pasa, en un día del niño, en medio de una guerra sorda. Le escribo porque no tengo ninguna razón para hacerlo y, entonces, puedo así contarle lo que pasa o lo que me viene a la cabeza, sin la preocupación de que no se me vaya a olvidar el motivo de la carta. Porque sí, pues.


También porque perdí el libro que me regaló y porque ese ratón cambista que suele ser el destino (?) ha repuesto el libro perdido con otro libro. Y porque se me ha quedado bailando en la cabeza una parte de su libro "Las palabras Andantes".


Porque dice así:


"¿Sabe callar la palabra cuando ya no se encuentra con el momento que la necesita ni con el lugar que la quiere?. Y la boca, ¿sabe morir?".

Ventana sobre la palabra (VIII), p.262.

Y entonces yo me he recostado para pensar y fumar. Es de madrugada y como almohada tengo un fusil (bueno, en realidad no es un fusil, es una carabina que fue de un policía hasta enero de 1994. Antes servía para matar indígenas, ahora sirve para que no los maten). Con las botas puestas y la pistola recostada a un lado, cerca de la mano, pienso y fumo. Afuera, alrededor de humo y pensamientos, mayo se engaña a sí mismo fingiendo que es junio y hay ahora una tormenta de lluvia, rayos y truenos que logró lo que parecía imposible: callar a los grillos.


Pero yo no estoy pensando en la lluvia, no estoy tratando de adivinar cuál de los relámpagos que está por rasguñar la tela de la noche será el de la muerte, ni siquiera me preocupa que el techito de nylon que cubre mi estancia es demasiado pequeño y se moja la orilla del camastro (¡Ah! Porque resulta que me hice una camita de ramas y horcones, amarrados con bejucos. Lo hice porque la uso de escritorio, bodega y, a veces, para dormir. En la hamaca no me acomodo o me acomodo demasiado, me quedo muy dormido y el sueño profundo es un lujo que, acá, se puede pagar muy caro. En la cama de varillas de palo se está lo suficientemente incómodo como para que el sueño sea apenas un pestañazo).


No, no me preocupan ni la noche, ni la lluvia, ni los truenos. Me preocupa eso de "¿Sabe callar la palabra cuando ya no se encuentra con el momento que la necesita ni con el lugar que la quiere?. Y la boca, ¿sabe morir?"

El libro me lo mandó la Ana María, una indígena tzotzil que tiene el grado de mayor de infantería en nuestro ejército. Alguien se lo mandó a ella y ella me lo mandó a mí, sin saber que yo perdí un su libro de usted y este libro repone el libro perdido, que no es lo mismo pero tampoco es igual. El libro está lleno de dibujitos en tinta negra y yo creo que así deben ser los libros y las palabras: dibujitos que salen de la cabeza o la boca o las manos y que van y se ponen a bailar en el papel, cada (vez) que el libro se abre, y en el corazón cada (vez) que el libro se lee. El libro es el regalo más grande que el hombre se ha dado a sí mismo. Pero volvamos a su libro de usted que yo tengo ahora. Lo leí con un cabito de vela que cargaba en la mochila.

El último tramo de pabilo se fue con esa página 262 (¡capicúa!, ¿no? ¿una señal?). Y entonces me recordé la frase aquella de Perón que me mandó y luego mi torpe respuesta y, más después, el libro que me envió. Y aquí la pena de contarle que el libro lo dejé botado en la "graciosa huida" de febrero. Y entonces me llegan este libro y las letras sobre el saber callar. Y yo ya llevo varias noches dándole vueltas al asunto, aun antes de que me llegara el libro. Y me pregunto si no llegó la hora de callar, si no será que ya se pasó el momento y ya no es el lugar, si no es la hora de morir la boca...


Y le escribo esto en una madrugada de mayo, pasado ya el 30 de abril de 1995, que es el día del niño acá en México. Nosotros los niños mexicanos celebramos ese día, las más de las veces, a pesar de los adultos.


