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viernes, 30 de septiembre de 2011

¿Qué le hemos hecho los andaluces, Sr. Mas?


Una vez más, la derecha nacionalista catalana vuelve a arremeter contra Andalucía para defender la irracionalidad del llamado bilingüismo catalán. Están tan escasos de argumentos y recursos que no son capaces de justificar lo acertado de sus propuestas, sin tener que agredir la identidad y los sentimientos de nuestra tierra.
Mire usted, don Arturo, puestos a aclarar he de decirle que, ni ustedes hablan tan bien, como creen, el castellano, ni mucho menos sabéis escribirlo, porque lo que un andaluz no hace es caer constantemente en el “dequeismo”, y mucho menos utilizar formas verbales -en este caso, el condicional, en lugar del imperfecto del subjuntivo- que no vienen al caso. Por si usted –y muchos lenguaraces como usted- no lo sabe, el andaluz es uno de los pueblos de este país que mejor construye sintacticamente, y su habla –usted y otros muchos, se reirán- es la que más pujanza tiene en España y el mundo, haría bien en enterarse. En el futuro, en todo el mundo sólo se hablarán cuatro lenguas: Inglés, Chino, Árabe y Andaluz, perdón, he querido decir el español que se habla en Andalucía; oiga a su alrededor, en Madrid, Barcelona, Bilbao, etc., cada vez se impone más este lenguaje por ser más económico y por su musicalidad auditiva.

Dice un refrán que no ofende el que quiere, sino el que puede, y, desgraciadamente, a usted le faltan argumentos. Las cosas son como interesadamente quieren que sea, y no como deberían ser en realidad. Ahora ustedes son los niños mimados de este gobierno y hay que hacer que estén contentos, pero por ahí no paso. Les voy a recordar algo que en otra ocasión escribí: ustedes dicen “cementeri”, y resulta que eso es un idioma, en cambio nosotros hacemos lo mismo, decimos “deo” y somos unos incultos paletos que no sabemos hablar. Mire, los andaluces no es que hablemos mal el español (ustedes le llaman castellano, para rebajarlo), lo que ocurre es que hablamos andaluz, y por desgracia, usted, con lo culto que es, no lo habla.
Tengo que recordarle que el andaluz era la lengua de antonio de Nebrija, el primer redactor de una gramática española allá por el 1492, así como Góngora, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, los hermanos Machado, Federico García Lorca, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda, Alberti, Bécquer, María Zambrano, Luis Rosales, así como andaluz es el de Antonio Gala, Muñoz Molina, Luis García Montero, Ana Rossetti, etc, y ninguno de ellos tuvieron -ni tienen- problemas para expresarse y hacerse entender.
Ya está bien de ofender, don Arturo, ya está bien de llamarnos incultos, vagos, borrachos, juerguistas y demás lindezas con las que de vez en cuando nos agasajáis. Los que así actuáis no vais a lograr vuestro propósito, no conseguiréis revolver al resto de la población del estado contra los ciudadanos de Cataluña, esa estratagema está fracasada, es antigua y no os dará resultado, ya que no es más que la estrategia de un puñado de políticos faltos de ideas, para justificar algo que muchos aceptamos: la independencia de vuestro territorio, pero no por esos caminos, Arturito, la independencia, sí, pero argumentada, sin enfrentismo ni violencia, pero lo que no es tolerable es que intenten conquistarla mofandose de otras tierras.

Usted es una loza para su tierra, Sr Mas, una desgracia, una catástrofe, usted -y su partido-, sólo significan Mas 3% en comisiones, Mas recortes en sanidad pública (tiene cojones que haya puesto usted al frente de ésta a un alto responsable de la sanidad privada), Mas recortes a la enseñanza, Mas recortes en residencias para mayores y discapacitados, Mas recortes en el salario de los trabajadores sanitarios, Mas miseria, etc., visto lo visto, Sr. Mas, ¿por qué no se calla?
¿Qué sería de vosotros si no nos tuvieseis a mano para justificar vuestras ineptitudes? ¿Por qué no nos dejáis en paz y- los que como usted- os morís en la más aburrida tristeza?

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Globedia.com: Una guía de estilo nada recomendable




El pasado jueves rompí mi colaboración con Globedia.com, relación que se remontaba a finales de noviembre de 2010, período en el cual aporté más de 130 entradas que reportaron unas 125.000 visitas aproximadas. Como en el resto de lugares donde participo (Elmercuriodigital.es, Paperblog.com, Buzzear.net, lablogoteca20minutos.es), acepto la línea editorial que define a cada uno de ellos, sin inmiscuirme en el desarrollo de su trabajo, todo mientras no alteren mis trabajos, o, como en el caso de Globedia, exista una censura solapada que impiden la publicación de detrminados temas, al menos, en mi caso, mentiría si dijera que es generalizado. Otras, con la sola explicación de que se “incumple las normas”, dejen de publicar determinados artículos, omitan los vídeos que complementan al texto (vídeos que no incumplen ninguna norma, ya que suelen ser de mi propia autoría o bien de YouTube), así como, desde hace una semana, la eliminación de las fotografía -algo que sí le incluyen a otros colaboradores-, cuando, en la mayoría de las ocasiones, éstas, como los vídeos, enriquecen y forman parte del contenido de la publicación.

No sé si será porque están desbordados de trabajo, o tal vez, que la crisis ha dejado la redacción sin ningún personal, el caso es que me he puesto en contacto con ellos en tres ocasiones, pidiendo explicaciones por las anomalías que venía detectando, pero hasta la presente sólo he recibido la callada como respuesta. He dejado pasar un tiempo prudente para ejecutar la decisión que tenía pensado tomar –y que les comunicaba que haría si no me contestaban-, pero en vista de su escasa profesionalidad, o bien, el escaso interés que muestran por mi trabajo, he decidido dejar de publicar en dicha página. Sé bien que esta seguirá perfectamente sin mi colaboración, quizás hasta mejor, pero lo que no deben ignorar estos portales es que ellos viven, en parte, gracias al trabajo que nosotros desarrollamos, trabajo por el que no recibimos un euro y que hacemos complacidamente, ya que nuestro esfuerzo se ve recompensado por las personas que nos visitan y leen. Es todo lo que pedimos. Y que no se ningunee nuestra labor, cosa que he de aclarar, no me ha sucedido con ninguno de los otros portales mencionados. Como en toda profesión, en el periodismo también es necesario tener una buena guía de estilo.

martes, 27 de septiembre de 2011

El mosto del Aljarafe: Un ritual al dios Baco






Para los amantes del mosto del Aljarafe, septiembre significa el pistoletazo de salida y el fin de todo un año de espera. La expectación que despierta este preciado caldo sólo se relaja cuando llega la noticia de que el nuevo mosto se ha puesto a la venta, aunque hay “entendidos” que sostienen, categóricamente, que éste no estará en perfectas condiciones hasta octubre o noviembre, donde los efectos de los primeros fríos le darán cuerpo y quitarán la turbiedad del mismo, aunque hay otros –y entre ellos me incluyo- que sostienen que, al ser un “ser viviente”, el mosto, desde el primero hasta el último, es excelente, y que en cada momento tiene un paladar, un olor y un bouquet diferente, ninguno de ellos superior en calidad al otro.


