URGE UNA REFORMA ELECTORAL EN ESPAÑA

Una de las reformas que continúan pendiente en nuestra democracia, es la Ley Electoral, que, como otras tantas leyes y disposiciones, se hicieron por la premura de tiempo y la amenaza constante de los militares. La ley que actualmente continúa vigente se elaboró por consenso en el año 80, y fue aprobada en Junio de 1985. En ella se descartó el modelo proporcional de reparto de escaños (una persona, un voto) por el temor de los grandes partidos estatales al control del gobierno por el acceso de partidos minoritarios, y se eligió el sistema d´Hondt, que aseguraba el reparto del poder a los dos partidos con más presencia en el país, y el de los nacionalistas en comunidades con escasez demográfica.

La Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral que, a trancas y barrancas, fue aceptada por todos, dispondría para el Parlamento de Diputados un número mínimo de 300 y un máximo de 400, que al final se optó por el de 350, que se repartirían de la siguiente manera: 2 por cada una de las 50 provincias, 1 para Ceuta y 1 para Melilla, con lo cual tenemos 102 diputados asignados. El resto, 248, se repartirían por cada una de las provincias, según el número de habitantes, con lo cual, nos encontramos cada nueva convocatoria electoral con la incongruencia de no tener la representación parlamentaria que los votos han reflejado, como ocurre, por ejemplo, con IU, 1.000.000 de votantes, y UpyD, 300.000, dándose la paradoja que aquellos partidos que se presentan en lugares con baja demografía (casos del PP y PSOE, también los nacionalistas) sacan grandes beneficios de este sistema electoral, produciéndose la circunstancia que en determinadas provincias se llegue a necesitar seis veces más votos que en estas pequeñas. Ejemplos:

· Soria tiene un diputado por cada 31.000 votos.
· Teruel por cada 48.000.
· Sevilla necesita 158.000 votos para cada uno.
· Y Madrid, 171.000 votos, casi seis veces lo que cuesta en Soria.

Como se puede observar, ni esto es democrático, ni representativo, ni mucho menos, justo, pero este es un sistema que se obstinan en mantener inalterable los dos grandes partidos que se benefician de ello (a la hora de repartirse la tarta, bien que saben ponerse de acuerdo), con el apoyo de los nacionalistas vascos y catalanes -que siguen mamando de la teta que le ofrece el estado- gracias a la necesidad que tienen PP y PSOE cuando gobiernan, para sacar adelante su mandato. A continuación reflejo una tabla comparativa (y, si se me permite, ofensiva) para que se aprecie más nítidamente el pucherazo que se produce, cada vez que hay una convocatoria electoral.

· PSOE: 11.289.335 votos, 169 escaños.
· PP: 10.278.010 votos, 154 escaños.
· IU: 969.946 votos, 2 escaños. ¡¡¡ (le correspondería como mínimo 14)
· CIU: 779.425 votos, 10 escaños.
· PNV: 306.128 votos, 6 escaños. (le correspondería como máximo 4)
· UPyD: 306.079 votos, 1 escaño. (le correspondería como mínimo 4)
· ERC: 298.139 votos, 3 escaños.
· BNG: 212.543 votos, 2 escaños. ¡¡¡ (los mismos que IU)
· CC: 174.629 votos, 2 escaños. ¡¡¡
· NB: 62.000 votos, 1 escaño. ¡¡¡

Los números no pueden ser más evidentes, pero los dos partidos que se simultanean en el gobierno de la nación, cierran los ojos ante esta continuada injusticia. El miércoles pasado, la subcomisión del Congreso desestimaba, con el voto de PSOE, PP, y la ayuda inestimable de CIU, PNV, CC, la citada reforma electoral que, a petición de IU y UPyD se debatía, con el asesoramiento a favor del cambio que emitía el Consejo de Estado.