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jueves, 29 de septiembre de 2016

Golpe de mano en el PSOE












Ha vuelto a suceder: la Democracia ha saltado por los aires. Utilizando la efectiva táctica golpista de los anquilosados ejércitos, ayer, uno de los sectores reaccionarios del PSOE puso en práctica esta modalidad “democrática” para desalojar del sillón “mandatorial”  al bando que ha dejado de servir sus intereses.
El golpe de mano ha sido dirigido por el mayor representante de la oligarquía financiera mundial y consuegro del multimillonario mexicano Carlos Slim, Felipe González, mandamás del partido en la sombra. Encabeza la tropa de guerreros inquisidores la muy “izquierdosa” y “socia-lista” Susana Díaz, que no parará de intrigar hasta reconvertir el partido en una copia descamisada de Ciudadanos.
Aquí lo que menos importa es el Partido, cada bando tiene sus intereses, aunque los dos traten de ocultarlo bajo mensajes embellecedores. Los “sanchistas”, poder gobernar, y los sicarios de las multinacionales, que la situación política actual no ponga en peligro los intereses económicos de sus amos, hablando claro, que de una maldita vez vuelva a gobernar el PP.


Es sintomático ver y oir a la mayoría de periodistas, presentadores y tertulianos de prensa escrita, televisión y radio -antes alineados en el bando del izquierdismo-, cómo en unos días han cambiado de mensaje y aptitud, y colaboran en el acoso y caída de Pedro Sánchez, cuando hace tan sólo un0s días aplaudían la valentía y coherencia de este político que se oponía radicálmente a que gobernara el partido de los recortes y la corrupción. ¿Tendrá algo que ver el maldito dinero?  










La resurrección de Felipe González









¡Sorpresa! 
En la mañana de ayer me enteré que Felipe González seguía perteneciendo al PSOE. 
¡Qué atrevida es la ignorancia!




Cartel anunciador de la película

 








miércoles, 28 de septiembre de 2016

La plaza Nueva de Sevilla




Imagen de 1870 de la plaza Nueva, poco tiempo después de su finalización. En ella se puede apreciar la configuración de la  misma: siete manzanas de viviendas uniformes (no se ve la del frontal oeste, que es la correspondiente al Hostal Inglaterra, desde donde se hizo la fotografía), completando el rectángulo en su lado este con la nueva fachada principal del Ayuntamiento.





La historia de esta Plaza Mayor quizás haya que incluirla en el mayor atentado urbanístico cometido contra la ciudad, como ya comprobaremos más adelante.
Los terrenos donde se construyó, junto con las calles que la rodean, se situaban extramuros de la ciudad medieval.
Este solar fue conocido antiguamente como la Laguna de la Pajarería. Eran los restos últimos del antiguo brazo del Guadalquivir que desde la Barqueta, pasaba por Alameda de Hércules, Trajano, Tetuán, hasta reencontrarse de nuevo con el cauce original allá por el barrio del Arenal.
Tras su desecación se instaló allí un cementerio, y más tarde, en el siglo XIII, tomaron posesión del lugar la orden de los franciscanos, donde levantaron un convento con edificios anexos que ocupaban una parcela de mayores proporciones que la actual plaza.

 Imagen aérea de 1855. Cercana a ella se localizan la muralla almohade alfondo; en el centro izquierda, la plaza de San Francisco, y en la izquierda inferior, la plaza del Salvador.

 Imagen de 1976, en la que vemos los restos de un barco del siglo VI, en las obras que se ejecutaronpara para el metro en la citada plaza. 
 

Una vez hecha la introducción, pasemos a desarrollar el proceso.
  • En 1848 se derriba el convento y los demás edificios ligados a la orden (Hospital de Tercerio, Colegio de San Buenaventura), y se comienza la construcción de la citada Plaza entre 1849 y 1860 por el arquitecto Balbino Marrón y Ranero y la urbanización de todas las pequeñas calles adyacentes.
 
 Imagen de 1850; Parte del convento de San Francisco, pendiente de derribar para construir la fachada del Ayuntamiento.