 

Descarga de las uvas en la torva



El mosto es un vino blanco joven, turbio y, en algunas localidades, “achampanado”, muy apreciado en toda la comarca del Aljarafe y Sevilla, ciudad donde cada vez son más numerosos sus adeptos. Elaborado con uvas de la variedad Zulema, Palomino, Pedro Ximénez y Garría fina, éstas se someten a un prensado suave en las bodegas –con objeto de preservar su delicadeza-, donde, una vez traspasado a barricas de roble, madurará y fermentará durante treinta o cuarenta días, momento en el cual ya será posible su consumo. El resultado del mosto dependerá de la uva que se utilice. Así, el apreciado mosto de Umbrete (semi seco y achampanado) se consigue, gracias a la variedad Pedro Ximénez, y a un proceso de enfriamiento con el que retardan la fermentación  de éste, logrando de esta manera que ésta no sea total y mantenga un alto porcentaje de los azúcares originales, consiguiendo esta modalidad de vino tan apetecido.
El resultado final, después de pocas semanas, es un caldo de color amarillo dorado de intensidad media, con un exquisito aroma afrutado (manzana y pera), un sabor fresco, agradable, equilibrado y ligeramente abocado que dejan satisfacciones placenteras en el paladar. Su graduación alcohólica oscila entre los 11.5% y los 13%. En otoño e invierno es aconsejable consumir a temperatura ambiente y- si es posible- servido directamente de la bota, y en primavera y verano, entre 12º y 14º.



Despacho de vino de Bodegas Salado



En pocos días, el nuevo mosto se pone a la venta en bodegas y tascas de la comarca. Los lugareños han estado a la expectativa, ya que un sinfín de remolques, cargados con el producto de la vendimia, han roto la monotonía del pueblo, llenando de un colorido dorado y un intenso olor, sus calles. Ahora sólo queda probar y discutir –sobre la barra, media botellita de oro líquido ameniza la charla-, dónde y quién ha conseguido el mejor vino. Y a nosotros, los devotos de tan delicioso elixir, descubrir nuevos lugares donde localizar el mejor tesoro, aquel sitio que desconocíamos, pero que cuenta con cinco o seis botas rellenas del mejor y más logrado mosto. En definitiva, hacer lo que todos los otoños hacemos, nuestra particular Ruta del Mosto: Camas, Bormujos, Almensilla, Bollullos de la Mitación, Espartinas, Villanueva del Ariscal, Umbrete y también Santiponce -resulta curioso, pero tanto en Camas como Santiponce, hemos descubierto buenas bodegas, y con mejores mostos que en otras localidades afamadas- son algunos de los lugares del Aljarafe sevillano que recibirán nuestras visitas semanales, todo para “despuntar el vicio”. ¡Loado sea el dios Baco!



Interior de la bodega donde reposan los vinos





lunes, 26 de septiembre de 2011

La sombra del Tío Sam es alargada



Da igual, gobierne quien gobierne, sea cual sea el color de la piel, el sexo de su presidente, es la sombra del Tío Sam la que ejecuta la política americana, muchas veces, condicionada por el lobby judío. Donde más se nota esta coincidencia es en la política exterior, nada hay en sus determinaciones que los pueda diferenciar. Tal vez sea más moderado, menos agresivo, el lenguaje que manejan los llamados demócratas, pero al final, los dos confluyen en las mismas decisiones: meter las narices en los asuntos de todos los países soberanos, crear conflictos armados que hagan productivas sus fábricas de armamentos, quitar y poner mandatarios a su antojo, e imponer sus razones “democráticas” en todos los organismos internacionales por la claridad de sus argumentos, o sea, por el poder que le confiere su poderío armamentístico.

A estas alturas del partido, el que quiera seguir viendo en el monstruo americano el ejemplo democrático a seguir, anda ciego o va mal encaminado. Habría que detenerse algún día en estudiar qué tipo de régimen político es el que funciona en ese país (semi dictatorial, feudal, surrealista monárquico, pasota o canallesco), lo cierto es que no cuela que sea democrático, si por ello entendemos “el gobierno del pueblo”, porque miren, el hecho de que en un país, sus ciudadanos, voten cada vez que lo invitan a hacerlo, no demuestra que lo sea, máxime cuando todos conocemos la incultura política que poseen los habitantes de esta nación, el abandono ético personal para justificar sus reprobables actitudes, el chovinismo patriótico para superar el complejo de no poseer identidad histórica, etc., si además añadimos la brutal manipulación mediática a la que es sometida su población, el resultado es que en la “ejemplarizante y democrática” USA, la mayoría de sus ciudadanos van a votar con la orejera y el antifaz puesto, cuando no inducidos por el becerro de oro.


Una sociedad que sigue ejecutando a sus ciudadanos (unas veces, culpables, otras muchas, no tan claro), y en la que, por el mero hecho de ser latino, o negro, tienes un plus añadido, una sociedad que aún no ha sido capaz de hacer autocrítica del genocidio que cometieron contra la población indígena, una sociedad que es capaz de matar a sus presidentes –democráticamente elegidos- cuando éstos les salen “ranas”, una sociedad que no se detiene en sacrificar a sus compatriotas en inútiles guerras y simulados atentados terroristas, una sociedad que persigue en su país a los que no comulgan con esta política oficialista, una sociedad que no permite ninguna otra ideología más que la del dólar, una sociedad así, digo, no puede ser calificada como democrática, a no ser que aceptemos la confusión del término, algo que ya está sucediendo, incluso, en algunos países europeos.


El triste espectáculo lo estamos presenciando esta semana en ese organismo estúpido y obsoleto que es la ONU, un tinglado que sólo sirve para legalizar los atropellos que las superpotencias cometen contra los pueblos más débiles, bendiciendo las ansias invasoras y aniquiladoras que estas superpotencias desarrollan por el planeta. Donde hay paz, desestabilizan; donde reina el caos, la masacre, el hambre y la injusticia, lo ignoran. Gadafi ya les molestaba: en un mes solucionado. Mubarak, había caducado: en menos de un mes solucionado. Había que acabar con el único resto de socialismo que quedaba en Europa (son tan incultos que pensaban que lo de Serbia y Milosevic era comunismo), en pocos días solucionado, y de paso, mataban dos pájaros de un tiro: mostrar un gesto amable a los musulmanes del mundo, para hacerles olvidar las masacres contra sus hermanos, en otras partes del globo.


