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jueves, 22 de diciembre de 2011

Felices Fiestas al son de Campanilleros




“Los campanilleros”, es el título de un villancico tradicional de Andalucía que popularizó la cantaora de La Puebla de Cazalla (Sevilla), “La niña de la Puebla”, y que luego, más tarde, recogieron para su repertorio, distintos cantaores, tonadilleras, cantautores, y grupos de folk. Entre ellas hay que destacar la versión que hace Ismael Serrano y, sobre todas, la que el grupo “Jarcha” rescataron, en la que además de enriquecerla musicalmente, recuperaron un verso que la versión de “La niña de la Puebla” omitía, se supone que –quiero creer- por razones evidentes de censura.

Los “campanilleros” son coros musicales que, en éstas fiestas, se reúnen y organizan para ir cantando villancicos populares por las calles y plazas de nuestros pueblos. Es una tradición que se hereda de padres a hijos, y en la que participas desde muy pequeño.
Sus instrumentos originales son bastante básicos: un cántaro, al que se hace sonar al estrellar una suela de alpargata sobre la boca; algunas panderetas; un triángulo; un “chinchín”, una palillera, una botella de anís y un almirez. Con el tiempo se le ha ido añadiendo algunos instrumentos más (guitarras, bandurrias, zambombas, etc.), pero los primeros son los más característicos y esenciales.
Desgraciadamente –como está sucediendo con la mayoría de las tradiciones- estos coros de campanilleros –y estas canciones- están en peligro de extinción. Por fortuna, aún prevalece, en algunos pueblos de El Aljarafe, esta afición por formar parte de estos grupos populares que tan buenos y agradables recuerdos nos traen. Sin ellos, sin el sonido de sus canciones y su música, estas fiestas dejan de ser todo lo entrañable que eran antaño. Daban sonido y color a unos días en que, junto al olor de los dulces navideños que preparaban nuestras madres, la Navidad, más que forzarla, se intuía, se respiraba, se vivía.

Desde este Rincón, queremos desear -tanto Carmela como yo-, que los acontecimientos diarios cada vez hagan menos mella en nuestro ánimo. Que poco a poco logremos superar las distintas adversidades que las circunstancias y, también, algunos malas personas nos imponen. Que las enfermedades nos respeten. Y que el sol, que cada día nos saluda por levante, ilumine nuestras conciencias. Que los hombres –de verdad- nos amemos, y sepamos ser generosos.
Sé que pedimos demasiado. Con una migaja nos conformamos.

Felices fiestas para los que pueden, y solidaridad y afecto, para los solitarios, los infelices, los deshauciados, los enfermos, los marginados, los perseguidos, los necesitados. Para ellos también nuestras felicitaciones, aunque “no esté el horno para bollos”. Nos lo merecemos.

Salud y mucho ánimo.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Los Campanilleros toman las calles de Sevilla







Como todos los años por estas fechas, los Coros de Campanilleros de la provincia de Sevilla (El Aljarafe, Pilas, Los Palacios, etc.) y de los barrios de la capital, toman el centro de la ciudad (calle Sierpes, Tetuán, plaza de la Encarnación, plaza Nueva, etc.), y, con sus villancicos tradicionales, llenan el aire fresco de diciembre, con el cálido sonido de sus instrumentos y sus acompasadas voces.
Van de un sitio a otro, dejando su mensaje navideño, en los corazones de todos los paseantes.
No les mueve ningún interés. Su recompensa consiste en ser oídos por los viandantes que se arremolinan a su alrededor. Su premio, el ramillete de aplausos que los improvisados espectadores, le proporcionan.

Los Campanilleros
forman parte de nuestras tradiciones, entando profundamente arraigados a los recuerdos más entrañables de nuestra infancia, por ello, deberíamos mimarlos como un valioso tesoro de nuestra cultura. Es parte del legado que hemos heredados de nuestros antepasados, y es, también, un trozo vivo de nuestra historia, que nosotros, andaluces de ahora, tenemos la obligación de transmitir a nuestros descendientes.


Enhorabuena a estos enamorados de la música que endulzan, con sus villancicos, el ambiente navideño, y llenan los corazones endurecidos, de paz y esperanza.
Muchas gracias, también, por seguir manteniendo -en una época donde, lo tradicional, es desechado por viejo- una parte importante de la cultura popular de nuestro rico pueblo andaluz.