  • En 1852 se realizó, en estilo neoclásico, la nueva fachada del Ayuntamiento que da a la plaza, obra encargada a los arquitectos Demetrio de los Ríos y Balbino Marrón.
  • Los flancos norte, sur y oeste se terminaron en 1856. Estos estaban compuestos por un caserío de dos plantas sin muchas pretensiones arquitectónicas, uniformes en sus tres caras, dispuestas en siete manzanas que se distribuían de la siguiente manera: 
  1. tres en el lado norte (1.-Calle Granada-Tetuán; 2.-Tetuán-Jaén; 3.-Jaén-Méndez Núñez). 
  2. Tres en el flanco sur (1.-Arquillo-Joaquín Guichot; 2.-Joaquín Guichot-Barcelona; 3.-Barcelona-Badajoz). 
  3. Una en el lado oeste (1.-Calle Madrid-Bilbao). La plaza se completaba al este con la nueva fachada del Ayuntamiento, que la cerraba casi totalmente. 
De la obra original hoy sólo queda en pie la fachada del Ayuntamiento y la manzana mutilada que va desde el edificio de Telefónica a calle Barcelona, y que alberga en su interior la capilla barroca de San Onofre, único resto existente del antiguo convento franciscano.  
 

Aspecto de la plaza en 1870. Al fondo el flanco oeste albergando desde 1867 el Hostal Inglaterra.

Primer atentado:
En 1895 se abre a la circulación rodada la plaza con la avenida de la Constitución mediante el derribo de una de las manzanas que casi lindaba con el Arquillo, frontero y similar al que había en el mismo lugar en el que hoy se levanta el edificio del BBVA.

 Pintura de 1850 desde la esquina de la calle Hernando Colón, donde puede apreciarse cómo el edificio próximo A Joaquín Guichot, gemelo al de la calle Granada, llegaba hasta el mismísimo Arquillo. A la izquierda, el edificio de Casa Paños Tarrasa, donde más tarde se levantaría el Banco de España. También cómo a la espalda del Ayuntamiento aún quedan restos del Convento de San Francisco. 



 Imagen de 1880 en la que aún podemos ver el edificio cercano al Arquillo (superior central de la fotografía), similar al de la calle Granada. 

Otra imagen del mismo edificio (año 1893), en el que aún no ha sido derribado. La calle central del fondo es la actual Joaquín Guichot, llamada antiguamente Tintores por los muchos profesionales que en ella tenían tienda


Segundo:
Entre 1917 y 1920 se mutila parte de la manzana próxima a la calle Badajoz para levantar una “casa” para Miguel García de Longoria, obra de Vicente Traver, en estilo neobarroco, con torreón incluido, que rompería completamente con las proporciones que hasta ahora componían la plaza.

 Casa de Miguel García Longoria, en la parte suroeste de la plaza (Calle Badajoz)


Tercero:
En 1926 vino la otra mutilación: el derribo de una parte de la manzana próxima a Joaquín Guichot, perteneciente a la capilla de San Onofre, para permitir la construcción del edificio neobarroco de la Telefónica, obra del arquitecto Juan Talavera y Heredia, realizado entre 1926 y 1928. Hay que reconocer que es un bello edificio, pero lo que aquí se cuestiona es el hecho de tener que amputar un brazo sano para implantar otro ortopédico. ¿No había en Sevilla otro lugar donde levantarlo? De esta manera el flanco sur de la plaza acabaría “torreada” por sus dos extremos.

 Imagen del edificio antes del derribo. La manzana cercana al Arquillo ya ha desaparecido, venía a estar situado, más o menos, por donde camina el caballero con sombrero de la parte inferior central.



Desde esta imagen aérea de 1925 se puede apreciar cómo  ha sido derribada parte de la manzana sureste, a la que le faltan 6 de los 15 balcones que poseía de origen. El resto que se salvó (continuación del edificio de Telefónica) es el único original que queda.


Edificio de Telefónica terminado. Año 1933.