Pues bien, el solucionador de injusticias, el deshacedor de entuertos, el caballero andante americano, el gran farsante democrático, el mesías negro que todos esperábamos, igual que hicieron sus predecesores –republicanos, demócratas, blancos y bien blancos-, vetará el derecho a que Palestina se convierta en una nación autónoma e independiente, un Estado con plenos derechos, libre de la represión y el secuestro a que la somete la barbarie sionista.

Una vez más el gobierno imperialista norteamericano está, no con la razón ni la justicia, sino con la estrategia política y las exigencias del lobby judío, que como todos sabemos, en el país del Tío Sam, es bastante influyente.

Es curioso cómo la historia de estos dos pueblos coincide una vez más en el tiempo. Los dos son el producto de oleadas de inmigrantes que llegan a un territorio que no es el suyo, y los dos comienzan una política de ocupación –al principio-, y más tarde de consolidación y exterminio de los antiguos habitantes de esos territorios para que, poco a poco, sean los únicos propietarios. Estos últimos, los judíos, poseen el 78% de Palestina, mientras los dueños, los palestinos, sólo tienen el 22%, parte de ellos “hipotecados”.

La historia del pueblo de Palestina ha sido, casi siempre, de dominación y éxodo. Su territorio comprendía, allá por el III milenio a.C. las tierras del “Creciente fértil” , tierras situadas en la franja comprendida entre el Mediterráneo y el Jordán (actual estado de Israel, Franja de Gaza y Cisjordania, zona occidental de Jordania y algunos territorios de Siria y Líbano), conocida con el nombre de Cannaán, hasta que los romanos, después de invadirla, cambiaron su nombre antiguo por el que actualmente posee, Palestina. En ella convivieron diferentes pueblos (fenicios, filisteos, arameos, hicsos, amorreos), hasta que en 1.400 a. C. comenzaron a penetrar bandadas de hebreos, en un proceso de asentamiento lento que duró varias décadas tras la cual, los pueblos cananeos fueron al final expulsados o bien se fundieron con las tribus israelitas.

Desde entonces, Palestina ha venido sufriendo una continua serie de ocupaciones: después de los judíos, persas, romanos, otomanos, británicos y, por último, nuevamente los judíos, se han adueñado de una tierra que no les pertenecía. Así -repitiendo la táctica invasora de 1.400-, los judíos de la diáspora, auspiciados por el sionismo de Theodor Herzl, y la complacencia mundial -debido a los remordimientos que les producía su tardía intervención contra el genocidio de la Alemania nazi-, volvieron a ocupar las tierras de Palestina, y ya en 1947, una vez vencida la colonización inglesa, lograron la partición de su territorio ( 57% del mismo para Israel, con una población mínima; 42% para Palestina, con población mayoritaria; Jerusalén seguiría siendo internacional) y el reconocimiento del estado judío en 1948.
63 años después Palestina sigue ocupada, sus tierras asaltadas, sus olivos arrancados, su gente (mujeres, niños, mayores) masacrada, su población dividida y controlada, sin acceso a las aguas del Jordán, rodeados por un muro de vergüenza, por un ejército de rabinos que perpetran las mayores vejaciones sobre una población que carece de armamento para su defensa y la inacción de unas Naciones Unidas que ve cómo el estado Judío incumple una y otra vez sus resoluciones, con el amparo del Tío Sam, que es quien reparte los títulos de quien es y no es demócrata.
De momento, el pueblo palestino ha dado un gran paso a nivel institucional porque, a nivel de la calle, entre la mayoría de los ciudadanos del mundo, Palestina es reconocida y aceptada, como una nación libre e independiente.


viernes, 23 de septiembre de 2011

A través de los cristales, veo poemas





“Nuestra guerra es nuestra armonía.
Nuestra derrota, nuestro paisaje.

Se nos caen las hojas.

Vosotros hacéis poemas”


Manuel Rivas


-o-o-o-o-

Cómo buscar la verdad,
si mi gran temor
es no saber reconocerla.

-o-o-o-o-

Di que sí
y ahora mismo acudo.
Tiraré al río mis bultos y ruinas
e iré donde tú conmigo.

Di que sí
y brotarán miles de flores
sin lluvias ni primaveras.

Di que sí
y amaneceré dormido entre tus brazos,
allá en el infinito de tu espera.

-o-o-o-o-


Dijimos un día:
“Hasta que la muerte nos separe”.

Y así fue,
la del dulce semblante

nos ha visitado...

Mas,

no puedo cumplir mi promesa.
No sé cómo hacerlo.
¡Me cuesta tanto no quererte!

-o-o-o-o

Desnúdate,
vamos a embriagarnos de sonrisas.
Hagamos que nuestros amores
fecunden, tibiamente,
los rincones del planeta.

Despéinate,
vamos a enmarañar el mundo de caricias.
Ofrezcamos la miel de nuestras canciones
a los que, como nosotros,
tan ni siquiera se tienen.

-o-o-o-o-

Un collar de piedra
circunda tu cuello.

Un mechón de hierba
oculta tu sexo.

El árbol
es la casa.

La sierra
mi universo.

¿Tienes frío?
¡Dímelo bajito!

Si quieres,
además de tierra
te doy un trozo de cielo.

-o-o-o-o-

Si tengo sed, bebo.
Si hambre, como.
Si tengo sueño, duermo.
Entonces
¿por qué cruzo los brazos
cuando te pierdo?

-o-o-o-o-

Como el sol,
cada mañana nacerás
en nuestros corazones.

Tu luz, puede ser que llegue
a inundar mis más lúgubres rincones,
y, tal vez, hasta calentará
el hueco que dejaste en la cama.

Como el sol,
cada día nacerás en mis deseos,
y, como el sol,
cada tarde, puntualmente,
satisfacerás mis desamores
de nocturnos anhelos.

Como el sol,
cada mañana nacerás de nuevo
para llenar mi vacía vida
de minutos muertos.