Gracias, nuevamente, a todos estos coros que, en estas señaladas fechas, llenan las calles y plazas de Andalucía con sus maravillosos cantos.
Sin los Campanilleros, estas fiestas serían más oscuras y frías.


martes, 20 de diciembre de 2011

Louis-Ferdinand Céline: "Viaje al fin de la noche"






Frases extraídas de la obra cumbre de Louis- Ferdinand Céline , “Viaje al fin de la noche”, publicada en 1932. Las traigo a este Rincón, por su innegable interés sociológico y su calidad literaria. Es indudable que Céline –a pesar del estigma que sobre su persona pesa- es uno de los mejores escritores del siglo xx en lengua francesa, y el que mejor ha sabido expresar- pese a su atracción por los abismos- los sentimientos e instintos humanos.
Frases escogidas
  • “La gran derrota en todo es olvidar, sobre todo lo que te mata, y morir sin comprender jamás hasta que punto los hombres son bestias. Cuando estemos al borde del hoyo no nos pasemos de listos, pero tampoco olvidemos; hemos de contarlo todo, sin cambiar ni una palabra de las lacras que hemos visto en los hombres, y entonces liar el petate y bajar. Es suficiente como trabajo para toda una vida.”
  • “Para que el pensamiento de una vuelta en el cerebro de un inconsciente, es necesario que le ocurran muchas cosas y muy crueles.”
  • “La mayoría de las personas sólo mueren en el último momento, otros empiezan y se toman veinte años de tiempo, y a veces más. Son los desgraciados de la Tierra.”
  • “Mi corazón, ese conejo, al abrigo, tras su pequeña reja de costillas, agitado, encogido, estúpido.”
  • “Si la gente es tan mala, es quizás solamente porque sufre, pero es muy largo el tiempo que media entre el momento en que ha dejado de sufrir y aquel en que se vuelve un poco mejor.”
  • “...Os lo digo, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; os lo advierto, cuando los grandes de este mundo empiezan a amaros es porque van a convertiros en carne de cañón.”
  • “Los gatos, cuando están amenazados, terminan por echarse al agua.”
  • “Los seres van de una comedia a otra. Mientras la pieza no está montada no son capaces de discernir los contornos, el papel propicio, y se quedan allí, brazos caídos ante el acontecimiento, los instintos cerrados como un paraguas, bamboleándose de incoherencia, reducidos a ellos mismos, es decir a nada. Vacas sin tren.”
  • “Descubres en tu ridículo pasado tanta ridiculez, engaño y credulidad, que desearías quizá pararte en seco de ser joven, esperar que la juventud se desprenda, esperar que te adelante, verla alejarse, irse, contemplar toda su vanidad, tocar con la mano su vacío, verla pasar de nuevo ante uno mismo, y luego marcharse, estar seguro de que ella también se ha ido y tranquilamente entonces, por tu lado, bien tuyo, pasar poco a poco al otro lado del Tiempo para mirar realmente como son las gentes y las cosas.”
  • “Para comer, los ricos no tienen necesidad de matar con las propias manos. Dan trabajo a los otros como a ellos les gusta decir. Los ricos no hacen el mal, pagan por él.”
  • Traicionar es fácil. Lo difícil es tener la ocasión. Traicionar es algo parecido a escapar de una prisión. Todos tienen ganas, pero es raro conseguirlo.”
  • “Los pobres rejuvenecen por dentro a medida que avanzan. La tarea de los pobres, la única, es la de vaciarse de las ganas de obedecer que les dieron al nacer, vomitarla. Si lo consiguen antes de reventar, entonces pueden vanagloriarse de haber vivido por algo.”
  • “En cuanto vives solo, uno se embrutece. Estar solo es entrenarse a morir.”
  • “La gente tiene piedad por los inválidos y los ciegos, incluso puede decirse que tienen reservas de amor. A veces yo mismo he sentido ese amor en reserva. Hay mucho. Pero es una pena que con tanto amor en reserva la gente sea tan cabrona.”
  • “Con el transcurso de los años decides hablar cada vez menos de las cosas que más te importaban, cuesta un poco al principio. Uno se harta de oírse hablar... ya no te importa tener razón, uno se asquea... basta con tragar un poco, calentarse un poco y dormir todo lo que se pueda en el camino de la nada. No eres más que un viejo reverbero de recuerdos en la esquina de una calle por donde ya no pasa casi nadie.”
  • “Al pasar los años, cuando uno piensa, te gustaría atrapar de nuevo las palabras dichas por ciertas personas, para preguntarles qué quisieron decirnos, no tuvimos bastante inteligencia para comprenderlas, cuando dejamos en el camino a los buenos amigos, sentimos no haberles hecho la pregunta adecuada, la verdadera...”

