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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Un paseo por Fuenteheridos y sus alrededores




Portal de una vivienda de Fuenteheridos, quizás uno de lo más bellos pueblos de la Sierra de Aracena


Fuente de "Los doce caños", nacimiento del río Múrtiga


Bosque de castaños, pinos y alcornoques


 Vista de Los Marines desde el Pico Era


Castaños cargados de erizos


Hermoso y sugestivo bosque de castaños


Zarzamora (Rubus ulmifolius) ofreciéndonos sus deliciosos frutos


Ejemplar de Cornicabra (Pistacia terebinthus) con ramillete de frutos sin madurar


Y de paso a la búsqueda de algunas setas, pocas aún, pero suficientes para probar las primeras de la temporada


Siempre, en buena compañía


Ejemplar de Cedro del Himalaya, en Villa Onuba


Nunca me canso de admirar este jardín botánico que los Hermanos Maristas siguen cuidando en Villa Onuba



martes, 29 de septiembre de 2015

Cabrillas: Fieles a la cita de todos los años








A pesar de las calores, si miramos a nuestro alrededor, siempre hay algo que nos muestra que ya hemos entrado en el otoño. 
Para nosotros, el pistoletazo de salida de esta estación son siempre las primerizas cabrillas. Sólo basta un poco de lluvia y... voilà!!, kilos y kilos de cabrillas. Lo malo viene ahora, porque hay que lavarlas y guisarlas antes de que el personal venga a comerlas... Y que conste que son puntuales, como las cabrillas, en cuanto ven las primeras nubes ya están al tanto.






lunes, 28 de septiembre de 2015

El "Jueves" de la calle Feria











Ya informaba en otro post anterior que este mercadillo de "el Jueves" quizás sea uno de los más antiguos que perduran en la ciudad. De vez en cuando nos gusta darnos un paseo por él, aunque no tengas nada que comprar. Esta vez hemos venido a buscar una cerámica para rellenar el hueco que nos ha dejado otra que se nos ha desgraciado. Pero da igual, aquí quien viene, pica: libros, arte, discos, o simplemente alguna antigualla, siempre cae. Hoy hemos tenido suerte y hemos encontrado lo que buscábamos más algún extra que se nos puso al paso. ¿Quién, viendo lo que se expone, no cae en la tentación? Cuando lleguemos a casa rezaremos tres padre nuestro y dos ave María y todo quedará arreglado. 
 

































Luego vino la parte más penosa de la mañana: la visita al mercado de la calle Feria, al que, después del agotador paseo, solemos acudir para reponer las energías que hemos perdido en el Jueves. Es gratificante observar cómo algunos puestos se han sabido reciclar ante el notable descenso de clientes. Ahora es posible tomarte en él un buen vino (Viejo Mundo roble y Tamarón crianza)  y acompañarlo con cualquier producto del mostrador. Genial y apetecible idea. Los quesos de hoy (Ocaña -oveja-) de Toledo y Andazul -queso azul cabra payoya- de San José del Valle,  no han podido estar mejor.

Para abrir boca, priemero una parada en "Casa Vizcaíno", donde cayeron un par de copas de manzanilla



















viernes, 25 de septiembre de 2015

Muere Carlos Álvarez-Nóvoa




Final de la representación donde el director de la obra, Carlos Álvarez, sale a recibir el aplauso del público