Cuarto:
Luego le tocó el turno a la manzana que lindaba con el Ayuntamiento por calle Granada y que acogió hasta 1912 al hermoso café “La Perla” . Como eran tiempos gloriosos del franquismo (año 1950), se le encargó el proyecto del nuevo edificio para la sede del Banco de Bilbao al arquitecto José Galnares Zagastizábal, quien lo realizó en el estilo neoclásico que imperaba por entonces.   



Quinto:   
En 1960 le llegó el turno a la manzana noroeste (la cercana a Méndez Núñez). Una vez derribada, el arquitecto Alfonso Toro Buiza levantó el llamado edificio de oficinas Philps, otra “maravilla” de la construcción arquitectónica sevillana.

Sexto:
En la manzana oeste (entre la calle Madrid y Bilbao) se inauguró en 1857 la Fonda Inglaterra, que a principios del siglo XX cambiaría de denominación y pasaría a llamarse Hotel Inglaterra. En 1967, el edificio original sería derribado para levantar el mamotreto que hoy lastima la vista a todo aquél que osa mirarlo. 

Principios de 1920. La antigua Fonda pasa a denominarse Hotel, pero el edificio seguía siendo el original, hasta que en 1967 se cometió el atentado urbanísco número seis contra la plaza. 


 Juzguen ustedes: Arriba, edificio original; abajo, la "maravilla" modernista que se levantó en 1967.
 

Séptimo:
Pero si hay que destacar una aberración urbanística en todas reglas, esta es la que se contempla en la manzana central de la zona sur (calles Barcelona y Badajoz) y que en tiempos remotos acogía al Hotel Oriente. Después de su demolición paulatina, se levantaron tres edificios que se ejecutaron en distintas fechas: dos similares exteriormente que dan a la citada plaza,  y otro más que tiene su entrada por la calle Barcelona. El primero se construyó en los años 60 para sede del Banco de Sevilla, que en los años 70 ampliaría su sede edificando el contiguo. El de la calle Barcelona se levantaría en 2007 (¡hasta hace dos días se ha estado cometiendo el atropello!) 
Actualmente los citados edificios dan cabida a varias dependencias de la Junta de Andalucía, y su “arquitectura” y lugar para edificar, rompen con todas las normas básicas en las que se debe basar una profesión tan artística y bella como ésta. 

 Imagen de 1915. Manzana derribada al completo para levantar los tres "modernísimos" edificios que acogen dependencias de la Junta de Andalucía. 


Octavo:
Para finalizar, sólo nos queda por hablar de la última manzana de la plaza, la que se encuentra entre la calle Tetuán y Jaén, la cual alberga el llamado edificio Generali. La obra se realizó a principios del siglo XX y –haciendo un esforzado ejercicio de autoconvencimiento-, quizás sea ésta una de las actuaciones menos desafortunada de la zona.           

 Imagen de 1930 en la que vemos el edificio Generali que sustituyó al original a principios del siglo XX. 


Y si todos estos atentados fueran poco para acabar con el antiguo proyecto de creación de una Plaza Mayor al estilo de las restantes del estado, en 2007 se decidió llevar hasta ella el tranvía, que mutila, si cabe, un poco más la imagen y características por la que fue en su día construida. Su recuperación se hace cada vez más imposible.
Sevilla es sorprendente, deslumbrante, hermosa, pero hay que reconocer que tiene unos hijos que no se la merecen. Nunca jamás unos habitantes -que dicen cuidarla y amarla-, maltrataron de esta forma la ciudad en la que viven.


Algunas imágenes más de la fallida Plaza Mayor de Sevilla:

 Año 1877

La plaza con el quisco de música en la parte central

Año 1880 

Año 1893

Año 1910 

Imagen de 1932. Ya está levantado el edificio de Telefónica, el de la Adriática pero no el de la Unión y el Fénix.








 









viernes, 9 de septiembre de 2016

Franquistas recalcitrantes




La democraciano no cala en estos individuos, por eso ellos solucionaron la imposición de su régimen con la efectiva "terapia" de los fusilamientos. 







