PALABRAS, INTENCIONES, SENTIMIENTOS.

Una frase:


"La libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche para alcanzarla."


Subcomandante Marcos.



Y una reflexión:

Hay palabras que engrandecen el alma. Hay actitudes que logran hacerte andar.
Entre las palabras y las actitudes, elijo la segunda, ya que es el resultado último de la combinación de las palabras, el razonamiento, los sentimientos, y la decisión.

A muchos nos pierden las palabras. Hay quienes suelen caer en sus redes. Para los de verbo fácil, esta es una actividad nada complicada y la ejecutan con la misma facilidad que el parpadeo o la infinita respiración.

Distinto es el comportamiento, la actitud que mantienes con tus iguales. En ella nos vemos continuamente retratados. ¿Alguien ha podido, alguna vez, engañar a la cámara fotográfica? Algunos hemos logrado sobornar al espejo, pero ¡qué crueldad la imparcialidad del objetivo fotográfico!

Para los que amamos la poesía, esta opinión puede parecer una contradicción, pues no existe nada más cercano al laberinto gramatical, que la belleza que despliega la lírica. Pero esta, hay que decirlo, queda encerrada entre las páginas del libro, y, cuando lo abres, brota el sentimiento momentaneo que el poeta plasmó en el papel y no el discurso demagógico que transferimos cuando nos comunicamos directamente con nuestro interlocutor. Frente a frente, corremos el riesgo de la interpretación; a solas, con el papel y el bolígrafo, padecemos el síndrome de la confesión, y no seríamos capaces de traicionarnos.

Hay palabras que engrandecen el alma. Hay sentimientos que aturden. Pero hay actitudes que te hacen cruzar fronteras, te dan fortaleza y seguridad, y, ademas, te proporcionan la intensidad de la calma. Hay actitudes desprendidas de algunos que se asemejan a los caminos reales de la sierra, siempre bien conservados, transitables, puestos a tu disposición para facilitarte el traslado.

Si tuviera que decidirme, sin dudarlo, eligiría esta última.