Como el sol en la tarde, moriremos,
-pintándolo todo de ausencias-
cada segundo, otro poco.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El estado de la enseñanza pública en Andalucía



Con la actual crisis económica, parece ser que los recortes llegan a determinadas comunidades autónomas. Es lo que está sucediendo a la enseñanza pública en Madrid, Cataluña, Galicia, Castilla la mancha, Navarra, etc., todas –por lo visto- menos Andalucía, a tenor del silencio cómplice que guardan los sindicatos de esta comunidad, y es que es tal el abandono al que la Junta la viene sometiendo durante tantas décadas, que prácticamente casi nos hemos acostumbrado a educarnos con lo mínimo.
Es lamentable comprobar los datos con la frialdad que sólo los números presentan. Ante la evidencia de ellos y la seguridad de que éstos, pocas veces llegan a la población, la Junta de Andalucía los enmascara con otros que nada tienen que ver con la realidad, o bien los silencian.

Como estamos metidos en materia, para los andaluces en general y también para el resto de interesados, a continuación hago una descripción de los publicados por determinados organismos oficiales y que obran en mi poder.

  • En principio habría que resaltar que, mientras que en la Unión Europea, la inversión para la enseñanza pública está en un 5.4% del PIB nacional y en España en un 4.6%, en Andalucía sólo llega al 3.6%, casi un 2% menos que la media de la UE, y un 1% por debajo de la media nacional.
  • El importe en euros por alumnos es el siguiente: media nacional, 5.299 euros; media andaluza, 4.211 euros (incluido libros de textos y ordenador personal), la comunidad que menos dinero aporta a la enseñanza publica, muy por debajo de la estatal y, sobre todo, de la media de Euskadi, 8.858 euros.
  • Por encima de la media también se sitúan Navarra, con 6.991 euros por estudiante y año, Asturias (6.492), Castilla y León (6.103), Cantabria (6.039), Galicia (5.947), Baleares (5.817), La Rioja (5.791), Aragón (5.486), Cataluña (5.394) y Madrid (5.330). Por debajo se encuentran Castilla-La Mancha (5.234), Canarias (5.145), Extremadura (5.017) y la Comunidad Valenciana (4.840), aparte de Murcia(4.320) y en un vergonzoso último puesto, Andalucía (4211). (Datos de 2005, publicados por el Ministerio de Educación).
  • De los profesores que se jubilen, solo se cubrirán el 10% de las plazas, o sea, para el curso 2011/2012 sólo se cubrirá una de cada diez vacantes (y eso que no hay recortes en Andalucía). Ateniéndonos a que el 55% del profesorado andaluz ronda los 60 años, y que la Junta de Andalucía “promociona” la jubilación antes de los 65 años (100% del salario, más una gratificación extra), se calcula que en el 2011 serán, aproximadamente, 3.000 los profesores que dejen su plaza.
  • Eliminación de los 500 interinos que realizaban su trabajo en Educación Infantil, Primaria y Educación Especial (500 profesores menos, ¿es recorte?).
  • Mientras que Madrid y algunas otras comunidades tratan de aumentar la ratio de alumnos a 25 por clase, la Junta, para este curso, la ha elevado de 30 a 33.
  • Hay que recordar que la Junta de Andalucía también aplicó el recorte del 5% de media en el sueldo de los profesores, que no se olvide.

Si esto no es recortar, si todas estas medidas no influyen en la calidad de la enseñanza pública andaluza, que pongan a estudiar, los dirigentes socialistas, a sus hijos en estos centros y no los lleven a colegios privados, ya verán lo que aprenden, es más, puede que hasta les salgan hablando cuatro o cinco idiomas, además del español, claro.
Lo que sorprende – hay razones ocultas que no alcanzo a comprender-, es observar lo quietecitos que están los sindicatos andaluces. ¿Por qué éstos no se movilizan en Andalucía?. ¿No será que lo estarán aplazando para cuando gobierne el señor Arenas, o sea, el PP?
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, y en esta bendita tierra andaluza, a estas alturas, pocas cosas pueden llegar a sorprenderte. ¡Bendita maquinaria política la del PSOE, que hasta en los momentos de agonías le funciona a las mil maravillas!


lunes, 19 de septiembre de 2011

León Tolstói: Un genio del realismo




“Escribir para el pueblo es escribir para el hombre de nuestra raza, de nuestra tierra, de nuestra habla... Es llamarse Cervantes en España; Shakespeare en Inglaterra; Tolstói en Rusia...”

Antonio Machado



El conde León Nikoláevich Tolstói, nace el 28 de agosto de 1828 en Yásnaia Poliana, una hermosa aldea de la provincia de Tula, a doscientos kilómetros de Moscú, bajo el reinado de Nicolás I, donde las jerarquías (oficial-soldado, señor-siervo) permanecían inmutables desde la época de Catalina II.
De familia aristocrática, dueña de una considerable fortuna, su infancia, sin embargo, se ve truncada por la prematura muerte de su madre, cuando contaba apenas dos años de edad, y más tarde, la de su padre, a los diez. La tutela de los huérfanos fue confiada a las hermanas del difunto conde.

Durante sus primeros años en la finca de Yásnaia Poliana, Tolstói desarrolla, de forma imperceptible, un amor “casi físico” por la naturaleza y los mujíks (campesinos) –sus miserables vidas, sus hábitos, canciones, lenguaje-, amor que conservó durante toda su vida como su característica más acusada. En 1844 ingresa en la Universidad de Kazán, decepcionándose muy pronto de los estudios y dedicándose de lleno a la lectura –Pushkin, Lérmontov, Stendhal, y, sobre todo, Rousseau, además del Evangelio-. Fue una persona muy religiosa, preconizando un tipo de cristianismo primitivo.


Hereda la finca donde nace y a los diecinueve años es dueño de 330 campesinos y 1.500 Ha de tierra. Decide mejorar la vida del campesinado, darle educación, pero pronto se encuentra con la barrera de la indiferencia y la desconfianza de éstos. Todos sus esfuerzos son vanos, sintiéndose desmoralizado, vencido, reflejándolo en el relato titulado “La mañana de un terrateniente” (1852).
Decepcionado de sus planes, retoma con ahínco sus estudios y decide cambiar radicalmente de vida, alistándose en el ejército como cadete de artillería, desarrollando una intensa actividad literaria. En 1856, Tolstói abandona el ejército, trasladándose a vivir a Petesburgo, dedicándose exclusivamente a escribir, interpretando como ningún otro autor ruso los acontecimientos de la época que le toca vivir.
Viaja por toda Europa, y a pesar que con su certera mirada crítica hace notar que las libertades democráticas-burguesas imperantes son hipócritas y sofisticadas, reconoce que mucho peor es la situación de su amada Rusia y la de su campesinado, que se le antoja abominable. Decide pues, volcarse de nuevo en la educación de éstos, ejerciendo él mismo de maestro e introduciendo el sistema de “educación libre”, tratando de despertar la curiosidad y la espontaneidad del niño.

