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viernes, 8 de enero de 2010

Quien bien te quiere te hará llorar


No conozcó al que acuñó la frase: "Año nuevo, vida nueva", porque se lució. ¡La de crisis espirituales que me planteó la maldita frase, hasta que, por fin, un día conseguí echarla de mi vida! Cada nuevo año ratifica el error en que nos hayamos sumergidos las personas, esperando que, por arte de magia, sin haber puesto ningún empeño durante los 365 días pasado, el 1 de Enero, nazca a la vida un ser distinto.
Viene lo dicho anteriormente a colación con la violencia del hombre contra sus compañeras. Acabamos el 2009 con 55 víctimas y a día de hoy, 8 de Enero del 2010, ya llevamos tres mujeres asesinadas. Y no se nos cae la cara de vergüenza. Oimos este tipo de noticias, cuando se producen, como con las de accidentes de tráfico: totalmente indiferentes. Algunos tenemos la deferencia de sentir un poco de compasión por la muerta y el estado de desamparo en que se quedan los hijos, pero no pasamos de ahí: ser solidarios a distancia queda perfecto y no nos exige esfuerzo alguno. También los hay que, aunque no justifique rotundamente al asesino, siempre dejan caer un "así sería ella", o un "vete a saber qué le estaría haciendo a ese hombre para que la haya matado", etc. Y lo más lamentable aún, que este tipo de comentarios proceden, la mayoría de las veces, de propias mujeres.
¿De qué manera quieren estos hombres a sus compañeras que las prefieren antes muertas que feliz con otro? ¿Qué amor es este que te transforma en un maltratador hacia quien más te quiere y cuida, y cuando, por fín, tu cansada víctima, harta de tanto palo y agravios, decide abandonarte, vas y la mata? ¿En qué estimas teníamos a nuestra compañera, cuando decidimos, como Dios vengativo que todo le pertenece, en quitarle la vida a quien nos dió los hijos?
Nunca lo he entendido. Cada asesinato de una mujer a manos del que, se supone, tendría que cuidarla y mimar, es un acto al que no me puedo acostumbrar. Ni tampoco la actitud que mantenemos ante semejante crueldad. ¿Cuándo llegará el día en que hagamos un cerco inflexible contra estos hombres y, también, contra esta mentalidad machista -que exculpa al tirano y culpabiliza a la víctima- que mantiene un porcentaje elevado del pueblo? ¿No se puede hacer algo más eficaz para proteger a estas mujeres, antes de que el agresor acabe con sus vidas? ¿Y los respectivos ministerios, además de animarlas a que denuncien, no deben tomarselo más en serio? Porque, digo yo, que soy bastante jodido, ¿No se tomaron medidas bastantes eficaces para los políticos que corrían peligro con ETA? ¿O es que las vidas de estos padres de la patria valen mucho más que la de estas mujeres? ¿O, tal vez, toman estas medidas porque los que mueren son ellos?
Quien bien te quiere, te hará llorá, que se decía antes. Ahora, no. Ahora, quien mal te quiere, te matará. Y nosotros, los solidarios a distancias, sin salir a la calle. ¡Que actitud tan diferente a cuando asesinan a un político o a un agente de la autoridad! Acabo, pero no me callo.

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