Por ejemplo, gracias al supremo gobierno, hoy muchos niños indígenas mexicanos celebran su día en la montaña, lejos de sus casas, en malas condiciones de higiene, sin fiesta y con la pobreza más grande: la de no tener un lugar donde recostar el hambre y la esperanza.


El supremo gobierno dice que no ha expulsado a estos niños de sus hogares, sólo ha metido a miles de soldados en sus terrenos. Con los soldados llegaron el trago, la prostitución, el robo, las torturas, los hostigamientos. Dice el supremo gobierno que los soldados vienen a "defender la soberanía nacional".


Los soldados del gobierno "defienden" a México de los mexicanos. Estos niños no han sido expulsados, dice el gobierno, y no tienen por qué sentirse espantados de tantos tanques de guerra, cañones, helicópteros, aviones y miles de soldados.


Tampoco tienen por qué asustarse, aunque esos soldados traigan órdenes de detener y matar a los papás de estos niños. No, estos niños no han sido expulsados de sus casas. Comparten el piso irregular de la montaña por el gusto de estar cerca de sus raíces, comparten la sarna y la desnutrición por el simple placer de rascarse y por lucir una figura esbelta.


Los hijos de los dueños del gobierno pasan su día en fiestas y regalos.


Los hijos de los zapatistas, dueños de nada como no sea su dignidad, pasan su día jugando a que son soldados que recuperan las tierras que les quitó el gobierno, juegan a que siembran la milpa, a que van por leña, a que se enferman y nadie los cura, a que tienen hambre y, en lugar de comida, se llenan la boca de canciones.


Por ejemplo, esa canción, que les gusta cantar en la noche, cuando más cerradas son la lluvia y la niebla, y que dice, más o menos así:


"Ya se mira el horizonte,

combatiente zapatista,
el camino marcará
a los que vienen atrás"

Y, por ejemplo, en el horizonte aparece, marcando el paso, el Heriberto. Y atrás del Heriberto, por ejemplo, va el hijito del Oscar que lo llaman Osmar.


Y van, los dos, armados de sus dos varitas que pasaron a llevar de un acahual cercano ("No son varitas", dice el Heriberto y asegura que se trata de poderosas armas que son capaces de destruir un nido de hormigas arrieras que está cerca del arroyo y que le picaron al Heriberto y hubo de tomar represalias).


Avanzan el Heriberto y el Osmar en columna. Y por el frente opuesto avanza la Eva, armada de un palo que tiene la ventaja de convertirse en muñeca cuando el ambiente es menos bélico.


Y detrás de la Eva viene la Chelita, que levanta sus casi dos años apenas unos centímetros del suelo y que tiene unos ojos de venado lampareado que ya desvelarán, alguna noche, al tal Heriberto o al que se deje herir por destello tan moreno. Y atrás de la Chelita va un chuchito (perrito) que de puro flaco parece una marimba diminuta.


Y a mí todo esto me lo están contando, pero como si lo estuviera viendo al Wellington frente a Napoleón en esa película que se llamó "Waterloo" y, creo, salía el Orson Wells y al Napoleón lo derrotaban por culpa de un dolor de panza.


Pero aquí no hay Orson que valga, ni flanqueos de infantería, ni apoyo de artillería, ni defensa en cuadro contra las cargas de los de a caballo, porque tanto el Heriberto como la Eva han decidido optar por el ataque frontal y sin escaramuzas ni tanteos previos.