El nuevo zar, Alejandro II, cediendo a las presiones de la opinión pública, decide liberar a millones de campesinos, pero éstos deben pagar por esta liberación indemnizaciones a sus amos. Tolstói se siente decepcionado, ya que vive como suya la opresión de ésta gran mayoría de compatriotas.

A principios de la década de 1860 contrae matrimonio con Sofía Andriéevna Bers, hija de un destacado médico moscovita, convirtiéndose en un gran apoyo para el autor. Por esa misma época publica “Los cosacos”, donde comienza a perfilarse la transformación que se operaría en él a lo largo de su vida.
Entre 1864 y 1869, crea la gran epopeya “Guerra y Paz”, crónica detallada de los acontecimientos que rodearon la invasión napoleónica de 1812, periodo de grandes turbulencias en la historia de Rusia, que marcaría, también, el destino de Europa, y que él mismo no duda en comparar sin falsa modestia con “La Iliada”. Continua su preocupación por la educación de lo que, él piensa, constituye el mayor tesoro de Rusia: la infancia. Publica un abecedario con el que espera que estudien varias generaciones de niños de todas las clases sociales, a la vez que escribe multitud de relatos infantiles destinados a este mismo fin.


En 1877 sale a luz la que sería su obra más artísticamente hermosa: “Anna Karénina”. La novela es un reto a la falsedad, a la caridad de salón y a las leyes inexorables de la sociedad para castigar el pecado. Tolstói ahonda como nadie en el alma humana, creando personajes al límite del amor, del odio, del sufrimiento. En esta obra desarrolla magistralmente lo que se ha dado en llamar “naturalismo”, un estilo literario en el que proclama, con un intenso lirismo, su amor a la naturaleza.
A partir de esta época sufre una profunda crisis moral: reniega del estado, de la iglesia, de la propiedad y del modo de vida de las clases privilegiadas, a las que él mismo pertenece. En 1881 se traslada a Moscú con su familia (tuvo un total de trece hijos), tratando de llevar una vida lo más austera posible, acorde con su sensibilidad para con los más pobres, cuya situación le horroriza cada día más. En “¿Qué debemos hacer?” (1884-1886), Tolstói arremete implacablemente contra el estado, al que califica de “asesino”, y contra la iglesia, a la que denomina como “asociada”.

La síntesis de toda esta evolución personal la encontramos en “Resurrección”, publicada en 1899, magnífica obra donde el protagonista, el prícipe Dmitri Nejliúdov, se nos muestra claramente como su alter ego. Es admirable la capacidad de observación que revela esta obra, en la que su realismo psicológico alcanza la máxima expresión. El autor nos hace espectadores de cómo, la visión fugaz de un mundo paralelo al que el protagonista había desdeñado asomarse -la penosa situación social del campesinado ruso-, da un giro radical al rumbo de su vida.En febrero de 1901, a instancia de las autoridades eclesiásticas, Tolstói es excomulgado por la iglesia rusa, acusado de heterodoxo.

En la última parte de su vida siente repugnancia por seguir viviendo en el lujo y la abundancia, y no haber sido consecuente con su pensamiento; en su mente va tomando cuerpo la idea de abandonarlo todo para ir a vivir al campo en la más completa austeridad. Cede todos sus bienes a su esposa e hijos y a la edad de 82 años marcha, por última vez y para siempre, a la finca que lo vio nacer. Fallece el 7 de noviembre de 1910 en la estación de Astápovo, camino de la misma, aquejado de fiebre, producto de una pulmonía, a las 6.05 de la mañana; desde entonces, el reloj de dicha estación marca invariablemente esa hora. Los restos del genial escritor yacen en Yasnáia Poliana, en una modesta tumba, a solas con la naturaleza rusa que tanto amó y que supo describir con arte incomparable.

Autora:
Carmela

viernes, 16 de septiembre de 2011

En defensa de los servicios públicos: Movilización para el 18 de septiembre


Nuevas movilizaciones del 15-M, para el próximo domingo, día 18 de septiembre, en defensa de unos servicios públicos que garanticen, de una manera generalizada, la atención sanitaria, educativa, procesal, etc., de todos los ciudadanos del país por igual. Son muchos los interesados en acabar con este sistema público que poseemos, con el objetivode de hacer más rentable sus negocios privados.
De nosotros depende que sea un fracaso su empeño. La lucha pacífica continuada en la calle, en internet, o cualquier foro de debate que se presente -desenmascarando el proyecto que pretenden-, es el único arma eficaz con el que contamos para salvarla.
Defendámolas rabiosamente, igual que hace una madre con su retoño.

Extracto del comunicado del 15-M

"Los servicios públicos de los países occidentales están en el punto de mira de los mercados, su objetivo: privatizar las partes rentables y transformar el resto en sistemas de beneficencia. Este proceso de deterioro y privatización no tiene colores políticos, está siendo realizado por y/o con la complacencia de todo tipo de partidos, y con el apoyo de organizaciones y sindicatos subvencionados"


