Federico García Lorca: "Vuelta de paseo"
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*VUELTA DE PASEO*
Asesinado por el cielo.
Entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cab...
Qué decir de Morricone y su música. A mi entender, para la banda sonora de esta película de Roland Joffé utilizó los cinco sentidos y algunos más que le prestaron los hados.
Si todavía no la ha visto, si no ha oído su banda sonora, aún está a tiempo de hacerlo, no se arrepentirá.
En esta bella película de Gérard Corbiau sobre la vida y obra del cantante de ópera castrato Carlo Broschi –conocido popularmente como “Farinelli”-, sobresale, entre las muchas hermosuras que posee, la Música, ella es la protagonista de la cinta.
A sus inmejorables 90 años, el gran maestro de la música ha decidido colgar la batuta. Ha compuesto más de 500 bandas sonoras para películas y documentales. Confío que sólo sea una declaración de intenciones y que pronto se desdiga y nos sorprenda con otra genialidad musical.
Ennio Morricone entra en ese difícil apartado de los grandes hacedores culturales de los que nos alimentamos los simples mortales: ellos llenan de vitalidad nuestras quebrantables vidas y consiguen que superemos esos difíciles peldaños que nos separan de la animalidad, y cuando hablo de bestias, no me refiero a la de cuatro patas.
Estaba claro que finalizaría la semana, dedicada al cortometraje, con alguna banda sonora de las muchas y hermosas que se han compuesto para dicho menester.
Lo cierto es que hasta ayer mismo no tenía decidido cual de ellas sería, hasta que anoche, paseando por el centro de la ciudad, un trío de músicos (violín, acordeón y violonchelo) lograban ponernos los vellos de punta tocando el tema principal de "La lista de Schindler". ¡Y qué violenta manera de alterar el ánimo! Seguimos paseando como si no huebiese acontecido nada, pero la situación -me refiero al cuerpo, a la sensación de frío, a esa vuelta del calcetín que lastima el alma-, no logró reponerse. Fue entonces cuando decidí: el domingo, música de esta magistral pelicula.
Hay
músicas que no se cansa uno de oírlas jamás; las “aparcas” por un tiempo y a la
que menos, retorna exigente para complacer tu estado de ánimo. Esto es lo que
me sucede una y otra vez con la banda sonora de la maravillosa película de
Ridley Scott, “Black Hawk derribado”, compuesta por el genial músico
alemán Hans Zimmer. En ella, el compositor, a través de una música electrónica
y étnica, trata de reflejar los dos mundos irreconciliables que muestran las
imágenes, llegando a su cenit en el tema que incluyo al final, “Gortoz a
Ran-J´Attends”, interpretada por Denez Prigent (bretón que aprendió desde
muy pequeño música bretona y Gwerz), que recoge a la perfección la
vulnerabilidad y el carácter humano del bando somalí, y Lisa Gerrard
(australiana con voz de contralto), que representa la del bando americano.
Es
éste un prolífero compositor que ha creado también para otras destacadas
películas sus bandas sonoras entre las que que cabe mencionar –para mi gusto-, Gladiator,
Thelma yLouise, La delgada línearoja, Rain Man, El Rey León o la saga de
Piratas del Caribe, entre otras.
Hoy
os quiero dejar con esta magnífica banda sonora que nos transporta a otro
mundo, a otro tiempo, a un espacio sublime, reparador, donde sólo vive lo apacible y grato,
en especial esta pieza, “Gortoz a Ran-J´Attends”
Es el tema musical principal de
la BSO de la película del director Wong Kar-Wai,“The Mood For Love”(Deseando
Amar), y la encargada de realzar los momentos más logrados de la misma.
Hablamos de “Yumeji´s Theme”, del músico japonés Umebayashi Shigero, quien
la compuso, en 1999, para formar parte
de la banda sonora de la cinta Yumeji, de Seijun Suzuki, pero al pasar sin pena
ni gloria, se rescató en el 2000 para ésta, donde cobra un decisivo papel en el
desarrollo y complemento de la misma, acompañando los momentos más poéticos e
interesantes del film.
La cinta está “narrada con un arrojo inusitado, con una perfección
formal inimaginable en el cine contemporáneo”, según palabras de Carlos Boyero,
y consigue componer una de las historias de soledad y desamor más triste del
mundo, un poema visual con imágenes sugerentes llenas de emotividad y refinada
belleza. Todo un placer para los sentidos.