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viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz y Solidario año nuevo



Congelarán las pensiones; también los sueldos de los funcionarios, a los que ya le han rebajado más de un 5%; subirán otra vez la electricidad (la mayor subida de los últimos veintiocho años, y un 40% desde el 2005), aunque el Ministro de la bombilla haya trivializado la noticia, diciéndonos que ésta rondará el precio de un cafelito; subirán las tarifas de los trenes de cercanías, y los billetes de los autobuses urbanos e interurbanos, el gas natural, también el de las clases menos pudientes, la botella de butano; dejan a los desempleados sin la limosna de 426 euros; nos subirán la edad de jubilación a 67 años, mientras que los empleados de la banca se prejubilan con 55; tendremos que cotizar, incluso después de muertos, para tener derecho a una pensión decente, en cambio, ellos, los políticos, los preocuàdos por nuestro futuro, tan sólo les basta dos legislaturas para tener derecho a ella, eso es dar buen ejemplo; desaparece la desgravación por vivienda, también los 2.500 euros del "cheque bebé", la joya de la era Zapatero; la cesta de la compra no para de escalar posiciones, la gasolina se dispara, y aunque digan que el IPC está por los suelos, el dinero cada vez vale menos. ¡Vaya un acierto que tuvimos al entrar en el euro!
Este gobierno neoliberal quiere despedirse a lo grande, como los malos toreros, para ser eternamente recordado.

Pero a pesar de que Zapatero nos lo esté poniendo difícil, confío en que seamos inteligentes y sepamos darle un revolcón al nuevo año que se avecina, y, si me lo permitís, dejadme que os desee, de todo corazón, un Feliz y Solidario año 2011.

Que no puedan con nosotros.

Os dejo una de las mejores canciones que compuso Aute, en la que describe (no he encontrado ningún video que refleje el mensaje del texto) el engaño y la decepción que supuso el cacareado "cambio" que prometió el PSOE para hacerse con el poder.




jueves, 30 de diciembre de 2010

El buscador de estrellas









Para los que le exigen bien poco a la vida, cualquier excusa es buena para pasarlo bien y estar en armonía consigo mismo.


Esta semana hemos estado en la sierra de Huelva a "comprobar" si todo estába en su sitio, y a aprovisionarnos de productos del cerdo ibérico para estas fechas y el resto del año.

Para los que llevamos en la sangre el terruño y la montaña, no necesitamos muchos argumentos para improvisar una salida a ella, y nunca mejor que esta estación para saborear la sierra y la desnudez de sus soberbios bosques, rebuscar sus perseguidas setas, sus dulces castañas, sus deliciosas nueces, sus sabrosas avellanas.


En diciembre, el castañal y los nogales están completamnete desnudos y engalanados para la ocasión. Sus habitantes son magestuosos arlequines encantados que representan bellas escenas boscosas. Durante el paseo, un roble desprende su penúltima hoja, mientras que un castaño nos invita a recoger el único erizo que le queda. Las estrellas lucen más radiante que en otras estaciones y por el cielo, los cometas recorren la galaxia con más determinación y cadencia que en otras épocas.

Durante el día, en la plaza del pueblo, hemos degustado, al sol de un día radiante de preinvierno, las delicias de la zona, regadas con las últimas jarras del mosto lugareño. Es un dato que la mayoría desconoce porque fuera del Aljarafe, nadie supone que pueda encontrar tan preciado caldo.Poco a poco, los
visitantes llenan la mesas de las terrazas, acuadiendo a la llamada culinaria que los distintos bares y restaurantes ofrecen.
El tiempo se detiene en los rincones del pueblo; los forasteros aprovechan las escasas horas de asueto, antes de regresar a la terrible soledad de la ciudad; las chimeneas impregnan de olores humeantes el entorno por donde paseamos, atrapándo en una incertidumbre inquieta a los que tenemos que volver, pronto, al otro bosque enladrillado.

Uno debe ser feliz con lo que tiene y lo que puede. No hay que forzar los acontecimientos, pero salir de la cotidianidad es algo que, si te gusta, siempre está al alcance de la mano, sólo basta desearlo. Démonos un gustazo de vez en cuando, aunque, como en mi caso, para comer setas haya tenido que recurrir al bar de la plaza del pueblo, que también la ponen exquisitas.




miércoles, 29 de diciembre de 2010

Hemos ganado una batalla, pero podemos perder la guerra





Llegan a mis oídos amenazantes y sospechadas noticias: El PSOE no se rinde. Después de haber perdido la primera batalla, librada en el Parlamento, ahora, la mano negra de España, la derecha, enmascarada en un partido socialdemócrata, pretende quitarse la espina clavada y lograr sacar adelante cuando llegue al Senado, la llamada “ley Sinde”, que la supuesta artífice de ella -la bruja del cuento- quiere que se la llame “ley Aguirre-Solomont”, porque no a otros intereses obedece la Ministra madrastra.
Me soplan al oído que la abstención, en la investidura del convergente Mas para la presidencia de la Generalitat, no es un acto arbitrario; todo lo contrario, está meditado y pactado con CIU y, en contraprestación, tendremos un final de legislatura en el Parlamento de Madrid, donde la derecha nacionalista catalana van a proporcionar una considerable ayuda, para que el PSOE pueda terminar de joder a los españoles. Una de las primeras, será la citada ley Sinde cuando se tramite en el Senado.

Internautas de España, echémonos a temblar que cuando la derecha se une no hay poder democrático que los detenga. La batalla por las libertades está planteada. Redoblemos los esfuerzos: el gigante americano los tiene atrapados por el cuello y no les queda más remedio que obedecer.
De nosotros depende que no triunfen.