Lo conocí a principios de los setenta en el estreno de la obra de teatro “La casa de Bernarda Alba”, de Lorca, que se representaba en el Instituto Velázquez de la ciudad. Carlos era profesor de Literatura de mi novia y director del grupo de teatro del que ella formaba parte y que, a instancias de él, se había creado en dicho instituto.
Eran tiempos en los que la Cultura (con mayúsculas) estaba en ebullición -a pesar de la escasez de libertades y de medios-, y la Literatura, la Filosofía, la Historia, la Psicología, etc., se hallaban al orden del día y cualquier persona que medio destacase, era susceptible de irradiar una influencia decisiva sobre aquellos satélites insaciables de conocimientos que vagábamos a la caza de ello.
Así sucedió con Carlos: su profundo amor por las letras (oírlo hablar de Valle Inclán era todo un placer) y las tablas del teatro hicieron que mantuviésemos una relativa amistad que permaneció durante varios años, relaciones que yo –con el descaro y la naturalidad que proporciona la edad- aproveché para “servirme de él” y pedirle en varias ocasiones que viniese a dar alguna charla y recital de poesía al Centro Cultural que los jóvenes del barrio habíamos montado con nuestros escasos recursos económicos. Él jamás se negó, a pesar de lo cogido de tiempo en que siempre andaba. 
Han pasado cuarenta años y aún sigo recordando con placer aquél recital de poemas de Nicolás Guillén y observando las caras de satisfacción de los vecinos que oían extasiados aquellos versos declamados con esa voz de fagot que lo caracterizaba, y que parecía venir del interior de una mina. Y cómo aplaudieron con el poema, “Soldadito boliviano”, en el que aquel delgaducho y barbudo profesor asturiano, recriado en Sevilla, ponía todas sus fuerzas y entusiasmo.
Luego llegaron momentos difíciles y acaparadores que nos dejaron literalmente sin tiempo para encontrarnos, hasta que murió el pequeño dictador y se puso en marcha esa estafa que llamaron transición y más tarde democracia. Todos los partidos de izquierdas se lo creyeron –o más bien nos lo hicieron creer- y entraron al trapo pensando que podían competir con los poderes fácticos. Y en uno de esos esperpénticos mítines que montaron estos partidos nos encontramos a Carlos. No recuerdo bien si iba de candidato, pero daba igual, era generoso y optimista y quería poner sus cualidades personales al servicio de su partido.
No sé qué tiempo seguiría militando; conociéndolo, no creo que mucho porque ya no lo volvimos a encontrar hasta mediados del los ochenta, -lejana y aborrecida la transición-, en el Palacio Central -antiguo teatro convertido en cine y nuevamente reconvertido en Teatro-,  en el que el CAT (Centro Andaluz de Teatro) ofrecía una representación. Cuál no sería nuestra sorpresa al reconocer entre los actores a Carlos, metidito ya en años, pero tan soberbio como siempre. Después vino su introducción en el cine y ¡por fin! la grata noticia de la conquista del Goya en 1999 como mejor actor revelación en la película de Benito Zambrano, Solas, que acabó de mostrar a nivel estatal (un poco tarde) la calidad interpretativa de este actor ya metidito en años.
Hace poco estuve viendo una interesante entrevista que le hicieron en televisión. Me pareció bastante desmejorado, aunque no le di importancia porque siempre tengo la imagen de un Carlos mayor. Y hoy, miércoles 23 de septiembre, inaugurado el otoño, se precipita en los medios informativos su muerte a los 75 años, gran parte de ellos dedicados silenciosamente a lo que más le gustaba: la Literatura, el Teatro, el Cine, en definitiva, LA CULTURA.
¡Que Atenea lo acoja en su regazo!

    
      
Representación de la obra "La casa de Bernarda Alba", por el grupo de Teatro del Instituto Velázquez, que en aquellos "gloriosos años" era sólo para niñas








jueves, 24 de septiembre de 2015

Día de vendimia en Trebujena (Cádiz)



Viñedos de Trebujena: en el valle (y a pesar de la bruma) se divisa el serpenteo del Guadalquivir, poco antes de penetrar en Sanlúcar de Barrameda