  • “La juventud va a converger en la playa gloriosa, a orillas del mar, allí donde las mujeres parecen sentirse al fin libres, en donde se ven tan hermosas que ni siquiera necesitan la mentira de nuestros sueños”.
Autora: Carmela

lunes, 19 de diciembre de 2011

Louis-Ferdinand Céline, o el amor a los abismos (Biografía)




Louis- Ferdinand Auguste Destouches -verdadero nombre de Ferdinand Céline-, médico y escritor francés, nació el 27 de mayo de 1894 en Courbevoie, Francia, tomando el apellido Céline de su madre.
Hijo único de un matrimonio de clase modesta, la pequeña herencia que reciben sus padres tras la muerte de su abuela materna, permite que pueda acudir a una escuela privada, combinando sus estudios con pequeños trabajos de aprendiz o de mensajero, siendo enviado a Alemania e Inglaterra para aprender idiomas; muchas de esas experiencias están plasmadas en su segunda novela “Muerte a crédito” (1936).
Su participación en la primera Guerra Mundial, siendo aún muy joven, le dejó graves secuelas físicas y morales, que le perseguirían toda su vida. Le fue concedida la Medaille Militaire por haberse presentado voluntario a la misión en la que fue herido.


Su carácter canalla
, entre el abismo y la locura, hizo que siempre le atrajesen los bajos fondos, lugares que frecuentó con asiduidad durante su estancia en Londres como encargado del consulado francés.
En 1915 contrae matrimonio con Suzanne Nobart, camarera francesa que residía en Londres.
Al año siguiente viaja a Africa como encargado de explotación forestal -“annus horribilis”-, donde contrae la malaria, experiencia que describe en su magistral “Viaje al fin de la noche” (1932), no exenta, sin embargo, de connotaciones humorísticas y alguna nota de entrañable admiración hacia algún compañero.

Finaliza el bachillerato en 1919 contrayendo matrimonio con Edith Follet –el primero, legalmente no existía, pues el consulado francés no lo registró como tal- con quien tuvo una hija, Colette, nacida en 1920. Sus contínuos viajes como integrante de la Sociedad de Naciones y sus largas temporadas en Nigeria y Senegal, acaban con su segundo matrimonio dos años después de graduarse. Bajo la influencia del doctor Athanase Follet, director de un colegio médico y padre de su segunda esposa, comienza sus estudios de medicina.
En 1926 conoce a Elizabeth Craig, con quien vivió en Paris hasta 1933 y a quien dedica “Viaje al fin de la noche”, inspirándose en ella para crear algunos de los personajes femeninos de esta novela.
En 1944 acompañado de su tercera esposa -la bailarina Luccette Almanzor, a la que estuvo unido hasta el final de su vida-, huye de Francia al final de la segunda Guerra Mundial. La publicación de varios inflamables panfletos antisemitas, le convierte en enemigo de una Francia ocupada por la Alemania nazi. Tras una larga y dramática odisea por centro Europa es capturado y encarcelado en Dinamarca. A la misma vez fue procesado en su país, declarado en rebeldía y amnistiado al año siguiente, regresando a Francia en 1957, instalándose en Mendon, un suburbio de Paris, donde continuará escribiendo y trabajando como médico para los más desfavorecidos.

Simpatizó con la generación Beat -movimiento contracult
ural antecesor de los hippies-, cuyo signo de identidad era el rechazo a los valores estadounidenses, país por el que el autor sentía una total aversión y del que en alguna ocasión llegó a decir que era un “ps de cretinos y de borrachos al cien por cien. No conozco nada más desgarrador y siniestro que América, un país desprovisto de profundidad... de una inaudita impotencia espiritual”.
Este movimiento proclamaba el uso de drogas, la libertad sexual y el interés por la filosofía oriental. Uno de los más destacados representantes de esta generación fue el escritor Jack Korouac, quien, con su libro El Camino (19
57), fue uno de los artífices del nacimiento de este movimiento.

Sin duda, su m
ejor obra, “Viaje al fin de la noche”, marcó el principio de una carrera espectacular y controvertida. Autobiografía descarnada y brutal, hecha con un lenguaje grosero y jergal, que conmovió los cimientos del sabio y académico idioma francés. Su prosa, violenta y amarga, su lenguaje vivo, libre de todas formalidades, ha hecho de esta obra una joya de la literatura contemporánea, siendo determinante su influencia en la creación literaria de otros importantes escritores: Jean-Paul Sartre, Henry Miller, Jack Kerouac, Paul Auster, etc.