No al CIERRE de Webs




martes, 28 de diciembre de 2010

Aniversario bloguero


Hoy cumple un año el blog. Como me propuse al crearlo, casi no he faltado a mi cita diaria con él, ni aún en los momentos de dificultades que me imponían las largas ausencias, ni los días de saturación de trabajo, ni siquiera, los de reposo en cama para curar una ligera contrariedad.
Con el de hoy serán cuatrocientos los post publicados durante este año. De unos me siento más satisfecho que de otros –no es fácil acertar siempre cuando tienes que programarlos diariamente-, pero me siento contento de haber mantenido un equilibrio justo en el total del resultado, pues, como concebí al principio, quería que mi rincón fuese lo más abierto y ameno posible, objetivo que, pienso, he logrado, otra cosa distinta es que al personal que me ha visitado durante todo este tiempo, le haya convencido.

El balance final no es nada estimulante. El blog se ha convertido en una página más donde encontrar información utilizable –nada más alejado de mis intenciones-, donde el individuo entra y sale, sin mantener un contacto cálido con el autor.
Ya se sabe que esto que propongo no es más que una utopía juvenil, porque si no tienes "un nombre", ni lo pones al servicio de algún partido político, o de alguna estrategia ideológica, estás perdido en toda la maraña de blogs que existen, y, también, que los internautas son personas "muy exigentes" que no les gusta dejar sus comentarios en cualquier página; ellos aspiran a un tablón más profesional y renombrado,por lo cual, cuanto más relevante es el prestigio del autor en cuestión, más categoría adquieren ellos mismos al comentar.

Gracias a los que me han seguido desde el principio; también a los que se quedaron por el camino y a los que se han añadido en el transcurso de esta estapa. El nuevo reto, en adelante, es mantenerme, pero no con el mismo afán que al principio, reconociendo que mi blog sólo debe ser un espacio más donde acudir, cuando me apetezca publicar, o tenga necesidad de recurrir a él para no ahogarme.

Un saludo a todos en este mi primer aniversario bloguero.



lunes, 27 de diciembre de 2010

¡Vaya con el calentamiento del Planeta!



Como decía -en plan "coña"- el pequeño Hitler de la Cope: "Cuando siga calentándose el Planeta, nos vamos a morir de frío". Y hay que reconocer que el viperino fascista -antiguo ultraizquierdista antifranquista- no está exento de razón. El invento del cambio climático por un sector social que es el que más abusa de las energías contaminantes -enclavados en la estratofera "yuppi" y en la incoherencia "progre"-, sólo es un arma más de utilización política de este grupo que milita en un determinado grupo político, para tenernos, como ocurre con las religiones, en un estado permanente de temor, ante la ausencia de una política determinantemente social y activa, a favor de las capas más necesitadas de la sociedad. Por eso, las acciones de escaqueo, las de revolver el ovillo, la de pongo pero te quito, no son más que estrategias persuasivas para encubrir el aspecto cruel y derechista que representan.

Para desmontar la mentira en la que se basan, no hace falta más que mirar cada año, durante todos los días, los parámetros de las precipitaciones y los registros de temperaturas, para observar que el tiempo tiene una actuación autónoma y -aunque medianamente podamos influir en su devenir- éste actúa como las condiciones climáticas deben.

El engaño que este grupo social privilegiado mantiene, no es más que la pretensión de mantenernos acojonados al resto que padecemos -como toda la vida- las consecuencias de unas estaciones adversas que para ellos son todo lo contrario: el tiempo no tiene la culpa que sus señorías tengan que ir en verano con chaquetas -por lo baja que ponen la refrigeración- y en invierno, medio en cueros -por lo alta que ponen la calefacción-. Estos privilegiados sociales no se acaban de enterar que su mundo es exclusivamente suyo y que la realidad social es otra bien diferente. ¿Por qué no miran de vez en cuando los Telediarios?

sábado, 25 de diciembre de 2010

Saturnales en honor del Sol Invictus


De pequeño, estas eran las fiestas que más me hacían disfrutar. No hay crío que se resista al encanto que supone tener reunido en casa –aunque sea por pocos días- a un número elevado de la familia. Después, cuando ya no eres tan pequeño y los primeros síntomas de rebeldía acuden a tu pensamiento, te revelas contra la hipocresía que supone que las mismas gentes que durante todo el año se haya comportado de manera tan maligna y mediocre, aparquen sus mezquindades y se sientan tan amorosos y cordiales. Y luego, cuando la edad te hace peinar canas, piensas –tratando de buscar algo positivo en el anómalo comportamiento humano-: “felicitémonos porque, al menos, un par de semanas al año, hagamos un alto en nuestra particular guerra contra el vecino de casa y el compañero de trabajo, y –aunque sea de manera forzada- las personas se muestren más amables y solidarias”.

Bien sabido es que también es una fecha para que el solitario se sienta más sólo que nunca y para que los desdichados, los faltos de recursos económicos, los que tienen ausencias familiares, sean más desgraciados aún al no tener sitio en esta obra y ser un mero y triste espectador -a través de las ventanas que hemos dejado con los visillos descorridos, para que se nos pueda ver- de las viandas que engullimos los privilegiados. De hecho es revelador el dato estadístico que nos muestra que es, precisamente en estas fechas, cuando aumenta el índice de suicidios.

No trato de amargaros las fiestas. No son esas mis intenciones y, aunque no me identifique con el carácter cristiano de ellas, bienvenidas sean si sirven para estar en buena compañía y ejercitar un poco el músculo de la empatía. Felicitémonos también por el triunfo del solsticio de invierno que hará posible que, a partir de hoy, las horas de sol le vayan ganando la guerra a las sombras, con lo que podremos disfrutar, poco a poco, de unos días más largos.
Como paganos que somos, derecho tenemos a recuperar nuestra robada Saturnalia: Io Saturnalia¡ ¡Gloria al Sol Invictus!