Yo estoy a punto de opinar que eso parece batalla de sexos, pero ya se está lanzando el Heriberto sobre la Chelita, evitando la carga directa de la Eva que se ve, de pronto, frente a un Osmar que no la espera cara a cara, ni de pie sino que está de lado y en cuclillas porque ahí no más le dieron ganas de cagar y la Eva proclama que el Osmar se cagó de miedo y el Osmar no dice nada porque ahora quiere montar, el chuchito se le acercó a oler, y en el entretanto la Chelita se puso a llorar cuando vio venir al Heriberto y el Heriberto ahora no sabe qué hacer para que se calle la Chelita y le ofrece una piedrita de regalo ("Acaso es piedrita", dice el Heriberto que asegura que se trata de oro puro) y la Chelita nada que para su chilladera y yo estoy pensando que hasta que le dieron una sopa de su propio chocolate al Heriberto cuando llega la Eva, en maniobra que llaman de "voltear la posición enemiga", y le cae el Heriberto por la espalda (cuando Heriberto ya le está ofreciendo su arma antihormiga-arriera a la Chelita, la cual está considerando la oferta, entre chillido y chillido), y entonces, ¡pácatelas!, la muñeca-arma de la Eva llega en su cabeza del Heriberto y empieza la chilladera, (estereofónica, porque la Chelita se siente estimulada por los gritos del Heriberto y no se quiere quedar atrás), y hay sangre y ya viene la mamá de no sé quien, pero trae un cinturón en la mano y los dos ejércitos se desbandan y el campo de batalla queda desierto y en la enfermería declaran que el Heriberto tiene un chipote del tamaño de su nariz y que, como la Eva está intacta, ganaron la mujeres en esta batalla.


El Heriberto se queja de arbitraje parcial y prepara el contra-ataque pero no será hasta mañana porque ahorita hay que comer los frijoles que no llenan ni el plato ni la panza...


Y así pasaron el día del niño, dicen, los niños de un poblado que se llama Guadalupe Tepeyac. En la montaña lo pasaron, porque en su pueblo hay varios miles de soldados defendiendo "la soberanía nacional". Y dice el Heriberto que, cuando sea grande, va a ser chofer de un camioncito y piloto de avión no quiere ser porque, dice, si se le poncha la llanta del carrito, ahí nomás te bajas y te vas caminando, en cambio si se le poncha la llanta al avión no hay para donde hacerse.


Y yo me digo que cuando sea grande voy a ser uruguayo-argentino y escritor, en ese orden, y no crea usted que será fácil porque lo que es el mate, no lo puedo tragar.


Pero no era esto lo que yo quería contarle. Lo que yo quería era contarle un cuento para que usted lo cuente:


Me enseñó el Viejo Antonio que uno es tan grande como el enemigo que escoge para luchar, y que uno es tan pequeño como grande el miedo que se tenga. "Elige un enemigo grande y esto te obligará a crecer para poder enfrentarlo. Achica tu miedo porque, si él crece, tú te harás pequeño", me dijo el Viejo Antonio una tarde de mayo y lluvia, en esa hora en que reinan el tabaco y la palabra.


El gobierno le teme al pueblo de México, por eso tiene tantos soldados y policías. Tiene un miedo muy grande. En consecuencia, es muy pequeño. Nosotros le tenemos miedo al olvido, al que hemos ido achicando a fuerza de dolor y sangre. Somos, por tanto, grandes.


Cuéntelo usted en algún escrito. Ponga que se lo contó el Viejo Antonio. Todos hemos tenido, alguna vez, un Viejo Antonio. Pero si usted no lo tuvo, yo le presto el mío por esta vez.


Cuente usted que los indígenas de sureste mexicano achican su miedo para hacerse grandes, y escogen enemigos descomunales para obligarse a crecer y ser mejores.


Esa es la idea, estoy seguro que usted encontrará mejores palabras para contarlo. Escoja usted una noche de lluvia, relámpagos y viento. Verá cómo el cuento sale así nomás, como un dibujito que se pone a bailar y a dar calor a los corazones que para eso son los bailes y los corazones.


Vale. Salud y un muñequito sonriente, como ésos con los que firma.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.  

Subcomandante Insurgente Marcos


P.D. de advertencia policiaca. Es mi deber informarle que soy, para el supremo gobierno de México, un delincuente. Por lo tanto mi correspondencia puede ser implicatoria.
Le ruego que se grabe usted el contenido de la presente, es decir, la encomienda que suplica, y destrúyala inmediatamente. Si el papel fuera de chicle, le recomendaría que lo comiera y, masticando, se pusiera a hacer esas bombitas de chicle que tanto escandalizan a las buenas conciencias, y que demuestran la falta de urbanidad y educación de quien las hace.