Han pasado casi cuarenta y un años de la muerte del dictador. Los políticos dijeron que entrábamos en una nueva etapa y que si queríamos la democracia, todos teníamos que ceder para conseguirla. Y los familiares de las víctimas se lo creyeron y escondieron sus pañuelos para que nadie se sintiera ofendido por su llanto. Los represaliados ocultaron sus heridas para que la visión de las cicatrices no imposibilitara la empresa.
Y así, día tras día, mentira tras mentira, la democracia se fue levantando sobre la espalda de los “perdedores”, a costa de dejar tirado en el camino montones de ilusiones. Algunos de los “vencedores” entendieron que para seguir mandando era necesario aceptar "algún cambio", y se apuntaron al circo de la democracia y –¡paradojas de la vida!-, a dar lecciones de ella.
Con el paso del tiempo se vio que el invento fue un engaño: la democracia falló y –como Lampedusa predijo-, prácticamente siguen mandando los mismos y recordándonoslo de vez en cuando.
Este es el ambiente en un nostálgico restaurante  de la muy franquista Galicia. ¿Consentirían algo semejante en Alemania?   
Lo peor de todo es que mientras estos seres antidiluvianos se llenan de ácido úrico atiborrándose de mariscos, los huesos de los defensores de la democracia siguen pudriéndose en inmerecidas cunetas.   El cuento de la democracia es muy bonito, pero yo sigo sin creérmelo





          

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Playa de María Trifulca



Playa de María Trifulca en la orilla izquierda del río







El calor parece no querer marcharse, así que vamos a tener que ir a darnos un chapuzón a una de las muchas zonas de baño que tuvo Sevilla años atrás: la playa de María Trifulca, donde la mansedumbre de las aguas de la finalizada Corta de Tablada permitían que determinadas zonas del canal acogieran estos espacios playeros donde los sevillanos menos pudientes pudieran  mitigar las calores del terrible verano sevillano.
El nombre del lugar no está claro. Unos dicen que lo recibe de una tal María que regentaba uno de los muchos tenderetes donde se vendían bebidas y comidas, y que, por su carácter cuartelero, montaba de vez en vez “unas trifulcas” para enmarcar, mientras otros comentan que el nombre le vino “por las muchas broncas que en el lugar se originaban”.  

  Nueva imagen de la misma playa con el embarcadero que servía de trampolín: en la parte superior derecha se puede ver los "hotelitos" del recien creado barrio de Heliópolis.

Habría que especificar que la playa, en concreto, eran dos: la “Familiar”, donde acudía el ciudadano “normal”: familias, parejas de novios, niños –despistando a sus padres-, etc., que estaba situada en la orilla izquierda del cauce del canal,  al final de la reciente construida  barriada de Heliópolis, a la altura del antiguo cauce del río Guadaíra, después que desviaran su curso para que desembocara pasada la esclusa.
La “otra”, justo enfrente, en la orilla derecha, próximo al cortijo del Batán, y se accedía a ella a nado, en barca o cruzando por el puente de Alfonso XIII. Ésta segunda playa no tenía buena reputación porque por  allí “comerciaban”  prostitutas y homosexuales que, en improvisados chozos y tenderetes, “refrescaban” los ardores de los clientes que acudían al lugar, por lo que el “sevillano de bien” se cuidaba mucho de no dejarse ver por allí.
La dos playas estuvieron bastante concurridas, la Familiar, como es obvio, más. El lugar contaba con innumerables ventas donde comer y beber, tenderetes de frutas y bebidas, fotógrafos, barqueros, etc., con lo que el éxito del día de baño estaba garantizado.     

     

Para que nos hagamos una idea más precisa de su localización, las dos playas vendrían a coincidir –más o menos-, con la situación del actual puente del V Centenario, y estuvo activa desde finales de 1920 hasta principios de los 60, donde la aparición del 600 y la mejora de los ingresos familiares, hicieron que el destino de los domingueros sevillanos se encaminara hacia las playas de Huelva y Cádiz, que hasta entonces había estado “vetada” para ellos.  