Pasadlo bien y os dejo la canción que John Lennon compuso para la ocasión, no olvidando su carácter reivindicativo.

Merry Christmas (War Is Over) Feliz Navidad (La guerra ha terminado)

Feliz Navidad Yoko,
feliz Navidad Julián.

Ya es Navidad
y ¿qué has hecho?
Otro año se acaba
y uno nuevo va a empezar.
Y ya es Navidad,
espero que te diviertas,
el que está cerca y el querido,
el viejo y el joven.

Y unas muy felices Navidades,
y un feliz Año Nuevo,
dar esperanza es bueno,
sin ningún miedo.

Y ya es Navidad,
para los débiles y los fuertes,
para los ricos y los pobres,
¡El mundo está tan mal repartido!

Y una felices Navidades,
al negro y al blanco,
al amarillo y a los rojos,
que se paren todas las luchas.

Y unas muy felices Navidades,
y un feliz Año Nuevo,
dar esperanza es bueno,
sin ningún miedo.

La guerra ha terminado.
Si tu lo quieres,
La guerra ha terminado.






viernes, 24 de diciembre de 2010

El Guadalquivir desbordado





Hoy, al pasar por la Vega de Triana, nos hemos encontrado con la crecida del río Grande de Sevilla, el Wadi al-Kabir, y me ha traído recuerdos enmarañados de la infancia.
Como expliqué en uno de los primeros post que realicé para este Rincón, de pequeño, todos los años era menester trasladarnos a casa de uno de mis tíos, en la calle Pagés del Corro, en el barrio de Triana, a causa de las periódicas riadas que el Guadalquivir producía en la estación de lluvias. Es cierto que, por suerte, el agua nunca llegó a afectarnos, ya que nuestra vivienda estaba en una segunda planta, pero el barrio quedaba completamente anegado y era preciso esperar algunas semanas, hasta que ésta se retiraba y el acceso a las casas era posible.

Para los niños de aquellos años, esta monotonía de días lluviosos era algo habitual, una constante con la que contabas todos los otoños, los inviernos y, además, algunas primaveras. En los años cincuenta y sesenta, las precipitaciones se encadenaban día tras día, semana tras semana, y podían pasarse meses lloviendo (con algunas escampadas entre tanto) hasta que las tierras, los arroyos y los ríos reventaban de tanta agua.
A los que no son de esta época –ni nacidos en ésta provincia- les parecerá exageración lo que describo, pero hay un detalle anecdótico de aquellos años que refleja la realidad que cuento: el amor que profeso al campo me viene del virus que inoculó mi padre en mi cuerpo cuando, a la edad de cinco años, recorríamos los caminos y veredas, dormíamos bajos las estrellas, alimentando nuestros espíritus de quietud y belleza, y jamás, en todo ese tiempo, necesitamos una cantimplora; siempre había un regajo o un manantial a mano para aplacar nuestra sed. Después, cuando mi padre faltó y mi afición a la naturaleza me llevó a patear la montaña, tampoco necesité cargar con reservas de agua, la sierra te abastecía de toda la que necesitabas.
Más tarde, las precipitaciones fueron enrareciéndose. En lugar de largas temporadas de finas lluvias, la cosa cambió y se transformaron en pocos días lluviosos, pero torrenciales, lo que imposibilitaba que las aguas penetraran en la tierra y rellenaran los depósitos cavernosos que aseguraran las reservas necesarias para la época de estío, con lo que los antiguos manantiales se fueron desecando, su localización cada vez más difícil, y la utilización de la cantimplora se fue imponiendo.

La crecida del Guadalquivir ha hecho revivir imágenes de mi lejano pasado. Recordar cómo, a partir de octubre, los habitantes de la Vega se iban a la cama todas las noches, con el temor a una presentida riada que les inundara sus viviendas, y cómo los niños –inocentes criaturas que de todo hacen un juego- vigilábamos la subida de las aguas desbordadas, a través de estacas-testigos que clavábamos a una distancia prudente del líquido invasor cuando aún estaba alejada la amenaza de las casas. Una vez que estos testigos-vigías eran rebasados por la crecida del río, se volvían a clavar otros tantos, así hasta que el agua estaba próxima a las viviendas, entonces un vocerío infantil penetraba por las calles de la barriada y ponía en guardia al vecindario, esto cuando el suceso no ocurría por la noche que, como todas las desgracias, siempre acontecen cuando la luz del día ha desaparecido, para hacer más desesperante la agonía de los desgraciados.

La verdad, esta visión de hoy, sobre las márgenes inundadas del río, o desde uno de sus puentes que dan acceso al paraíso de El Aljarafe, soportando sobre nuestros rostros el fuerte y reponedor poniente que nos azotaba, mirando con la profundidad que permite el recuerdo, nos ha hecho un poco menos mayores. Como dijo el poeta Leopoldo Panero, "en la niñez vivimos, y después sobrevivimos". ¡Qué hermoso y extraordinario es poder viajar por un instante en el tiempo!

jueves, 23 de diciembre de 2010

Elvis Presley y Martina McBride: Blue Christmas

Para entonarnos en estos días de fiestas, nada mejor que este video que hemos encontrado en la red, es un montaje de una grabación original de Elvis Presley, cantando solo, y realizado en el año 1968, al cual se le ha añadido en el 2008, ¡maravillas de la técnica!, la participación de la cantante de country, Martina McBride, nacida en el año 1974, con lo cual se comprenderá que no pudo estar presente en la grabación original.