Un año más hemos sido invitados a la finalización de la vendimia en la localidad gaditana de Trebujena. Según los entendidos, será una buena cosecha, de una calidad extraordinaria, ya que la escasez de precipitaciones ha hecho que los niveles de azúcares sean inmejorables. Ésta sólo se ha adelantado un par de días –a pesar del insufrible calor de este verano-, y ello, más que por la temperatura, obligado por “razones técnicas”, o sea, por temor a las destructivas lluvias.
Trebujena está situada dentro del triángulo del Marco de Jerez. Las uvas que en esta localidad se cultivan –como en el resto de él- son la Palomino Fina (más de un 80%), la Pedro Ximenez y algunas pequeñas parcelas de viejas uvas autóctonas que cayeron en desgracia por su baja “productividad”.
A diferencia de Jerez o Sanlúcar, aquí los viñedos pertenecen a pequeños propietarios que venden su cuota a la Cooperativa del pueblo, y el resto de la cosecha se la quedan ellos para llenar unas cuantas botas de mosto que pondrán a la venta hasta que se agote –como la tradición marca- a finales de noviembre, en improvisadas tabernas que instalan  en el garaje o salón de la propia casa (son los denominados “Mostos”), en los que, acompañado de un plato de aceitunas y en algunos lugares de garbanzos, se bebe este primer vino fermentado de no más de 12º, que nosotros hemos querido llamar Mosto.  También la Cooperativa venderá este demandado caldo durante los meses de invierno, el resto se utilizará para rellenar las añosas botas de roble americano, lugar en el que  pasarán  por un estado de oxidación que convertirán a este primer mosto en los preciados vinos generosos que tanto prestigian a la comarca.

El siguiente enlace nos muestra una relación de algunos "Mostos" de Trebujena.



La magnifica orientación de estos viñedos hacen que los vientos de poniente, procedentes del Guadalquivir y el Atlántico, refresquen las uvas después del fuerte calor del día


Hermosos racimos de uvas Palomino fina, a la espera de la recolección



Esportones repletos de uvas cosechadas


Remolque dirigiéndose a recoger la cosecha



Descargando la uva en la Cooperativa




Y aquí, reposando plácidamente en la bodega, esperando a cumplir años








miércoles, 23 de septiembre de 2015

De nuevo, el otoño

 




El otoño, esa mágica y lírica estación, nos inunda los sentidos y nos desborda de belleza. La luz rivaliza con los colores, jugueteando entre los árboles, revelando asombrosas tonalidades. La tierra se convierte en teñidas y crujientes alfombras que nos invitan al paseo y a la contemplación de desnudos e implorantes árboles que, mirando al cielo, sueñan primaveras.
Festival de colores, bosque encantado, gnomos y hadas brincan alrededor de sus nuevas casas resurgidas, las setas. Los madroños presumen de rojo y las piedras de musgo.  Olor a castañas, a nueces y a olvido. Caen las hojas de los árboles como las del almanaque de nuestra vida. El sentido entierra pasiones, arranca olvidos, que el corazón vuelve a desenterrar. El aire, ocre y limpio, impone nostalgias en la mirada y estertores en el alma, que se niega a morir, apasionada. 
El otoño nos envuelve con sus colores, sus aromas y su magia, y nos hace soñar, por un corto espacio de tiempo, que somos capaces de reconciliarnos con la vida, y sentirnos agradecidos por poder ser, un año más, afortunados espectadores del mismo milagro.


Texto: Carmen Bermúdez
 

martes, 22 de septiembre de 2015

Un paseo por el barrio de Triana





Si hay un símbolo que representa a este otrora arrabal de Sevilla, el más destacado, sin temor a equivocarme, es el puente de Isabel II, nombre por el que casi nadie lo conoce y al que la practicidad local llamó "Puente de Triana", y problema solucionado. Quizás sea el único puente de hierro que queda en el mundo. Su hermano gemelo, el del Carrousel, sobre el río Sena, fue demolido a comienzos del siglo XX.
Su construcción se inició en 1845, siendo los encargados del proyecto los ingenieros franceses Gustavo Steinacher y Fernando Bernadet, finalizando en 1852. Los materiales empleados en su ejecución fueron piedra en los pilares y piezas de hierro fundidas en los talleres de los hermanos Bonaplata. En 1976, fue declarado Monumento Histórico Nacional. Hasta entonces, el arrabal estuvo comunicado con Sevilla por un puente de barcas que el califa Abu Yacub Yusub mandó construir en 1171 y que duró más de siete siglos, reparaciones incluidas, claro.