Aunque hay algunos que las hacen con la esperanza de que una de las bombitas sea lo suficientemente grande como para llevarlo a uno de esa ruta luminosa que, allá arriba, se alarga... como se alargan el dolor y la esperanza sobre el cielo de nuestra América.


P.D. improbable. Salude usted de mi parte, si lo ve, al tal Benedetti. Dígale usted, por favor, que sus letras, puestas por mi boca en el oído de una mujer, arrancaron alguna vez un suspiro como esos que echan a andar a la humanidad entera.


Dígale también, que quién quita y lo de "Marcos" fue por "el cumpleaños de Juan Ángel". 


 

lunes, 20 de agosto de 2012

Groucho Marx: "Perdonen que no me levante" (Epitafio)




Ayer se cumplieron treinte y cinco años de la muerte de Julius Henry Marx, más conocido como Groucho Marx, actor, comediante y escritor, que creó a éste histriónico y singular personaje . No escribió "El Capital",  pero en cambio, sí se rió del mundo y de la gente "seria", dejando instaurada una nueva teoría filosófica de cómo vivir en él, sin morir en el intento.
Estas son algunas de sus frases más célebres:
  • Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…
  • El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido. 
  • Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien. 
  • Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.
  •   Me niego a pertenecer a un club que me acepte a mí como socio. 
  • La diferencia entre la política y el matrimonio es que en política has de acostarte con cualquiera.




domingo, 19 de agosto de 2012

sábado, 18 de agosto de 2012

¿Qué hay detrás de la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange?






En el procesamiento de Julian Assange existe un trasfondo político en el que anda implicado –como en todos los graves conflictos internacionales- el “muy democrático” y “defensor de las libertades”, Estados Unidos de América.
Quien pretenda ver que detrás de todo esta persecución sólo hay una acusación por violación, es querer creerse, todos juntos, los cuentos de Calleja. Lo que ocurre es que después de repetir mil veces una mentira -o si lo quieren, una verdad a medias-, terminamos aceptándola. Y es lo que está ocurriendo con el “horrendo delito” que ha cometido Assange, una violación que no es tal (esto es lo que no cuenta la prensa obediente a EE.UU.), ya que en cualquier país del mundo que no sea Suecia, mantener relaciones sexuales consentidas con una mujer adulta, sin preservativo, no es delito.
Este es el “abominable crimen” por el que se quiere detener y extraditar al fundador de WikiLeaks. Como ustedes entenderán, aquí hay gato encerrado, porque de ser así, el noventa por ciento de los tíos estarían encarcelados.
Seamos serios señores, lo que sobrevuela sobre la cabeza de Assange –una vez más- es la sombra de USA, quien a costa de todo, y sirviéndose de sus lacayos en el mundo, pretende trasladarlo a su imperio para castigarlo (pena de muerte incluida) por las filtraciones que realizó sobre las mentiras que utilizaron para invadir Irak y de los vuelos de la CIA para trasladar a los detenido de Afganistán a Guantánamo, donde también aparecen implicados "respetables" gobiernos europeos. ¡No sé qué tiene ese país que hasta los negros -por mucho Nobel de la Paz que tengan- terminan gobernando como blancos! Debe ser cosa del agua.
Desengañémonos, esta es la única verdad que existe en toda esta mentira contra Assange. Si el poderoso Imperio no estuviese detrás de toda esta movida, hoy sólo estaríamos hablando de la vergonzosa y despreciable actitud con la que Estados Unidos trata al resto de países del mundo.   
De momento, Ecuador le ha concedido el asilo diplomático, Europa –como siempre- calla para no molestar al Amo americano, y Reino Unido –país que se negó a conceder la extradición de Pinochet (no lo olvidemos, acusado de genocidio) a España, Francia, Bélgica y Zuiza para que fuera juzgado por crímenes contra la humanidad- ahora, como buen lacayo, acosa a la embajada del pequeño país suramericano, amenazando incluso con asaltarla, para lograr la detención del "peligroso" violador. 
También lo defiende un conocido y prestigioso abogado: el Juez -defenestrado por la derecha española-, Baltasar Garzón, nada sospechoso de defender a sinvergüenzas y criminales. Aunque al lado del Empearador americano son pequeños (Ecuador, Garzón), confiemos en que el ratón, como en la fábula, pueda vencer al gato.

