Sorprende oír en tertulias políticas y literarias, cómo recurrentemente se hace mención de un libro que está catalogado dentro de la literatura juvenil: estoy hablando de “La Isla del Tesoro”, escrita por el escocés Robert Louis Stevenson, y publicada en el año 1883. Desconocía que fuésemos legión sus seguidores, y más aún, que fuera libro de culto para muchos entendidos en la materia, cosa que hizo que me acercara, una vez más, a esta fantástica historia de piratas, que no dejará nunca de sorprenderme.
La vida del joven Jim Hawkins cambia radicalmente, cuando aparece por la posada que regenta junto a su madre, “El Almirante Benbow”, un viejo pirata cargado con un cofre que contiene, entre otras cosas, el mapa de una lejana isla en la que se describe la situación de un fabuloso tesoro, amasado por las fechorías del terrible capitán Jonathan Flint.
Este es el arranque de esta fantástica historia, en la que todo lo que sucede gira alrededor, y gracias, al joven protagonista Jim Hawkins.
Desde el primer momento uno se siente identificado con éste, porque al igual que él, todos quisiéramos correr una gran aventura que nos saque de la “posada” de nuestra rutina cotidiana. En toda la novela no deja de sorprendernos su valentía y generosidad para con todos, su honestidad y su frescura, que contrasta, más si cabe, frente al grupo de “caballeros de fortuna”, al que ha de enfrentarse.
Pero, para mí, el protagonista principal, sin duda, en toda esta historia es John Silver El Largo, antiguo contramaestre en el barco del capitán Flint (donde en una de sus múltiples contiendas perdió una pierna), y sabedor de la existencia del suculento tesoro que éste dejó enterrado en la isla. Se hace pasar por un humilde cocinero y embarca en la “Hispaniola” con el único fin de, llegado el momento, y con la ayuda de algunos de sus secuaces, matar a toda la tripulación y hacerse con el codiciado tesoro. Es un personaje lleno de matices y en el que se da la dualidad entre el bien y el mal, que tan bien supo reflejar Stevenson en su conocida obra publicada en 1886, “El extraño caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde”.
Si John Silver está dispuesto a pasar a cuchillo al joven Jim, es sin embargo, gracias a él, que este salva la vida, y es, en un momento dado, la única protección que encuentra.
La personalidad de John Silver se hace rotunda dentro de la historia y todos los personajes quedan en un segundo plano. Al igual que todos nosotros, ángeles y demonios, es capaz de las mayores fechorías, pero capaz también de un acto de nobleza.
Sin duda, un personaje inolvidable y una historia que no lo es menos; para los amantes de la literatura este libro es un "imprescindible". "La Isla del Tesoro" nos sumerge en un fascinante mundo de héroes intrépidos, sanguinarios piratas y fabulosos tesoros, pero es mucho más que todo eso, mucho más que un simple libro de aventuras.
La vida del joven Jim Hawkins cambia radicalmente, cuando aparece por la posada que regenta junto a su madre, “El Almirante Benbow”, un viejo pirata cargado con un cofre que contiene, entre otras cosas, el mapa de una lejana isla en la que se describe la situación de un fabuloso tesoro, amasado por las fechorías del terrible capitán Jonathan Flint.
Este es el arranque de esta fantástica historia, en la que todo lo que sucede gira alrededor, y gracias, al joven protagonista Jim Hawkins.
Desde el primer momento uno se siente identificado con éste, porque al igual que él, todos quisiéramos correr una gran aventura que nos saque de la “posada” de nuestra rutina cotidiana. En toda la novela no deja de sorprendernos su valentía y generosidad para con todos, su honestidad y su frescura, que contrasta, más si cabe, frente al grupo de “caballeros de fortuna”, al que ha de enfrentarse.
Pero, para mí, el protagonista principal, sin duda, en toda esta historia es John Silver El Largo, antiguo contramaestre en el barco del capitán Flint (donde en una de sus múltiples contiendas perdió una pierna), y sabedor de la existencia del suculento tesoro que éste dejó enterrado en la isla. Se hace pasar por un humilde cocinero y embarca en la “Hispaniola” con el único fin de, llegado el momento, y con la ayuda de algunos de sus secuaces, matar a toda la tripulación y hacerse con el codiciado tesoro. Es un personaje lleno de matices y en el que se da la dualidad entre el bien y el mal, que tan bien supo reflejar Stevenson en su conocida obra publicada en 1886, “El extraño caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde”.
Si John Silver está dispuesto a pasar a cuchillo al joven Jim, es sin embargo, gracias a él, que este salva la vida, y es, en un momento dado, la única protección que encuentra.
La personalidad de John Silver se hace rotunda dentro de la historia y todos los personajes quedan en un segundo plano. Al igual que todos nosotros, ángeles y demonios, es capaz de las mayores fechorías, pero capaz también de un acto de nobleza.
Sin duda, un personaje inolvidable y una historia que no lo es menos; para los amantes de la literatura este libro es un "imprescindible". "La Isla del Tesoro" nos sumerge en un fascinante mundo de héroes intrépidos, sanguinarios piratas y fabulosos tesoros, pero es mucho más que todo eso, mucho más que un simple libro de aventuras.
Autora: Carmela
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