Vídeo de Democracia Real Ya, por la defensa de la sanidad pública


jueves, 15 de septiembre de 2011

Conviviendo con un joven de los años setenta


Creía que había muerto, pero sólo estaba dormido, ese joven de los años setenta que un día fui. A veces, se remueve mi interior, estremeciéndome, desagradablemente, cuando contemplo en la actualidad las mismas injusticias que un día justificaron mi movilización.
De pronto, sin esperarlo, un pequeño detalle me retrotrae al pasado aún no muy lejano, a los años setenta, aquel tiempo donde intentamos cambiarlo todo, dar la vuelta al calcetín, desmontar lo viejo, pintar las calles con nuevos colores y escribir en las paredes los más terribles y tiernos versos.
Pretendimos hacer tantas revoluciones que, al final, no conseguimos ni siquiera una, la más asequible, la menos divergente, la más necesaria: la de la ruptura democrática con el pasado.
Nos utilizaron como sólo los políticos saben manipular a la masa: de manera cruel y sin escrúpulos, entendiendo que éramos el instrumento animal que desmontaría el pasado y les llevaría al gobierno.
Eran tiempos de luchas, de temores, de fantasmas con sombreros por las esquinas, de prisiones, de reposos sobresaltados, de gargantas resecas.
Poco tiempo nos quedaba para el estudio, las aficiones, los amores, la familia, ni siquiera el justo como para compartir los sueños.
Todo iba deprisa: a diez, a cien, a mil por horas, la tirada de panfletos, las pintadas, hasta en las huidas, delante de los “grises”, se batían auténticos record mundiales del olimpismo.
Lo cierto es que a los días le faltaban minutos, a las noches almohadas y a nuestros enflaquecidos cuerpos, descanso.
No se podía perder el tiempo: la revolución estaba por hacer y se trataba del futuro prometedor que mañana heredarían nuestros hijos.
Así pues, enfundados en nuestros vaqueros, camisas de franela a cuadros, medio desabrochadas, por fuera, botitas de piel vuelta por los tobillos, melenas por los hombros y emboscados en unas luengas barbas, nos lanzamos a conquistar el mundo, a sembrar la paz por todos los rincones de la tierra... hasta que llegaron las primeras elecciones, las segundas, las terceras, y vimos que aquí, en España, poco o nada había cambiado.
Estamos en el 2011. Padecemos una crisis económica –de la otra, mejor ni hablar-, el dios religioso que intentamos matar se ha transfigurado en uno mercantil, la cultura es una utopía, igual que el hombre libre e independiente, que ha dejado de ser un alucinante proyecto para convertirse en un desagradable resultado.
El paso de los años ha blanqueado el pelo, ha encallecido el cuerpo, nos ha hecho más incrédulos, más reflexivos, más pausados, menos entusiastas, por eso, nuestro entretenimiento favorito es, dedicarnos a ver puestas de sol, por lo que pueda pasar, por si el futuro nos alcanza de una maldita vez por poniente.
A pesar de todo, no han logrado cortarnos las alas, por eso, muchos de aquellos rebeldes de los setenta, confían –con la paciencia que adquieren los que algo importante esperan-, que la paloma de la ilusión se pose, al fin, entre nosotros.

Pero bueno, ¿Y cual es el detalle que ha producido esta sarta de recuerdos? ¡Perdón! Con tanta historia se me olvidaba.
El detalle, el chispazo ha sido, escuchar y ver un vídeo compuesto y realizado por un amigo de toda la vida, Paco Mejías, un cantautor sevillano –uno de los muchos que proliferaban por esa época que he rememorado-, que paseó sus canciones –y su grupo- por todos los rincones de la ciudad: allí donde hubiera un club cultural de barrio, se encontraba él. Con sus canciones, su poesía, ayudaba a que ciento de personas descubrieran que, tras las palabras cantadas, además de un mundo de belleza, existía también, un mundo de rebeldía, un inmenso mundo de solidaridades y compañías.
Creció haciendo música y en la actualidad sigue haciéndola. Nada le detiene. Son de los muchos que se quedaron por el camino, que no tuvieron suerte, o tal vez no la buscaron. Paco sigue componiendo, él disfruta, a pesar del anonimato de sus resultados. De vez en cuando sube algún que otro video a You Tube, por eso del morbo juvenil: You Tube debe recordarle los viejos garitos de los años setenta. La canción que presento, "El puente", pertenece a aquella época dorada. Ha pasado bastante tiempo desde entonces, pero lo que es innegable es que se trata de una excelente composición, buena música y una maravillosa letra que pertenece a un desconocido -en aquellos años- y gran poeta ruso: Evgueni Evtushenko.
He de agradecer a mi querido amigo, que haya hecho posible que retrocediera en el tiempo, sin necesidad de pagar peaje.
Que ustedes lo disfruten.




martes, 13 de septiembre de 2011

Sopa de tomates: La exquisitez de un plato humilde



Esta comida de hoy es otro de los platos denominados “humildes”, con los que las “mágicas” madres del franquismo satisfacían, por un día, los estómagos hambrientos de su prole. Como los anteriores publicados, su elemento principal sigue siendo el pan que, a los menos, se les quedaba duro, aunque, a diferencia de la Sopa de ajos, ésta va enriquecida con los sabrosos frutos del huerto.
Curiosamente, es un plato que no tiene tantos detractores como el anterior, y en la actualidad ha tomado una predominante relevancia culinaria, ya que forma parte del menú de muchas casas, además, algunos restaurantes –en especial, vegetarianos- los ofrecen en sus seleccionadas cartas.
Hemos de reconocer que esta sopa –si está bien cocinada- es un plato exquisito, con una textura y un sabor desconcertante, ya que quien desconozca su preparación y el contenido de la misma – pan, un puñado de tomate, más un poco de cebolla, pimiento y ajo- no puede imaginar que, de algo tan simple y sencillo, surja una comida tan apetecible.








Ingredientes:

· Pan de pueblo o de bollo (Con un bollo tendremos para tres o cuatro raciones) que trocearemos y pondremos a remojar.
· Un kilogramo de tomates rojos y maduros pelados y triturados (o en su defecto, una lata de 850 gramos).
· Media cebolla partida en trozos muy pequeños.
· Un pimiento verde troceado.
· Dos o tres dientes de ajos, muy picados.
· Cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva.
· Sal (al gusto).
· Una cucharadita (de las de café) de azúcar.
· Dos o tres ramitas de Hierba buena (al gusto).



Preparación:

· En una olla –de las que no se peguan los guisos- se pone el aceite a fuego mediano.
· Cuando esté caliente, echaremos la cebolla, el pimiento y un poco más tarde, el ajo, con los que haremos un sofrito.
· Una vez listo, añadiremos los tomates, el azúcar, la sal, y después de remover todo un poco, pondremos el pan con el agua donde lo teníamos en remojo.
· Removemos para que todos los productos se mezclen y lo dejamos hervir a fuego lento.
· Cuando hayan pasado diez minutos desde que echamos todos los ingredientes en la olla, añadiremos la Hierba buena.
· Debemos tener la precaución de remover de vez en cuando; esta operación es de vital importancia para que la sopa no se pegue al fondo de la olla.
· Quince o veinte minutos después de haber empezado a hervir, rectificamos de sal y apagamos el fuego (si es vitrocerámica, hay que retirarla) y lista la sopa.

Este plato se sirve caliente.
Que ustedes lo disfruten.


lunes, 12 de septiembre de 2011

Marciano Durán: "Desechando lo desechable"




Marciano Durán es un periodista y escitor uruguayo que tiene el "honor" de contar entres sus textos escritos, con los tres "que más éxito le han reportado " al también, periodista y escritor, Eduardo Galeano. Injustamente, algunos de sus textos circulan en la red adjudicados a éste último, en concreto, el que hoy publico, "Desechando lo desechable", que con el curioso título de "Me caí del mundo y no sé por donde se entra", lo encontramos en cientos de páginas de Internet.
Justo es que reivindiquemos el texto con su verdadero nombre y con la firma del verdadero autor.

"Desechando lo desechable"

"Seguro que el destino se ha confabulado para complicarme la vida.

No consigo acomodar el cuerpo a los nuevos tiempos.