Espero que os guste tanto como a nosotros.



miércoles, 22 de diciembre de 2010

Feliz solsticio de invierno, a todos los paganos del mundo

Como todas las fiestas populares, también esta, en la que los pueblos antiguos celebraban el fin de la noche más larga del año, la iglesia católica se ha apoderado del acontecimiento pagano y, engarzando de forma rocambolesca y manipuladora los acontecimientos, ha hecho coincidir el nacimiento de su mesías -acontecido en otra estación- con la popular celebración pagana.

Es por lo que, desde mi Rincón, reivindico esta fecha para las Tribus Paganas de todo el mundo y os quiero felicitar el nuevo Solsticio de Invierno con un villancico atípico y, además, Rojo, y otro, escrito por Gloria Fuertes, cantado por Paco Ibáñez, que reivindica la humanidad de Jesús.

Tened tod@s
unas felices y solidarias fiestas.






martes, 21 de diciembre de 2010

La presión de los internautas ha podido con la ley Sinde




Al final, la cordura ha triunfado, a pesar de los neoliberales del PSOE



Al final, la presión de los internautas que apuestan por la democracia, ha derrotado la ley que el gobierno USA le obligó a presentar a la Ministra Sinde, para "defender" los intereses de sus compañías.

La Cultura y la Creatividad Intelecual han ganado.

Después de esto,¿Dimitirá esta agente de los intereses norteamericanos? Apuesto a que no.




No al cierre de webs. No a las imposiciones de EE.UU.



No al CIERRE de Webs


Esta legislatura estará marcada por el recorte de las libertades ciudadanas y el deterioro de la sociedad del bienestar, todo, gracias a unos personajes -y a un partido- que rayan los más estrictos procedimientos fascistas.
Si la historia es tan ecuánime, como algunos nos quieren hacer creer, hablará de estos cuatro años como de un retroceso en las condiciones sociales y económicas, gracias a un partido y a una gentuza que se autocalifican de socialistas.
¡Qué poco inteligente fue Franco! Con el buen juego que le hubieran dado estos indecentes. Resulta que los crédulos de la política crearon un "cerco sanitario" alrededor del PP, creyendo que la amenaza venía de ahí, y se olvidaron desinfectar al mayor peligro que padece el país -y los currelas-, al partido de los nuevos caciques: el Partido de los Señoritos Oscuros Españolistas, o sea, más conocido como PSOE.

Le van a dejar todo el trabajo sucio hecho a sus "colegas" del PP. Pueden descansar contentos, se lo merecen.


domingo, 19 de diciembre de 2010

Imagen de otoño


Ayer, mientras paseaba, me encontré con esta bella imagen. La traigo a mi Rincón para haceros partícipes del reparto de belleza y creación de armonía que distribuye la madre natura. Son composiciones figurativas, con grandes pinceladas de barroquismo, donde predominan los trazados sencillos y armónicos que, combinados con una amplia paleta de tonos grises invernales, hacen que calen en el interior produciendo los sedantes y beneficiosos efectos que a mí ser le produjeron.

Además –no puedo evitarlo- siempre que veo un cielo así me viene a la memoria los terribles años de niñez cuando, desde los libros de religión y el terrible catecismo, te atemorizaban desde sus páginas con un dios perseguidor y vengativo que con un gran ojo acusador y terrorífico, enmarcado en un incomprensible triángulo equilátero del que salían feroces destellos celestiales, siempre con un fondo apocalíptico como el que refleja la fotografía.
Cuántas veces, de niño, al contemplar, en mis correrías callejeras, esta imagen, no me habré interrogado con cierto temor ¿Estará viendo dios la fechoría que estoy haciendo? Y ya no he podido continuar tranquilo, aunque la concluyera.

De todas maneras, lo que hoy la hace protagonista no es otra cosa que la belleza, esa de la que hablé no hace muchos días, y que podemos encontrar en cualquier esquina -¡afortunadamente!- si tenemos el ser predispuesto para saborearla.
Hagamos un esfuerzo por lograrlo y disfrutemos con lo que la naturaleza pone a nuestro alcance y nosotros, sin más importancia, esquivamos.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Feliz cumpleaños, Leticia





Nacen los hijos y, cuando nos venimos a dar cuenta, ya nos han hecho mayores. En un día frío, como el de hoy, del año 1979, a las 20.45 de un domingo amustiado, nacío la que vino a llenar nuestras vidas de ilusión y esperanza, de alegría y pasión, por tal motivo no tuvimos dudas en llamarla por su nombre: Alegría, Laetitia,  Leticia, porque la alegría inundó cada hueco de nuestro hogar y cada átomo de nuestros cuerpos.
Después, sólo te queda la ocasión de recrearte en el nuevo ser que de ti ha salido y en refregarte, gustoso, entre los variados pastizales del recuerdo, aquellos donde los hijos, cuando pequeños, se asemejaban a un gatito indefenso que buscaban entre tus piernas la protección divina del mayor y el acomodo confortable de mi cuerpo.
Recuerdas a la perfección sus fiebres, el dolorcito que le producía la salida de cualquier diente, los impertinentes gases que los maltrataban, pero en especial, los malos momentos de sus hospitalizaciones.

Luego llega la guardería, más tarde, la elección del colegio adecuado, aquel en que, además de enseñar a leer, escribir y las matemáticas, educar en valores democráticos, a ir preparando al niño o niña, para el adulto social que será dentro de poco, algo nada fácil para la época a la que me refiero y en la ciudad en la que habito. También era importante encontrar una ocupación extraescolar que cumplimentara al pequeño ser en su realización humana y que, de paso, le sirviera para aprender a gestionar su tiempo, sus inquietudes y su espacio, algo que ha sido maravillosamente eficaz para su comportamiento cotidiano y que ha servido para lograr parte de lo que hoy disfruta.

