Motivos para mandar a este gobierno al paro

Imagen: 20minutos

Tengo motivos justificados –bueno, eso es lo que creo- para desear que este desgobierno se vaya cuanto antes de paseo. Me da igual quienes entren de nuevo, sean los de la gaviota o el mismísimo diablo. Lo que no soporto por más tiempo, es la imagen estúpida de Zapatero, insulso, siempre riendo, moviendo los brazos, en acción mitinera -como si de una marioneta enloquecida se tratara- aunque sólo esté leyendo un simple comunicado. Es más fuerte que yo, mira que hago propósitos de enmienda, pero no lo puedo remediar. Que después que salga este viene el coco, pues nada, a tirar “pa´lante”, y, si le echamos cojones, a ponerle las cosas difíciles. Porque con un gobierno declarado de derechas, la pelea es mucho más fácil. Contra Rajoy –es un adelanto el que hago- llegará a estar todo el mundo de acuerdo, incluido los sindicatos, que ya es bien difícil.

Pero hay otras razones personales por las que quiero que acaben pronto su mandato:

1. A 25 de junio, aún no he recibido las bombillas que el ministro de industria, Miguel Sebastián, prometió enviarme y, para no estar a obscuras, he tenido que comprarlas con mi dinerito.

2. Otro que me pone de los nervios es Celestino Corbacho, personaje eficiente –palabras de Zapatero- para solucionar el desempleo, y que mandó al paro a Caldera, por ineficaz, y que en lugar de hacer algo, lo ha duplicado, además, me cabrea que lo hayan nombrado a él y no a mí, los dos tenemos las mismas titulaciones.

3. ¿Y la desconocida ministra de vivienda? Cómo se llama, la tengo en la punta de la lengua...Be, Be, Be, ¡ah! Ya lo tengo, Beatriz Corredor, ¿no podrían haber puesto a una de mis hijas en el cargo y hubiésemos dado el pelotazo? Total, para lo que hace y sale en los medios, hasta la que tengo más desfavorecida, físicamente, valdría.

4. Luego está una de las pijas, Elena Salgado, la incombustible vicepresidenta de economía, la de “no hay crisis”, la de la ingeniosa frase de “estamos pasando una ligera desaceleración que ya está pasando”, la ecologista de los "brotes verdes" que no logro ver por ninguna parte, “la donde dije digo, digo Diego”, la pequeña Barby, la de la inefable sonrisa -aunque la puedan estar torturando-. No soporto ver la imagen de felicidad permanente cuando anunciaen el parlamento, alguna medida drástica para la ciudadanía.

5. La que me saca más de mis casillas es la otra pija, la vice-Vogue, la maniquí de escaparate, la infiltrada del PP en el PSOE –hay mujeres con aspecto más “progre” en el partido franquista que en el de los nuevos señoritos-, Mª Teresa Fdez. de la Vega. ¿Habéis visto como habla? La m con la a, ma; la ñ con la a, ña; la n con la a, na: ma-ña-na. ¿Pero qué lingüista asesora a este gobierno? Cuando los oyes hablar te chirrian los oídos. Es algo sintomático en la mayoría de sus componentes. Pero lo mejor de ella es el alto porcentaje de modestia a la hora de vestir: como está en un partido obrero, pues nada, a emular a sus votantes y a lucir modelito diario.

6. Por último –no quiero prolongarme en el tiempo, ya se sabe que cuando se les tiene “tirria” a alguien, sólo se les ven defectos- la magistral, la destacable, el acierto de los fichajes, el cardo borriquero que se coloca en el centro de la mesa, para embellecer el almuerzo, la ministra de “igual-da”, la miembra más destacada del gobierno, Bibiana Aído, la inventora del teléfono para los asesinos machistas, para que los "incomprendidos varones" se desahogaran, tiernamente, antes de matar a sus compañeras, y que ha logrado el inestimable record de una mujer asesinada por semana. Y quedan seis meses más del año.

Como podéis comprobar, lo mío solo se soluciona yéndose todos estos seres inútiles al paro. Total, si tenemos cinco millones, qué más dan otros cuantos. Pero que me quiten tener que presenciar todos los días en la televisión a esta partida de pazguatos. Y por favor, si alguien puede echarme un cable, que le diga a Zapatero y a sus seguidores, que Madrid, igualdad, hermandad, voluntad, solidaridad, acaba en d y no en z, que ya, hasta se les está pegando a los “eminentes y bien hablados" periodistas, y que si les es difícil pronunciar, pues que hagan como nosotros los andaluces, la eliminan y solucionado el problema, pero por favor, que mis oídos no tengan que sufrir esa transgresión al idioma.