Imagen de Sevilla tomada bajo el Puente de Triana. Al fondo, cúpula de la capilla de Nuestra Señora del Rosario, anexa a la plaza de toros, y remate final de la Giralda


La Triana de ayer y de hoy se dan la mano: calle Castilla coronada con la Torre Pelli


Espacio para hacernos recapacitar hasta dónde puede llegar el grado de intolerancia religiosa de los hombres


Capilla del Carmen, construida en 1928 por Aníbal González. A su izquierda, el ignominioso castillo de San Jorge, lugar en que, en nombre de la fe y la religión, se cometieron crímenes contra la humanidad


Vista de Sevilla y la calle Betis, desde el Altozano trianero. Al fondo, en primer plano, la "Torre del Oro"; junto a ella, las dos torres de la Plaza de España


Sevilla desde la calle Betis


Barcaza y piraguas navegando por el Guadalquivir. En la parte superior izquierda se puede ver el teatro de la Maestranza






viernes, 18 de septiembre de 2015

Mark Knopfler: "Brothers in Arms"






...Ahora el sol se ha ido al infierno,
y la luna cabalga en las alturas.
Dejad que me despida;
todo hombre ha de morir.
Pero está escrito en el brillo de las estrellas
y en cada línea de vuestra mano,
qué estupidez es que hagamos guerra
contra nuestros hermanos en armas.



lunes, 14 de septiembre de 2015

¿Quién dijo que ya no quedaban Peros?









¿Se acuerdan de aquellos "peritos" que nuestras madres nos ponían cada otoño de postre, hace más de cuarenta años, y que algunos –al menos, el que esto escribe- llegó a aborrecer? Pues bien,  siguen existiendo, y gozan de buena salud.
Es curioso lo que son las modas. Casi desaparecidos del mercado desde hace algunas décadas -por la introducción de aquellas pujantes manzanas leridanas, que trajo como consecuencia el trágico arranque de manzanos en la sierra de Aracena (Fuenteheridos, Galaroza, Los Marines, Castaño del Robledo, etc.)  y que acabó con una boyante economía rural que beneficiaba a un buen sector rural de la zona-, ahora, repito, lo que son las modas, o tal vez el reconocimiento de la calidad de este producto local, cada año se plantan más hectáreas de esta otoñal fruta, casi siempre para consumo de activos turistas que las adquirimos en las atractivas tiendas de souvenir, como producto exótico del lugar, igual que hacemos con embutidos, castañas, nueces, cerámicas y demás productos autóctonos, aunque cada vez va siendo más frecuente encontrarlos en tiendas y supermercados locales donde el lugareño se aprovisiona de víveres para su consumo.
¿Quién dijo que ya no quedaban “peritos”? Pues ya ven la fotografía: quedan y gozan de buena salud, ya que cada año aumenta el interés por plantar en las fincas este árbol frutal que antaño cubría –junto con el castaño- esta hermosa sierra de Aracena. Hemos de alegrarnos por este feliz reencuentro y ojalá vuelvan a vestir de otoño nuestras mesas como antaño.






viernes, 11 de septiembre de 2015

Alineación de astros










Venía siguiéndola desde hacía algunos días y ayer, 10 de septiembre, se produjo esta hermosa alineación de nuestro -aún hoy- lunático satélite, la Luna, y la gran Dama de la mañana, el Lucero del Alba, nuestro planeta hermano Venus.
El cielo nos sigue deparando todos los días grandes espectáculos, es una pena que hayamos perdido la costumbre de mirar de vez en cuando para arriba...


 

martes, 8 de septiembre de 2015

Atardecer en el Parque del Tamarguillo






Después de la tormenta que lo llena todo de energía negativa, llegó el silente Karma, la envolvente Entropía... Todos ello bajo el inmenso arrullo de un intenso petricor.  
Se puede alcanzar un trozo de felicidad allí donde menos se espera.




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