Los hijos son como son; los padres no hicimos nada excepcional en esta realización; nosotros los engendramos, los parimos, los queremos como unos padres deben querer y un hijo se merece, y ellos se formaron por sí solos: si cabe algún mérito, sólo a ellos y a su esfuerzo se debe, ellos son sus creadores, y nosotros, los padres, los espectadores complacientes.

Feliz cumpleaños, hija mía.


miércoles, 15 de diciembre de 2010

Frida Khalo: El reflejo del dolor en la pintura






Su nombre completo era Magdalena Carmen Frida Khalo Calderón, hija de Guillermo Khalo y Matilde Calderón. Nació en Coyacán, México, el 6 de julio de 1907, y murió en la misma localidad el 13 de julio de 1954.

La vida de Frida Khalo estuvo marcada siempre por el sufrimiento físico. A la corta edad de seis años contrajo una poliomielitis que le dejó la secuela de una pierna más delgada que la otra.
Pero lo que la marcaría definitivamente fue el accidente que sufrió, el 17 de septiembre de 1925, cuando un tranvía se empotra contra el autobús donde viajaba, que le dejó lesiones permanentes en la columna vertebral, cuello, costillas, pelvis, y la perforación del vientre.
La medicina de entonces no hizo otra cosa más que torturarla con múltiples operaciones quirúrgicas (32) que no obtuvieron ningún resultado positivo, además de someterla a la incomodidad de distintos tipos de corsés y diversos artilugios para el estiramiento del cuerpo.
A los padecimientos físicos de Frida se les unieron los psicológicos -a pesar de ser una mujer llena de energía y vitalidad-, debido a la obseción que mantenía por ser madre --que nunca pudo ver realizada, ya que sufrió un frustrante aborto-, y a su apasionada y obsesiva relación con Diego Rivera.
En 1922 entra a estudiar en la Escuela Nacional Preparatoria de ciudad de México, la institución de enseñanza más prestigiosa del país, convirtiéndose en una de sus primeras alumnas admitidas, ya que hasta entonces había estado prohibido el acceso de chicas.

Fue en esta escuela donde conoció al que más tarde sería su marido, el pintor muralista mexicano Diego Rivera.

En 1925 aprendió la técnica del grabado con Fernando Fernández Domínguez, y no comienza a pintar hasta el año 1926, obligada por el aburrimiento que le producía su convalecencia física.
El 21 de agosto de 1929 contrae matrimonio con Diego, el cual ejerció una gran influencia sobre su persona y su pintura, a las que añade color en zonas amplias y sencillas consiguiendo con ello una intencionada ingenuidad, además de la inclusión de temas populares y folklóricos de su país. Rivera fue también uno de las personas que más amaron y admiraron la pintura que ésta realizaba.
Las relaciones de la pareja fueron un tanto extrañas y tormentosas, tanto es así que Diego llegó a tener escarceos amorosos, incluso, con una de sus hermanas, y Frida tuvo un romance con uno de los artífices de la revolución bolchevique, León Trotsky, quien en su huída de Rusia se refugió en casa de estos


En 1953 la salud de Frida se deteriora considerablemente, y en ese año tienen que amputarle una pierna engangrenada a la altura de la rodilla, hecho que la deprime y que la empuja a intentar suicidarse en un par de ocasiones. Ya no pinta, sólo garabatea dibujos (¡y de qué gran belleza esta última etapa!) y escribe algunos poemas, la mayoría relacionados con el dolor físico y sentimental, y el remordimiento, en los que no faltan el recuerdo y la pasión por su gran amor en la vida: Diego Rivera.

Muere el 13 de julio de 1954. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas reposan entre las paredes de la Casa Azul de Coyacán.


A la hora de analizar el trabajo de Frida Khalo, sería imposible separar la vida personal de ésta y la de su obra pictórica. Ella se encarga de recordárnoslo constantemente en una serie de autorretratos donde se refleja el dolor y el desencanto que le produce el lamentable estado al que la recluyó el aciago accidente, y cómo, la pintura, además de servirle de entretenimiento, le fue útil para liberar la carga negativa que el fatídico suceso le produjo.


El resultado de su obra no puede ser más positivo. Desde sus autorretratos -en los que rodea su rostro de adornos y símbolos- Frida nos mira fíja, interrogante, reflexiva y espectante, cargada con esa belleza indígena y personal que la caracterizaba y que gustaba exibir. Con sus pinceles logra crear un mundo subrreal y figurativo que atrapa y envuelve a quien osa contemplarlo, atropellando los sentimientos ajenos de cuantos son absorbidos por el torbellino inmisericorde de su mirada acusadora.


Su pintura, en fin, es un grito contra el sufrimiento cruel y, a la vez, una reivindicación de lo autóctono y de la vida.





martes, 14 de diciembre de 2010

Vladimir Mayakovski: Poemas







"Lo difícil no es morir,
sino seguir viviendo".

Vladimir Mayakovski nació en Bagdati (Georgia) el año 1893 y moriría en Moscú el 1930. Era hijo de padres humildes y en 1906 tienen que trasladarse a Moscú después de la muerte del padre, donde, pesar de su juventud (13 años) pronto tendría contactos con los movimientos de ideología bolchevique y a participar en constantes revueltas contra el zar, lo que le produciría sus primeras detenciones. Sería en este ambiente presidiario donde Vladimir comenzará su labor literaria.

En 1915 escribe su gran poema, “La nube en pantalones” (incluido en esta selección el prólogo del mismo y la primera parte) y en 1916 “La flauta espinazo”, también genial.
Con el triunfo de la revolución bolchevique en 1917, Mayakovski entra en una frenética actividad, tanto política, como artística: cree llegado el momento donde habría que destruir todo lo clásico, lo caduco, lo anticuado, y reinventar desde cero todo el futuro artístico.