 Imagen aérea de la Corta de Tablada; el círculo indica el lugar donde estaba la playa; en la parte superior se ve el barrio de Heliópolis y el desafortunado devío de 9oº del cauce del río Guadaíra.

Y esta otra actual para que nos podamos hacer una idea más exacta de dónde se ubicaba la famosa playa de María Trifulca.




       









martes, 6 de septiembre de 2016

Las cosas de Sanlúcar de Barrameda








Uno está acoplado en la playa tranquilo, despreocupado, descansando del “duro” peregrinar de la mañana por bares y tabernas de Sanlúcar, sin más mundo que sufrir que el que te enmarca el horizonte, y de pronto se cruza entre tu inane cuerpo y Doñana, la silueta de un pequeño crucero que baja de Sevilla con un buen puñado de aguerridos pasajeros que han optado por torrarse un poco por las calurosas y desiertas calles de una ciudad que, en esta época de canícula, sólo son capaces de recorrer ellos, los guiris, y los sufridos currelas que no han podido marcharse por razones laborales, en el mejor de los casos, o económicas, que ya es peor.




O el trasiego de cargueros repletos de contenedores que suben y bajan, todos con destino o procedencia del único puerto fluvial de España, a más de 80 kilómetros de la costa, puerto que ya fue utilizado al inicio de nuestra Era por los colonizadores romanos para abastecer de vinos, aceites, granos, etc. a la Roma Imperial, testigo que recogió la Castilla imperialista allá por el siglo XVI, para el tráfico comercial con las nuevas tierras que ocuparon en América. 





 
Y es que el Guadalquivir siempre fue la “autopista” que, desde el Atlántico, comunicaba a Sevilla con el mar. De hecho tiene comandancia de Marina y, en tiempo pretérito, los nacidos en esta ciudad de interior estaban obligados a “servir a la Patria” en éste cuerpo, igual que un donostiarra, onubense o santanderino.
Pero volviendo al principio, Sanlúcar depara estas pintorescas sorpresas. Son el colofón a una serie de atractivos que bien poseen y que nunca se agotan, y que confirman que a la hora de elegir un lugar donde escapar del insufrible verano, esta ciudad es un destino acertado: su monumentalidad, el ambiente, la inabarcable ruta vinatera y gastronómica, la hacen ideal para pasar unas inmejorables vacaciones... Y a una hora de Sevilla, auque “nuestras orientales” autoridades andaluzas tengan castigados a los sevillanos sin autovía, que esa es otra para contar más adelante y con más detenimiento.          



















lunes, 5 de septiembre de 2016

Visita a la Bodega Otaosan, de Sanlúcar de Barrameda









Aprovechando la estancia en Sanlúcar de Barrameda, y siguiendo las reglas por las que nos regimos cuando acudimos a una zona de vinos, hemos visitado una bodega. La elegida en esta ocasión ha sido, Bodega Otaosan, una bodega pequeña  y relativamente nueva (unos 20 años de existencia), próxima a la desembocadura del Guadalquivir y cercana a la mítica Bonanza, donde nos atendieron amablemente.
No poseen viñedos propios, con lo que han de adquirir el mosto a un tercero para la elaboración de sus caldos, circunstancia que nunca ha sido óbice para la obtención de extraordinarios vinos, siempre que se elija y adquiera un mosto de calidad, o sea, que proceda de unas uvas criadas en unas buenas tierras albarizas y a las que se le haya realizado un correcto prensado. 
Para ello cuentan con cuatro bloques de barricas dispuestas como es tradicional en el Marco de Jerez, o sea, mediante el sistema de soleras y criaderas, las dos centrales con tres andanas de botas y las laterales, con dos, de las que, transcurrido el tiempo requerido, salen los apreciados vinos generosos de la zona: Manzanillas (finas y pasadas), Olorosos, Amontillados, además de unos agradables Pedros Ximenes y Moscatel.
Reconforta encontrar pequeñas bodegas como ésta, lo cual es un indicativo de que el interés por estos vinos no decae, sino  todo lo contrario, aumenta. Que cunda el ejemplo


   












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