O por decirlo mejor: no consigo acomodar el cuerpo al “use y tire” ni al “compre
y compre” ni al “desechable”.
Ya sé, tendría que ir a terapia o pedirle a algún siquiatra que me medicara.

Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.
No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los gurises.

Los colgábamos en la cuerda junto a los chiripás; los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.

Y ellos… nuestros nenes… apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales).

¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables!
Sí, ya sé… a nuestra generación siempre le costó tirar.
¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables!
Y así anduvimos por las calles uruguayas guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores.
Y nuestras hermanas y novias se las arreglaban como podían con algodones para enfrentar mes a mes su fertilidad.

¡Nooo! Yo no digo que eso era mejor.

Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra.
Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto.
Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.
¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plast de los pollos! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de alpaca en el cajón de los cubiertos!
Es que vengo de un tiempo en que las cosas se compraban para toda la vida.

¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después!

La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas y escupideras de loza.

Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.
¡Nos están jodiendo!
¡¡Yo los descubrí… lo hacen adrede!!
Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo.

Nada se repara.

¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike?
¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommier casa por casa?
¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?

¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?
Todo se tira, todo se deshecha y mientras tanto producimos más y más basura.
El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.
El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!!

¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de 50 años!
Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)

No existía el plástico ni el nylon.

La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en San Juan.

Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban.
De por ahí vengo yo.
Y no es que haya sido mejor.
Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el “guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo” pasarse al “compre y tire que ya se viene el modelo nuevo”.

Mi cabeza no resiste tanto.

Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.
Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya sí era un nombre como para cambiarlo)
Me educaron para guardar todo.

¡Toooodo!
Lo que servía y lo que no.
Porque algún día las cosas podían volver a servir.
Le dábamos crédito a todo.
Sí… ya sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no.

Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas de jardinera… y no sé cómo no guardamos la primera caquita.

¡¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?!
¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones.
El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto.
Y guardábamos.

¡¡Cómo guardábamos!!
¡¡Tooooodo lo guardábamos!!

¡Guardábamos las chapitas de los refrescos!
¡¿Cómo para qué?!
Hacíamos limpia calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares.

Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela.
¡Tooodo guardábamos!
Las cosas que usábamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus. Y las cosas que nunca usaríamos.
Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón.

Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar.
Cañitos de plástico sin la tinta, cañitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón.
Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraran al terminar su ciclo, los uruguayos inventábamos la recarga de los encendedores descartables.
Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de paté o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave.

¡Y las pilas!
Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa.
Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más.

No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables… eran guardables.
¡¡Los diarios!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al cuadril!

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque del Banco de Seguros para hacer cuadros, y los cuentagotas de los remedios por si algún remedio no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos.

Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posamates, y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué intención, y los mazos de cartas se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía “éste es un 4 de bastos”.
Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.
Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden “matarlos” apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada… ni a Walt Disney.
Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron “Tómese el helado y después tire la copita”, nosotros dijimos que sí, pero… ¡minga que la íbamos a tirar!
Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas.
Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos.
Las primeras botellas de plástico -las de suero y las de Agua Jane- se transformaron en adornos de dudosa belleza.

Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de bollones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.
Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos.
No lo voy a hacer.
Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas.
Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectivaque se va tirando, del pasado efímero.
No lo voy a hacer.
No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne.
No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares.
De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva.

Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo que la bruja me gane de mano … y sea yo el entregado.
Y yo…no me entrego.
"

domingo, 11 de septiembre de 2011

Un par de viñetas humorísticas sobre los recortes


Autor: Manel Fontdevila, publicado en el diario Público



Cuando la perplejidad de las noticias son tan contundentes que logran taponar la válvula de escape de mi sistema operativo, suelo recurrir a las noticias que son más surrealsitas, ellas me aportan el aditivo necesario para digerir las tormentosas, las inevitablementes dañinas, o bien, me sumerjo en el mensaje concreto y delicioso que aportan los maestros de la viñeta. En este caso he elegido a Manel Fontdevila, que viene que ni pintado para resumir la ola de recortes a la que bien dados son nuestros maravillosos políticos. Como siempre, la sanidad, la educación y la dependencia, son los chivos expiatorios de cualquier crisis, incluso la espiritual, lo paga con ellas.
Arrieritos somos y en el camino de los más incultos nos veremos.

viernes, 9 de septiembre de 2011

El patrimonio de diputados y senadores: Una cosa es predicar y otra, bien distinta, dar ejemplo


Después de la publicación -ayer jueves, en las páginas web del congreso y del senado- del patrimonio que han declarado poseer nuestros “desinteresados” políticos, a uno –no puedo evitarlo- le dan ganas de vomitar. ¿Es que este mundo se ha vuelto rematadamente majareta, o tal vez es que nos hemos hecho tan insensibles que ni siquiera la cruel evidencia de los acontecimiento nos afecta?

Uno suponía que la mayoría de nuestros parlamentarios y senadores, además de ser grandes “patriotas”, se beneficiaban de su escaño, pero lo que jamás hubiésemos podido imaginar era que se blindasen en el euro, que confiaran tan poco en la placidez y austeridad de “la vida venidera”, y se pusieran a acumular cuentas corrientes, acciones, depósitos, planes de pensiones, propiedades inmobiliarias, automóviles, barcos, obras de artes, etc., todos ellos, productos materiales que para nada le han de servir para cuando suban al cielo, porque claro, habrá que aclarar que estos buenos señores, después de darse la buena vida aquí abajo en la tierra, como es lógico, por su gran entrega y desprendimiento humano, tienen ganado un lugar en la gloria, por supuesto, a la derecha del Gran Hacedor. ¡Qué incongruente es el hombre! Tanto predicar contra los bienes materiales, unos, y el ladrillo, los otros, y mira por donde, los insobornables, los intachables, los incorregibles, los perfectos, no han podido sustraerse a la tentación de comprar algunas viviendas, locales comerciales, garajes, etc., después de darnos la bronca a los débiles mortales que caíamos en la tentación de adquirir un hogar, llenos de dudas, deudas y temores, porque en algún sitio teníamos que resguardarnos. Tanto satanizar al mercado, la banca, al capital, a los especuladores, y resulta que la mayoría son adictos a coleccionar títulos mobiliarios, quiero creer que lo hacen sólo por el afán altruista que los caracterizas, queriendo salvar de la ruina a esos pobres capitalistas que ven en peligro sus negocios.