Su carácter impulsivo y revolucionario le conlleva a tener problemas con el partido. Su creciente decepción por el desarrollo negativo y la creciente burocratización de la revolución, criticado en su comedia “La chinche” y “Los baños”, le fue proporcionando algunos conflictos con el aparato del partido, a los que se les añadieron sus fracasos literarios, además de los desengaños amorosos. Todas estas causas fueron, quizás, las que les llevaron a tomar la decisión de suicidarse el 14 de abril de 1930.

Como ocurre casi siempre, después de su muerte, le fueron concedidos todas las glorias y honores que merecía cuando estaba vivo, y el estado soviético se adueñó –una vez que el artista no podía molestar) de su literatura y fue reconocido como el creador de la poesía revolucionaria soviética.

Mayakovski fue una de las figuras más relevante dela poesía revolucionara rusa de principios del siglo XX, además de ser el creador y uno de los más destacados del futurismo ruso.
Tenía un gran talento y era capaz de presentar cosas que hemos visto cientos de veces, de una manera que nos parecen completamente nuevas. Maneja las palabras y el diccionario como un maestro audaz que trabaja de acuerdo con sus propias leyes, guste o no guste su artesanía. Muchas de sus imágenes, frases y expresiones, han entrado en la literatura y permanecerán en ella mucho tiempo, si no para siempre.

Su obra más significativa, artísticamente, y más prometedora, desde el punto de vista de la capacidad creadora, es “La nube en pantalones”, el poema de amor más desgraciado y desgarrador que conozco. Resulta difícil creer que algo con tanta fuerza y con una forma tan original, haya sido escrito por un joven de veintidós años.



¿Se atreve?


Yo emborronaré el mapa de lo vulgar
vertiendo la pintura en un vaso.
En un plato de gelatina mostré
los pómulos oblícuos del océano.

En las escamas de un pez de hojalata
leí la llamada de nuevos labios.
Y usted
¿se atreve
a tocar un nocturno
en la flauta de los canalones?

Oigan

Oigan;
si encienden
las estrellas
es porque alguien las necesita. ¿verdad?
Es que alguien desea que estén,
es que alguien llama perlas a esas escupitinas.
Resollando
entre tormenta de polvo al mediodía
penetras hasta Dios,
teme haber llegado tarde
llora,
le besa las mano carniseca,
implora
que pongan sin falta una estrella
jura
que no soportará ese tormento inestelar.
Y luego
anda preocupado,
aunque aparenta calma.
Dice a alguien:
¿ahora no estás mal, eh?
¿A que ya no tienes miedo?
Oigan, si encienden
las estrellas
es porque alguien las necesita ¿verdad?
Es indispensable
que todas las noches
sobre los tejados
arda
aunque sea una sola estrella.



Lilichka
(EN VEZ DE CARTA)


El humo del tabaco resquemó el aire.
El cuarto, un capítulo en el infierno kruchonijiano*.
¿Te acuerdas?,
tras esa ventana,
por vez primera,
acaricié, frenético, tus manos.
Hoy estás
con el corazón acorazado.
Otro día más,
y me expulsarás abrumándome de injurias.
En la turbia antesala no acierta
con la manga la mano quebrada de temblor.
Huiré,
arrojaré el cuerpo a las calles.
Arisco,
enloqueceré
tajado de desesperación.
¿Para qué eso?,
querida,
piadosa,
déjame decirte ¡adiós!
Aunque no quieras
es mi amor
lastre que arrastrarás
adonde vayas.
Deja que llore en el último grito
el amargor del desaire.
El buey cansado de trabajar
va
y se tumba en las aguas frías.
Para mí
no hay otro mar que tu amor,
y tu amor no concede descanso.
Si quiere calma el elefante agotado
se acuesta majestuoso en la arena encendida.
Para mí
no hay otro sol que tu amor,
y yo no sé dónde estás, ni con quién.
Si atormentaran así a un poeta,
él,
por dinero, cambiaria a su amada y la fama,
pero a mí
no me alegra otro sonido
que el sonido de tu nombre entrañable.
No me arrojaré al patio,
no beberé veneno
ni podré apretar el gatillo en la sien.
En mí,
aparte de tu mirada,
no manda el filo de las navajas.
Olvidarás mañana
que te coroné,
que abrasé en el amor el alma florida,
y el carnaval agitado de los días vanos
aventará las páginas de mis libros.
Las hojas secas de mis palabras
¿te harán detenerte
y respirar con ansiedad?
Déjame
que con mi última ternura alfombre
tus pasos que se van.



Y de todos modos


La calle se ha hundido como la nariz de un sifilítico.
El río es voluptuosidad que se prolonga en saliva.
Lanzando su ropa interior hasta la última hoja
los jardines yacen derrengados obscenamente en junio.

Salgo a la plaza,
me pongo en la cabeza
la calle ardiente, como una peluca roja.
Los peatones me eluden con temor: en mi boca
agita las piernas un grito a medio masticar.

Pero no oiré un reproche, no escucharé ladridos,
y habrá flores a mis pies como a los de un profeta,
porque ustedes, narices hundidas, lo saben muy bien:
yo soy su poeta.

¡Vuestro juicio final me da tanto miedo como una taberna!
Pero tan sólo a mí, a través de edificios en llamas,
me sacarán en andas las prostitutas como a efigie sagrada,
y me mostrarán a Dios en su descargo.
¡Y Dios llorará leyendo mi brevísimo libro!
Hecho de temblores en compactado ovillo, no de palabras;
y echará a correr por el cielo estrechando mis versos
y los recitará a sus amigos conteniendo el aliento.


