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miércoles, 23 de junio de 2010

Nuevos peligros para la unidad de la izquierda


La amenaza de la ruptura vuelve a sobrevolar en Izquierda Unida. Desgraciadamente, este es un síntoma que le ha perseguido desde poco después de su creación y que con el paso del tiempo se ha ido agravando, ya que raro es el día en que esta organización no haya sido noticia en los periódicos por sus confrontaciones internas. Unas veces por razones ideológicas (las menos), otras por el control de la coalición, pero las que de verdad han entablado las grandes luchas ha sido la elaboración de las listas electorales y el puesto en que cada interesado quería ir, así como la de los submarinos del PSOE, que se afanaban con esforzado ahínco en la desestabilización de IU, para sumar los suficientes méritos que posibilitaran su deseada entrada en él. Casi nadie trabajaba por el grupo, todos pendientes de meter palos a las ruedas de la carreta, en un intento desesperado –y desesperante para el votante de izquierda- de ser llamado a consulta por el preparador técnico del Partido Socialdemócrata.

Así se ha venido manteniendo hasta hoy, tirando como ha podido y las circunstancias le han dejado, siempre toreando con la amenaza de una nueva ruptura y la constatación de que en cada cita electoral iban teniendo menos apoyo. Hasta que en noviembre de 2009 es elegido nuevo secretario general del PCE, Francisco Fruto, el cual, decide reconducir la estrategia global que mantenían dentro de IU, asumiendo un peso más específico en la dirección de ésta. A partir de aquí los conflictos, dentro del grupo, se suceden. El coordinador general de la coalición, Gaspar Llamazares, perteneciente al sector madrileño, “IU Abierta” –lejano a las tesis que sostiene el PCE e impulsor de la colaboración con el PSOE- es derrotado en el último congreso y en su lugar se elige a Cayo Lara, agricultor y cercano a los planteamientos estratégicos que propone para la coalición la nueva directiva del partido.

A partir de aquí los acontecimientos se precipitan. Hay escisiones en la Comunidad Valenciana (Iniciativa del Poble Valenciá), también Iniciativa d´Esquerres en Baleares abandona la coalición, a Javier Madrazo lo responsabilizan del fracaso electoral de Euskadi, con lo cual le obligan a abandonar la dirección de Ezker Batua y hace una semana, la presidencia de la misma. También hay montado un grave conflicto en Asturias y, por si fuera poco, ahora salen los socios de Iniciativa per Catalunya y montan un nuevo chiringuito a nivel estatal con todas estas formaciones escindidas, más la Chunta aragonesista , la gente de “Paralelo 36”, en Andalucía (entre los que componen este grupo están, Concha Caballero, ex-IU, y el también ex-IU, ex-PSOE y ex no sé cuántas cosas más, Francisco Garrido), Nueva Canarias, en las islas, y queda por confirmar su pertenencia los de “IU Abierta” de Llamazares y de Inés Sabanés, en Madrid. Su referente es Europe Écologie, formación francesa que creó uno de los dirigentes del mayo del 68, y que en las pasadas elecciones europeas consiguió el 16.28% de los votos, quedando a dos décimas por detrás del Partido Socialista Francés. No sería un partido, ni una coalición, sería, en palabras de un componente de Paralelo 36, “una cooperativa política” ???? Si alguien lo entiende, que me lo explique.

Lo cierto es que si eran pocos, la mitad se les muere de pulmonía. Entre lo distanciada que está la clase trabajadora de las posturas de izquierdas; el conformismo tradicional del ciudadano, que amenaza con convertirse en una enfermedad crónica; la ausencia de compromiso social; la inexistencia de asociaciones de bases que agrupen y conciencien a la ciudadanía; el pasotismo desbordante que impera en un gran sector de la juventud, etc., ahora inventan un nuevo grupo político para desunir lo que estaba poco unido y contribuir con ello a la disgregación del millón de votos que aún mantenían la esperanza de un cambio a la izquierda en el estado. O es pura coincidencia –lo cual me cuesta creer- o los artificieros del PSOE trabajan con una extraordinaria eficacia. No es admisible que cada vez que las encuestas les vayan mal y, por efecto rebote, IU suba, siempre aparezca una empresa destructiva dentro de esta coalición que la ponga en peligro. La izquierda necesita una refundación -ya lo adelantaba hace unos meses en este blog- pero desde el diálogo, sin imposiciones, con argumentos, siendo generosos y flexibles, manteniendo constante la ideología que nos define, desechando el oportunismo político y las posturas esnobistas, teniendo siempre como referente y supremo objetivo, las aspiraciones de miles de ciudadanos que, aún hoy, nos sentimos de izquierdas y creemos en la utopía de un mundo más justo, humano y solidario, pero que, desgraciadamente, estamos huérfanos de representación. La iniciativa de ICV y demás grupos de viaje, parece estar alejada de esta intención refundadora y se aproxima más a los propósitos que mantiene el PSOE: divide y vencerás.



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