Uno ya suponía que nuestros padres de la patria no tendrían problemas para llegar a final de mes -¡Que Dios no lo permita jamás!-, pero de ahí a lo que declaran, hay un gran abismo, y que conste que no me creo que eso sea todo lo que poseen, existen mecanismos que cualquiera conoce, sin estar asesorado, donde pueden colocar el capital sin que este aflore: paraísos fiscales, sociedades, etc.
Pero si todo lo anterior ya de por sí no es grave, la cosa se afea cuando aparece en la lista de los que más tienen destacados dirigentes socialistas, el más significado de todos, Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato por el PSOE a las próximas elecciones del 20-N. La duda que se me plantea –siempre me ha intrigado- es la de si se puede ser de izquierdas y estar forrado en el euro. Y no es que yo pida, como hipócritamente exige la derecha más pecadora, que ser de izquierdas suponga vivir en una chabola, vestir con el mono de trabajo, calzar alpargatas y comer las sobras del amo, pero las cifras que exhiben estos dirigentes socialista, es, como poco, para sonrojarse, al menos a mi me sucedería.
¿Es que piensan meterlo en la caja cuando se hayan muerto?
Así se comprende que estos socialistas de pacotilla se entiendan tan bien con los empresarios, incluso comprendan sus problemas; que no suban los impuestos a los más ricos y en cambio acribillen a los más débiles aumentando el IVA; que no quieran modificar el IRPF, y si lo hacen, es para subir los tramos más bajos; ahora está claro por qué han dado tantos miles de millones a los bancos, por qué se han puesto de acuerdo con el partido hermano (PP), para reformar la constitución, y por qué, en fin, son tan coincidentes en sus acciones con el resto de fuerzas neoliberales que controlan el mundo.

A los hechos me remito; no me digas lo que eres, sino lo que haces. Hay un dicho que se suele utilizar en Andalucía, cuando uno es más falso que el oro alemán, que dice: “Mucho te quiero perrito, pero pan, poquito”. La sabiduría popular no puede ser más acertada.
No quiero marear con cifras, las más importantes ya las habrán oído, o leído, sólo pretendo, con mi escrito, denunciar la hipocresía que habita entre nuestros políticos: pedir más esfuerzos, más apretura del cinturón –y lo que es mucho más grave, tomar decisiones- a las capas menos beneficiadas de la población, desde la posición económica en la que ellos se encuentran, es una absoluta barbaridad, a no ser que se justifique por la defensa de sus declarados intereses económicos, de esa manera sí es entendible. Lo que no acabo de encajar es que siga habiendo personas trabajadoras, clase media, progresistas, intelectuales, que sigan votando a estos crápulas que no sienten reparos en destrozar unas siglas históricas. ¿Es que Rubalcaba es “socialista y obrero”? ¿Y Bono y compañía? Mi duda sin resolver es de por qué no están en el partido que les corresponde, en el PP, y no se dan estos matrimonios políticos tan contradictorios. Acabo con otra cita, esta algo más vieja: “La mujer del César no sólo ha de ser honrada, sino parecerlo”. La impotencia me ahoga, la indignación me traspasa, máxime cuando me han filtrado que para el próximo consejo de ministros, el próximo día 16, nuestro gobierno de ricos socialistas nos subirá un punto más el IVA. Lo bueno de tanto subir es que ya no tendremos necesidad de subir a la Giralda para quitarnos de esta gravosa vida. Algo salimos ganando con ello.


jueves, 8 de septiembre de 2011

Nuevo debate sobre los impuestos


Cuando aún no se ha cerrado el debate sobre la reforma de la constitución, quieren abrir uno nuevo: el de si hay que subir los impuestos o no, como si el tema, por la escasa importancia que le dan, parece que sólo se tratara del deshoje de la margarita.
Cuando los neoliberales suelen hablar de subidas de impuestos, la clase trabajadora, por un movimiento reflejo, inmediatamente se echa la mano a la cartera, tratando de protegerla, de la misma manera que lo hace cuando viaja en metro. Porque es ya una costumbre establecida que cada vez que el gobierno necesita engordar sus arcas, éste lo hace atacando la economía de los más débiles y desprotegidos, o sea, los que cobran su salario a través de una nómina.
Resulta vergonzante que, el 75% de los ingresos que recibe de los impuestos el gobierno, proceda del IRPF, y el 25% restante, a cargo de las empresas y las grandes fortunas. ¡Vergonzoso! Por tal motivo, el debate no ha de ser subida de impuestos sí, subida de impuestos no, como falsamente se ha planteado, sino a quién.

Hace unos meses –exactamente, en el fatídico mes de junio-, un pensionista indignado me enseñó su declaración de la renta, en la que en la casilla de ingresos figuraba la cifra de 11.800 euros brutos procedentes de la pensión, a la que le habían retenido 354 euros en concepto del IRPF, con lo cual, la cantidad líquida a percibir quedaba reducida a 11.446 euros al año.
Con esta cifra, el pensionista indignado no tendría que pagar un euro más, ya que está muy lejos del mínimo exigido para declarar (creo que son unos 22.000 euros), pero como fue previsor y guardó en una caja de ahorros el dinero que le dieron cuando finalizó el contrato de trabajo en la empresa donde prestaba sus servicios, ha tenido que volver a pagar a la hacienda española la nada desdeñable cantidad de 600 euros, todo porque el buen hombre no se “pulió” la pasta el mismo día que se la dieron y ésta le ha generado unos intereses de 1.800 euros, de los que hacienda ya ha recibido el 19%, o sea, otros 342 euros más, con lo que sumando los ingresos brutos resulta la cantidad de 13.600 y la de los pagos un total de 1.296 euros. Si realizamos una sencilla regla de tres, el indignado pensionista ha pagado a la hacienda española la módica cifra del 9.52%. ¡Repugnante!
Que un ciudadano, con una irrisoria pensión de 817 euros al mes, tenga que pagar a los parásitos del gobierno 1.296 euros por la liquidación de su declaración de la renta, es una verdadera desvergüenza, cuando a los ricos les han bajado el tipo impositivo más de tres puntos, y cuando los asquerosamente ricos sólo pagan un 1%.

Entrar a debatir si hay que volver a subir los impuestos o no es una nueva estafa política, cuando lo que se debiera imponer es un estricto control sobre las economías sumergidas y un impuesto decente para los bancos y las grandes fortunas, que en definitiva, son los que nos han metido en esta ruina económica. Basta ya de gravar con más impuestos a los débiles, a los acorralados -los “desgraciados” que cobran con una nómina-, basta de subir el IVA que no afecta por igual a unos que otros, basta ya de tantos paños calientes con algunos y tanto latrocinio con otros. Hacer cargar a la clase trabajadora con el peso de la economía de todo un país es, siendo bastante considerado al decirlo, una gran cabronada. A los hechos me remito señores del PPSOE.
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