Los tiempos están cambiando

Desde hace algunos años observo que el mundo gira en dirección contraria a la que venía haciéndolo. Es sólo un sentimiento extraño, una presunción refutable, pues, cada mañana, el sol sigue saliendo por Sevilla Este y, por las tardes, nos ofrece su inflamada desaparición, por los bellos cerros del Aljarafe. Pero estas evidentes circunstancias no acaban de convencerme. Mi equilibrio se encuentra parcialmente tocado. Resbalo con facilidad, con cualquier insignificante objeto tropiezo, camino como un autómata, sin brújula ni concierto. Algo grave debe estar ocurriendo en el planeta. Los seísmos se repiten cada vez más, los volcanes, cada día, escupen más fuego, es como una protesta interna de la tierra, afectada, no se sabe bien, por algún constipado que le hayamos contagiado.

Lo evidente es que el mundo gira, pero lo hace como si rotara para el lado equivocado. Las personas nos hemos vuelto más insensibles, menos solidarias, más irascibles, menos sufridos, más egoístas, más vulnerables, menos cariñosos, más...más vale detenerse, la lista podría ser interminable. Existimos para nosotros. Lo que le ocurra al de al lado nos da absolutamente igual. Vivimos como en la Edad Media, encapsulados en una coraza aislante que nos proteja contra las inclemencias sociales que nos rodean. Logramos superar la primera etapa evolutiva del primate, para convertirnos, más tarde, en el gran proyecto que fue el “homo sapiens”, y retroceder en la actualidad, al “homo animalísimo”. Somos auténticos depredadores, nuestra razón de ser no tiene sentido si no es para darnos satisfacción. Para ello no nos detienen ni hijos, ni padres, ni abuelos, todos corren el riesgo de ser abandonados a su suerte con el gratificante fin de que no nos mantengan atados. Para los niños, sirven las escuelas, donde son “aparcados” durante unas horas, sin importarnos la calidad del centro ni la enseñanza que reciben. Los viejos, repartidos –en el “mejor de los casos”- entre la familia o abandonados en una residencia “cárcel”. La consigna es bien sencilla: para vivir yo, que nadie me obstaculice el camino. Esa es la meta a la que con tanta ruindad aspiramos. Los valores éticos, la instauración de una cultura emancipadora y soberana, la consolidación de una sociedad justa y solidaria, son elementos caducos que se abandonan junto a los contenedores de basura, por inoportunos y alteradores.

En fin, no sé si serán manías mías, o tendrán algo de verdad, pero yo percibo que la tierra gira para el sitio inadecuado. Ya sé que los científicos no han detectado anomalías graves y que el sol, cada mañana, tiene su cita diaria cerquita de casa. Pero olfateo algo raro en el ambiente que me hace sospechar que la rotación del globo terráqueo, de manera sibilina, ha sido modificada. Este ya no se parece a mi planeta. Por favor: ¡que me devuelvan el mío, alguien me lo ha robado!



LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO (The Times they are a Changin', Bob Dylan)


Venga la gente de alrededor, reúnanse, dondequiera que estén,
y admitan que las aguas han crecido a su alrededor
y acepten que pronto estarán calados hasta los huesos,
si creen que su tiempo es digno de salvarse,
será mejor que comiencen a nadar o se hundirán como piedras
porque los tiempos están cambiando.

Vengan escritores y críticos que profetizan con su pluma
y mantengan los ojos bien abiertos, la ocasión no vendrá de nuevo,
y no hablen demasiado pronto pues la rueda todavía está en giro
y no ha nombrado quién es el elegido
porque el ahora perdedor será más tarde el ganador
porque los tiempos están cambiando.

Vengan senadores, congresistas por favor, oigan la llamada
y no se queden en el umbral, no bloqueen la entrada,
porque resultará herido el que se haya opuesto,
hay en el exterior una batalla furibunda,
pronto golpeará su ventanas y crujirán sus muros
porque los tiempos están cambiando.

Vengan padres y madres de alrededor de la tierra
y no critiquen lo que no pueden entender,
sus hijos e hijas están fuera de su control,
su viejo camino envejece rápidamente,
por favor, dejen paso al nuevo si no pueden echar una mano
porque los tiempos están cambiando.

La línea está trazada y marcado el destino
los lentos de ahora, serán rápidos más tarde
como lo ahora presente más tarde será pasado,
el orden se desvanece rápidamente
y el ahora primero más tarde será el último
porque los tiempos están cambiando.