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miércoles, 13 de enero de 2010

La cumbre europea en Sevilla


Mañana, 14 de Enero, si Dios no lo remedia, -tiene guasa que, un agnóstico compulsivo como un servidor, recurra a estos medios- se reunirán en el palacio de Congresos de Sevilla, los mandamases de medio ambiente de la Unión Europea. Casi "ná", todo un hito.

Por las informaciones que recibo de los más enterados, el número de participantes rondarán los 48, más los agregados, -esto último lo añado yo-. La cuentas no me salen porque, me pregunto, si somos 27 en ese batiburrillo de intereses monetarios, que es en lo que se ha quedado la tan añorada Europa de los pijos, cómo vienen 48. Eso, sin contar a la secretaria, al técnico que los asesora, la intérprete, la parienta, el cuñado, etc., porque estas criaturas no tienen la culpa de que el sarao se celebre en Sevilla, y que, además, les guste el jamón de Jabugo, las gambas blancas de Huelva, el cachondeo nocturno de la ciudad, y la manzanilla de Sanlucar.

Ellos son humanos, como cualquiera, y también tienen tentaciones. Por nada en el mundo se perderían el "chollo" que les ha caído encima. Además, tienen como anfitriones a los españoles -qué bien nos retrató Dº Miguel- y, para culminar el orgasmo, en Sevilla, donde no nos quedamos cortos.

Para asegurar su integridad física, se ha destinado un dispositivo policial de más de 1.3oo agentes -tampoco me sale la cuenta- que llevan patrullando por la zona donde se producirá el evento, desde el pasado sábado nueve. Desde este día, los vecinos comenzamos a sufrir las molestias que provocan los diversos controles que, cada dos por tres, realizan. Todo sea por su seguridad. Al resto, a los ciudadanos de a pie, que les parta un rayo. A quien se lo han puesto en bandeja es a los "chorizos": estos días pueden delinquir a placer, sin temor a que lo "trinquen", sólo deben evitar la zona donde se reunirán los privilegiados señores. ¡Con razón les oímos declarar que ellos no detectan la gravedad de la delincuencia!

Como se ve, soy poco partidario de esta Europa. Al menos, de esta mercantilista que sólo ha servido para que banqueros y demás empresarios, tengan mayor número de consumidores. Porque ¿Alguien me puede responder en qué otra cosa hemos avanzado? ¿En qué se ha beneficiado el ciudadano? Y no me respondan con el tópico de "no tener que cambiar la moneda cuando salimos de viaje", porque, ni todo el mundo viaja, ni nos importaba pagar la comisión cuando lo hacíamos, ya que esto entraba en los cálculos económicos del viaje.

No seré yo quien asegure que nos hemos equivocado de paseo, entrando en esa unión. Ya sé que gracias a Europa se han hechos muchas infraestructuras y carreteras, y que también, cada año que pasa, dejaremos de mamar de esa teta y muy pronto nos tocará darles a los que entran. Hago las cuentas y me sale que si me dieron dos y luego yo entrego otras dos, el resultado es cero. Además, -y esto sí que en verdad nos afecta a los ciudadanitos- con el euro se han disparado los precios; lo que costaba 100 pesetas se puso, por arte de magia, en 1 euro: 68 pesetas más. El frutero, el carnicero, etc., sólo tuvo que colocar una coma, y donde ponía antes "tomates a 187 pesetas," quedó como "tomates a 1,87 euros, con lo que supone de diferencia en contra nuestra, claro.

Yo soy muy antiguo. A mí, Europa, sólo me gusta para viajar; aún así, poco: no soporto la actitud altiva de algunos de sus ciudadanos contra nosotros. Yo, por sentimientos, me identifico más con latinoamericanos y africanos. No me atrae pertenecer a Europa. ¡Qué le vamos a hacer! Cada cual padece sus traumas. Por último: ¿Cuánto nos va a costar a los españolitos los seis meses que durará el reinado europeo de Zapatero? Para que nos parezca poco, los que saben, los que mangonean los datos para liarnos, los que juegan con las ideas, dicen que solo dos euros por español, niños y ancianos incluidos. ¿Quién no se permite un antojito como este por tan poco dinero?

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