¿Quedan todavía ingenuos que sigan creyendo que las cosas que acontecen en el mundo son del todo espontáneas y naturales?
¿De verdad alguien cree que los conflictos de Afganistán, Libia, Túnez, Egipto, Yemen, Siria, etc, y muy pronto, de Irán, son, sencillamente, productos de la casualidad y por deseos democráticos de sus habitantes?
¿Y Marruecos, y Arabia Saudí, y China, y Palestina... es que aquí no padece el pueblo falta de libertad y ansias de justicia?
No sé si llegará un día en que los pueblos –hasta el más chiquito- puedan ser soberanos e independientes. 
Hasta ahora sólo somos una marioneta que maneja a su antojo el Poderoso Imperio: el “muy respetable y muy democrático” Estados Unidos de América. Pero la historia nos refiere algunos casos donde el débil supo imponerse al poderoso: ahí están los casos de David contra Goliat, o los más recientes de Vietnan, Irak, y dentro de poco Afganistán, donde EE.UU. salió corriendo con el rabo entre las patas, eso sí, después de provocar miles de muertos.






 

viernes, 17 de agosto de 2012

Marilyn Monroe: Cincuenta años de ausencia









"Socorro, socorro,
socorro. 
Siento que la vida se me acerca 
cuando lo único que quiero 
es morir."

Marilyn Monroe





 

jueves, 16 de agosto de 2012

Juan Manuel Roca: "Mester de servidumbre"








Por carecer de flechas,
Los mendigos
Arrojaban
A los nobles
Sus propias heridas.
Pero había
Una raza de pordioseros
Más mísera aún:
Robaba heridas ajenas
Y las vendía
En la plaza del mercado.
Con tan burdas armas
Los pobres cruzaron
La noche medieval.








miércoles, 15 de agosto de 2012

Rafael Lozano: "La terapia" (Microrrelato)













La terapia

Regresaba, feliz, de su última visita al psiquiatra.

“De seguir así el tratamiento que estamos empleando, pronto te hallarás libre de tu pesimismo agónico. Sólo queda que tú creas que lo puedes conseguir, y que en momentos de crisis apliques la terapia que estamos trabajando”.

Decidido a colaborar -y para no perder ocasión ni tiempo-, aquel obediente y pesimista paciente, durante el trayecto de vuelta a casa, trataba de cumplir a rajatabla los consejos de su eminente médico.

“Tengo que ser optimista”
“Debo ser optimista”
“Quiero ser optimista”
“Puedo ser optimista”
“¡Yo soy una persona optimista!”

Nada más llegar, sin más dilación, abrió la ventana y se puso a respirar el ingrávido aire que envolvía su nueva personalidad.
Al día siguiente, la mañana apareció con la imagen de un cuerpo abrazado al acerado, justo en la perpendicular que formaba la ventana del terapiado y el suelo estrellador.







martes, 14 de agosto de 2012

Entrevista a Juan Manuel Roca




 
Por su interés intelectual, humano y literario, que complemente el conocimiento de la personalidad y la calidad intelectual de este magnífico autor -colombiano de nacimiento pero universal de adopción-, reproduzco en mi Rincón la entrevista que para la publicación "Ciudad Viva" realizara Óscar Domíguez.




"Entrevista para el olvido" 

¿Recuerda qué estaba haciendo el día de su nacimiento?
Hibernando. 
Alguien interrumpió mi sueño, lo que se volvió una pésima y reiterada costumbre a lo largo de mi vida.