 

La flauta espinazo



Para todos vosotros,
los que me gustaban o me gustan,
guardados por las imágenes santas en la cueva,
levanto el cráneo lleno de versos,
como una copa de vino en un brindis de sobremesa.
Pienso más y más a menudo:
sería mejor poner el fin
con la punta de una bala:
Hoy mismo,
por si acaso,
doy un concierto de despedida.
¡Memoria!
Recoge en la sala del cerebro
las filas inagotables de los amados.
Vierte la risa de los ojos en los ojos.
Adorna la noche de las bodas pasadas.
Verted la alegría de la carne en la carne.
Que la noche no se olvide de nadie.
Hoy tocaré la flauta
En mi propia espina dorsal.



Poema inconcluso

 

(Preludio inacabado de un poema, probablemente escrito poco antes del suicidio en 1930)

I
 ¿Me quiere? ¿No me quiere? Retuerzo las manos
y los dedos
destrozados desperdigo.
Así deshojan al adivinar y esparcen
por mayo
corolas de margaritas del camino.
Aunque las canas descubran el peinado y la barba;
aunque abundantes suenen en plata
los años
espero, confío; que jamás llegue
a mí el vergonzoso buen juicio.

 

II

Son las dos
estarás en la cama
O tal vez
tú también andes mal.
No hay prisa,
y con urgencias de telegrama
no tengo
porqué
despertarte y molestar.

 

III

El mar se aleja de mí.
El mar se aleja a dormir.
Como dicen, incidente zanjado,
la barca querida varó en lo diario.
Estamos en paz,
y no viene a cuenta un listado
de mutuos dolores, penas y agravios.


IV

Son las dos estarás en la cama.
La Vía Láctea es un Osa de plata estelar.
No hay prisa y con urgencias de telegrama
no tengo porqué despertarte y molestar.
Como dicen, incidente zanjado,
la barca querida embarrancó en lo diario.
Estamos en paz y no viene a cuenta un listado
de mutuos dolores penas y agravios.
Mira en el mundo qué paz;
la noche orló de un tributo de estrellas el cielo.
A estas mismas horas te levantas a hablar
a los siglos, la historia y el universo.

 

V

Sé de la fuerza de las palabras, sé de las palabras el rebato.
No son a las que aplauden los palcos.
De palabras tales se desprenden los ataúdes
y sus cuatro patitas de roble sacuden.
A veces la suprimen, no se publica ni imprime,
pero la palabra vuela con las cinchas ceñidas,
tañe los siglos y llegan a rastras los trenes
a lamer las manos encallecidas de la poesía.
Sé de la fuerza de las palabras: parece de memos,
pétalos caídos bajo los tacones de un baile.
Pero el hombre con el alma los labios los huesos.

La nube en pantalones

(He dejado para el final este magnífico y desgarrador poema, donde se recoge a la perfección la gran calidad y la profunda sensibilidad del autor, especialmente, en la parte I)

Prólogo
Con mi corazón sangrante desgarrado en harapos
excitaré
vuestra mente
que sueña en cerebros reblandecidos
cual cebado lacayo en mugriento sofá;
hasta hartarme me burlaré, atrevido y mordaz.

Ni una sola cana mi alma tiene,
ni en mis años hay ternura senil.
La fuerza de mi voz atruena el mundo
y con veintidós años
camino enhiesto, hermoso.

¡Vosotros los delicados!
que sobre tiernos violines recostáis el amor
o, si rudos sois, sobre timbales.
Nunca podréis hacer como yo,
volverse del revés y ser todo labios.
Venid y aprended.

Damas pulidas envueltas en sedas y batistas
que humedeciendo los labios hojean los libros
como cocineras un libro culinario:
¡dejad esa decencia de ligas angelicales!
Si quieren
amaré la carne hasta la locura
y, tornasolado como el cielo,
si quieren
seré intachablemente delicado:
no seré un hombre,
sino una nube en pantalones.

En el mundo no existe una Niza florida.
Hoy glorifico de nuevo
a hombres cansados como un hospital,
y a mujeres sobadas como un refrán.




I

 
¿Creen que delira el paludismo?

Esto ocurrió,
ocurrió en Odesa.

"Vendré a las cuatro", dijo María.

Ocho.
Nueve.
Diez.

La tarde
se alejó de las ventanas
hacia el horror nocturno,
lúgubre
decembroso.

A mi espalda decrépita ríen y carcajean
los candeleros.

Ahora no me reconocerían:
el gigante musculoso
gime,
se contuerce.
¿Qué querrá una mole así?

¡La mole quiere tantas cosas!
¡Qué más me da
ser de bronce
y el corazón de hierro frío!
De noche quiero esconder mi tañir
en algo blando,
de mujer.

Por eso,
enorme,
me encorvoa la ventana.
¿Llegará el amor o no?
¿Cómo será:
grande o diminuto?

¿Puede ser grande en este corpachón?
Será un amorcito
pequeñito, dócil.

Le espanta la bocina del automóvil,
le encanta el timbrecito del tranvía.

Hundo
una y otra vez mi rostro
en el rostro cacarañado de la lluvia,
espero,
salpicado por el fragor del flujo callejero.

La medianoche con un cuchillo
llegó,
dio una puñalada.
¡Se acabó!

Rodó la hora doce
como del tajo la cabeza degollada.

En el cristal las gotas grises
aúllan,
gesticulan
como si bramaran las quimeras
de Nuestra Señora de París.

¡Maldita!
¿Te parece poco?
Pronto la boca se desgarrará a gritos.

Oigo:
silencioso,
como el enfermo del lecho,
saltó un nervio.