Su intensa relación con las mujeres se debatió entre la pasión y el desencanto, como lo demuestran algu
nas líneas entresacadas de la carta que le escribió en pleno idilio a la pianista Lucienne Daforge: “Sabes que si me marcho es porque te estorbo. No soy un ser normal... Soy fiel, te lo aseguro, a mi manera, atrozmente fiel, fiel como un bretón, hasta reventar. Pero me agobia la regularidad de la vida, la realidad... Me siento mucho más cerca de la gente cuando la dejo... Para mí la realidad es una pesadilla contínua”.
En otras cartas
a otras tantas amigas se revela su personalidad pervertida y tierna a un mismo tiempo, estando llenas de cariño, violencia, consejos de un extraño paternalismo, política, sexo a chorros y literatura.
Muere el 1 de julio de 1961, a los 67 años de edad, de un aneurisma cerebral, en los más bajos abismos de la ignominia, como si la realidad de la que tanto abominaba se hubiera tomado venganza, desprestigiando su imagen pública, pero por encima de toda polémica, su obra se sigue estudiando como un clásico.
Visionario feroz que supo describir la realidad como sólo un genio sabe hacerlo, alguien, como él mismo definiría, con “vocación a la desgracia”. Su maravilloso legado puede describirse como pesimismo cósmico, arte criminal.

Bibliografía

Narrativa


  • Viaje al fin de la noche (1932), novela.


  • Muerte a crédito (1936), novela.


  • Apología de Muerte a crédito (1936).


  • Guignol's Band (1943), novela.


  • Casse-pipe (1952), novela.


  • Fantasía para otra ocasión (1952), novela.


  • Fantasía para otra ocasión II — Normance (1954), novela.


  • Conversaciones con el profesor Y (1955).


  • De un castillo a otro (1957), novela.


  • Norte (1960), novela.


  • El puente de Londres (1964), novela.


  • Rigodón (1969


Obra no narrativa


  • La iglesia, drama escrito (hacia 1930).


  • Homenaje a Zola (1933), discurso.


  • Mea culpa (1936), panfletos antisoviéticos.


  • Bagatelas para una masacre (1938), panfleto antisemita.


  • La escuela de los cadáveres (1938), panfleto antisemita.


  • Semmelweiss (1936), ensayo novelado.


  • Ballet sin música, sin nadie, sin nada

Correspondencia



  • 1979: Cahiers Céline 5: Lettres à des amies. Ed. Gallimard.


  • 1979: Pierre Monnier: Ferdinand furieux, (313 cartas inéditas). Lettera, L'Age D'Homme.


  • 1981: Cahiers Céline 6: Lettres à Albert Paraz 1947–1957. Ed. Gallimard.


  • 1984: Lettres à son avocat: 118 lettres inédites à Maître Albert Naud. Paris: La Flûte de Pan.


  • 1985: Lettres à Tixier: 44 lettres inédites à Maître Tixier-Vignancour. Paris: La Flûte de Pan.


  • 1987: Lettres à Joseph Garcin (1929–1938). Paris: Librairie Monnier.


  • 1988: Lettres à Charles Deshayes, 1947–1951. Paris: Bibliothèque de Littérature Française Contemporaine.


  • 1989: Le questionnaire Sandfort, précédé de neuf lettres inédites à J.A. Sandfort. Paris: Librairie Monnier.


  • 1991: Lettres à la NRF 1931–1961. Paris: Gallimard.


  • 1991: Lettres à Marie Bell. Aigre: Du Lérot.


  • 1991: Céline et les éditions Denoël, 1932–1948. Paris: IMEC.


  • 1995: Lettres à Marie Canavaggia, 1: 1936–1947. Tusson: Du Lérot.


  • 1995: Lettres à Marie Canavaggia, 2: 1948–1960. Tusson: Du Lérot.


  • 1998: Lettres de prison à Lucette Destouches et à Maître Mikkelsen (1941947). Paris: Gallimard.


  • 1999: Milton Hindus: L-F Céline tel que je l'ai vu, L'Herne.


  • 2002: Lettres à Antonio Zuloaga (1947–1954), texte établi, présenté et annoté par Eric Mazet, préface de Philippe Sollers, La Sirène, Paris, 2002 (imprimerie Du Lérot, Tusson).
Autora: Carmela
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