 
¿Qué es ser colombiano?
El argentino más citado del planeta dijo que «un acto de fe», aunque en muchos casos resulte un acto de mala fe. Somos ciudadanos del país de Sísifo. Todas las mañanas subimos la piedra hasta la cima para verla caer, una y otra vez. Los bíceps de la paciencia, que son los de Sísifo, nos han hecho fuertes pero también nos han encallecido.

 
¿El mejor consejo que recibió de [Rubayata] papá Roca?
Lo dijo en broma, pero me lo tomé en serio. Un domingo, ante el dilema de hacer una tarea estudiantil o tomarme una cerveza, me dijo: «tómesela; uno no se puede dejar vencer de la fuerza de voluntad». He tenido que luchar contra esa divisa taoísta.
 

¿Y de mamá Vidales?
«No leas por obligación».
 

¿Tiene muy alborotado el complejo de Edipo o del de doña Electra hay algo?
Ni lo uno ni lo otro, Freud mediante.
 

¿Si volviera a nacer repetiría el mismo libreto vital?
Mi libreto no lo hizo Fellini. No me molesta ser actor de un filme poco taquillero. Lo confieso: cuando dirigí el casting de la película de mi vida me hice el ciego y pasé por alto mi falta de apostura para un rol protagónico. En suma, haría más liviano el libreto y besaría a Jessica Lange antes de que cayera, definitivamente, el telón.
 

¿Mientras más conoce a los hombres más quiere sus poemas?
Más quiero los de Rimbaud. La poesía pone en duda la estupidez humana.
 

¿De dónde nació su devoción por la poesía?
De una insatisfacción con la realidad.
 

¿Qué es ser poeta?
Lo estoy averiguando.
 

¿Tienen alma los poetas?
Tienen alma, como César Vallejo, y enjalma como los cantores de nostalgias montañeras.

¿Hay motivos para desconfiar de los poetas, esos mentirosos que siempre dicen la verdad, al decir de Cocteau?
También la verdad se inventa, decía Machado. Pero hay que merecer lo que se sueña. Por favor, recite la primera parte del poema de amor que más le guste. El último verso de Petrarca al morir su amada, Laura, me resulta bello y contundente: «En su rostro la muerte se hizo bella».

¿Le da miedo envejecer?
Me da miedo la postración. Estoy por el derecho a una muerte digna. Llegado el caso, espero que me envíen sin dilación al otro toldo.

¿Ha sido feliz?
Ver un cielo azul cobalto, una pintura que nos escudriña, un gesto de amistad; oír a quien no guarda servidumbres o viajar a un planeta llamado Nabokov son fisuras por las que he vislumbrado la felicidad.

¿Qué se le ha quedado dentro del tintero vital?
Un lienzo bien pintado.

¿Qué hará en su próxima reencarnación?
Como dijo Jim Morrison: «cancelen mi suscripción a la resurrección».

¿Le da gracias a la vida, o no le ha dado tanto?
Le doy muchas gracias.

¿Tiene listo su epitafio?
Algo que me gustaría aplicar en vida: «No estoy para nadie».

¿Libro que está leyendo?
Poesía de Antonio Gamoneda, el más grande de los poetas españoles vivos.

¿El pecado que más le gusta cometer?
El de la desobediencia.

¿Defecto que más le gustaría tener?
El del olvido. Los lotófagos no sufren.

¿Los enemigos para qué?
Para darle rostro a lo que odiamos de nosotros mismos.

¿Persona que más ha influido en usted?
Juan Manuel Roca, cuando era niño.

¿Qué lo saca de quicio?
El arribismo. Lo dijo Michaux: «cuando los autos piensen, los Rolls Royces estarán más angustiados que los taxis».

¿De qué le gustaría morir?
De risa, como Julián del Casal, que por lo demás era un hombre grave.

¿Qué le gustaría olvidar?
Esta entrevista.

¿Por qué desea que lo recuerden?
Por algún verso.

Autor: Óscar Domínguez




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