Primero caminó
apenas,
luego corrió convulso,
preciso.
Ahora él y dos más
bailan un zapateo desesperado.

Cayó la cal en el techo de abajo.

Los nervios,
grandes,
pequeños,
muchos,
se lanzan desbocados
y ya
a los nervios les fallan las piernas.

En el cuarto la noche se alaga y alaga,
no puedo sacar los ojos plomizos del fango.

De pronto las puertas rechinaron
como si el hotel
no diera diente con diente.

Entraste
tajante como un "¡tenga!",
torturando la gamuza del guante,
dijiste:
"¿Sabe?,
me caso".

Bueno, cásese.
Lo soportaré.
Mire que tranquilo estoy:
como el pulso de un cadáver.

¿Recurda?
Decía usted:
"Jack London,
dinero,
amor,
pasión";
mas yo sólo veía:
usted era Gioconda
que habían de robar.

Y la robaron.

Otra vez enamorado entraré en el juego
abrasabdo el arco de mis cejas.
¿Y qué?
También en la casa quemada
se cobijan los vagabundos.

¿Se burla?
"Tiene menos esmeraldas de locuras
que céntimos un mendigo".
¿Acuérdese!
Desapareció Pompeya
cuando irritaron al Vesubio.

Siento que
el "yo"
me queda estrecho.
Alguien de mí pugna por salir.

-¡Alló!
¿Quién es?
-¿Madre?
-Madre,
su hijo está hermosamente enfermo.
-Madre,
padece de incendio del corazón.
Diga a mis hermanas, Liuda y Olia
que no tengo adónde escapar.
Cada palabra,
hasta la broma,
que expulso por la boca ardiente
salta como una raamera desnuda
de un lupanar en llamas.

La gente olfatea:
huele a chamusquina.
Enviaron a unos:
¡Fulgentes!
¡Con cascos!
-¡Atrás, botazas!
Digan a los bomberos
que al corazón ardiente se sube con carias.

Yo mismo
rodaré, como barricas, los ojos de lágrimas.
Dejen que me apoye en las costillas.
¡Saldré! ¡Saldré! ¡Saldré! ¡Saldré!
Se derrumbaron.

¡Es imposible salir del corazón!

De la car abrasada
por la grieta de los labios
un besito carbonizado quiso lanzarse.

Madre:
no puedo cantar,
en la iglesia del corazón se inflamó el coro.

Abrasados, los muñecos de palabras y números
saltan del cráneo
como niños de una caasa ardiendo.
Así el miedo
levantó a agarrarse al cielo
las manos incandescentes del "Lusitania".

A las gentes temblantes,
hasta la quietud doméstica
un fulgor de cien ojos quiere llegar del puerto.
¡Último grito!,
por lo menos tú
gímeles a los siglos
que me quemó.





 

lunes, 13 de diciembre de 2010

Cambalache


No pretendo que, de mayores, tengamos la misma vitalidad física ni el ardor y el arrojo cerebral de cuando se tienen quince años. He de admitir que el tiempo te deteriora, te arruga, y, a muchos, los adormece, pero lo que no cabe duda es que te proporciona calma, frialdad reflexiva, facilidad para argumentar, pero de ahí a darle la vuelta al calcetín va un largo tramo. La manipulación de la famosa cita, quien no es revolucionario de joven no tiene corazón, y que quien lo sigue siendo de mayor no tiene cabeza, que suelen manejar los individuos -en su juventud, “revolucionarios de izquierdas”, y con la edad, reconvertidos en respetables “señores de derechas”- para tratar de justificar sus vergüenzas ideológicas, no se mantiene en un análisis pormenorizado.

La citada frase pretende crear una falsa disyuntiva entre el corazón y la cabeza, en la que, de aceptarla, reconoceríamos la nula relación existente entre uno y otro, por lo cual, tomaríamos por bueno la teoría reaccionaria de los que quieren hacernos creer que al usar el corazón (entendido como mezcla de afecto e ideas) implica que dejemos de usar la cabeza (que significa la utilización de la razón).
Plantear esta disyuntiva que anula la combinación conjunta de las dos actitudes, es una estrategia justificativa y disuasoria de estos sectores reacomodados, cuando es bien sabido que el uso de los dos conceptos no entran en colisión. Como en todo, es necesario priorizar y no dejar que ninguno de ellos prevalezca sobre el otro, sometiéndolo a la inactividad y al silencio.

Lo que ocurre es que hay muchos desclasados que no llevan bien el aburguesamiento en el que han entrado, y necesitan palabras, bellas frases, embaucadores argumentos, para maquillar sus traiciones ideológicas y el abrazo afectivo del nuevo status adquirido. Nos lo podemos encontrar en cualquier parte, en cualquier banco, pero lo más normal es que proliferen en el mundo de la política, en el campo de la administración, porque sólo allí se permite que los inmorales, los tránsfugas, los chaqueteros, hagan carrera.

Que a nuestra edad no sea normal que corramos delante de los “antidisturbios” como lo hacíamos de jóvenes, es algo que no voy a discutir, pero que, además, se nos exija que no pensemos y sintamos con la misma vehemencia y ardor que ellos, es algo que no acepto. Se puede ser mayor y aprovechar la sabiduría que el tiempo nos ha podido aportar para que nuestros actos sean más consistentes, pero lo que no se me puede exigir es que, en favor de unas ideas corrompidas y reaccionarias, desista de sentir y pensar con el mismo ardor que cualquier muchacho. Por ahí no entro; a mi no me clasifiquéis con la nueva etiqueta; de joven actuaba con gran corazón y bastante cabeza y ahora, de mayor, lo hago parecido, de otra manera, estaría ya muerto.

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