David Hamilton quizá sea uno de los fotógrafos que más revolucionaron la fotografía en los años sesenta y que logró auparla a niveles artísticos tales que llegaron a igualar la maestría de los grandes pintores del barroco. Hamilton tiene –como ocurre con todos los genios- grandes detractores que no aceptan, de buenas maneras, que un intruso a la profesión haya roto moldes en la utilización de la cámara fotográfica, y que se haya convertido en el autor más imitado en el mundo.
Nació en Londres, el día 15 de Abril de 1933. Realizó estudios, con más dificultad que gloria, de arquitectura. Más tarde se dedicó a la decoración, faceta en la que se desarró con más comodidad, pero hasta entonces, jamás sintió atracción por la fotografía. En 1959 llegó a ser unos de los dos directores artísticos de la revista Elle. Al cabo de un año volvió a Londres, donde vivió, de manera intensa, su primera fase de creatividad profesional, y donde llegó a ser nombrado director artístico de la revista Queen. En aquella época, su vocación fotográfica aún estaba lejos. Fue en 1962 cuando un colaborador suyo le sugirió que comprara una cámara, consejo que aceptó y llevó a la práctica, adquiriendo una Minolta con objetivo de 50 mm., que se convertiría, con el paso del tiempo, en el instrumento responsable de la consecución de tan maravillosos lienzos.
Su primer trabajo como fotógrafo de moda lo realiza para la revista Elle, pero su inconformismo y sus exigencias creativas le obligaban a seguir buscando nuevas maneras expresivas. La calidad de su trabajo ya era apreciada en aquellos añlos, pero se le reprochaba “una desenvoltura excesiva” y su apasionada predilección por el trabajo al aire libre y en la casa que había comprado en Ramatuelle ( Provenza). Fue en este lugar donde, en 1967, Hamilton fotografió por primera vez a una de sus muchachas, que más tarde fueron publicadas por las revistas alemanas Jasmín y Twen, y que revolucionaron el adormecido mundo de la foto. Luego llegaría, año 1969, su trabajo para la ilustración de la canción de Leonard Cohen, Suzanne, que acabó de transportarlo al mundo de la fama.
David Hamilton nunca ha revelado el secreto para conseguir en sus instantáneas, esos maravillosos colores suaves combinados con grano grueso, que ha pasado a denominarse “atmósfera hamiltoniana”. Quienes creen haberlo descubierto, hablan que lo consigue con unos filtros untados con una leve capa de vaselina, a veces teñida con colores pasteles, que crean la magia inusual que imprime a su trabajo. Por su parte, él siempre ha declarado que sus herramientas son la cámara Minolta con una película Ektachrome 200, y, a veces, una Polaroid; nada más básico. Uno de sus biógrafos nos aporta su impresión sobre la técnica de éste: “Hamilton aisla la imagen con sabiduría, se convierte en un profesional frío, lúcido y en un artista arrastrado por su propia sensibilidad.” Y a continuación añade: “Su talento consiste en sorprender a las jóvenes en el momento en que revelan lo mejor de su erotismo ingenuo”
Hamilton tiene la suerte de haber surgido al mundo de la fotografía en unos años donde lo revolucionario estaba asumido, y que, hasta las posibles transgresiones sociales, se admitían con sencilla naturalidad; actualmente, la labor de este autor y, por consiguiente su persona, arderían en la pira de la inquisición intolerante y de la envidia, y nos hubiésemos perdido poder admirar el trabajo de este nuevo creador, que, injustamente, ha sido calificado por los faltos de imaginación, como de autor pornográfico, limitándose a enjuiciar solo la época más conocida y afamada de él, pero sin valorar el resto de la extensa obra compuesta también de naturalezas, bodegones, etc., fotografías en las que el autor volvió a experimentar nuevamente con las luces, convirtiendo sus instantáneas en auténticos cuadros barrocos.
Obras de David Hamilton:
· Réves de jeunes filles, París, 1971.
· Les demoiselles d´Hamilton, 1972.
· Le danse, 1972.
· Souvenir, 1974.
· Le collection privée de David Hamilton, 1976.
· The best of David Hamilton, 1976.
· Lálbum de Bilitis, 1977.
· La jeune fille, 1978.
· Jardín secret, 1980.
· Tendres cousines, 1981.
Portafolios en color:
· Filles-fleurs, 1979.
· Les ombres de l`été, 1979
· La galet blanc, 1980.
Portafolios en blanco y negro:
· Hamilton: seize Phototypies, Vol. 1, 1978.
Películas:
· Bilitis, 1977.
· Laura, les ombres de l`éte, 1979.
· Tendres cousines, 1980.
Documentales:
· Jeunes filles en fleurs
· Private collection
· Gestes
· Hommage 1
· Hommages paysages/Natures mortes
Videos:
· Un été à Sain-Tropez, 1982.
Hola Manuel. Enhorabuena por tu rincón 'der Políngano'. Me he tomado la libertad de acompañar una entrada fotográfica en mi blog con unos párrafos extractados de tu artículo original sobre David Hamilton. Espero haberlo hecho con tu posterior consentimiento.
ResponderEliminarDe no ser así, solo tienes de hacérmelo saber y retiraré inmediatamente el texto y el enlace correspondiente.
Muchas gracias
Saludos Transgénico. Todo lo que está aquí está a tu disposición. Que te sea de utilidad.
ResponderEliminarManuel.