Algunas reflexiones después del 8-J

1. Un análisis pormenorizado de la huelga del 8-J, un día después de haberse celebrado, nos lleva a reflexionar cuales pueden ser las posibles causas de su escaso éxito :
   
   1ª.- Una parte de los funcionarios llegaban derrotados a esta cita (daban por sentado que esta medida venía impuesta desde el exterior y que Zapatero no se atrevería a retractarse.)

2ª.-Muchos de ellos confiaron en que unos pocos compañeros harían el trabajo de todos.

3ª.- En el equilibrio de razones, pudo más el factor dinero, la gente prefería no perder más euros.

4ª.- La aceptación compresiva por parte de un sector de funcionarios que están de acuerdo con las tesis del gobierno.

5ª.- La manipulación ideológica que ha utilizado el sector más reaccionario de estos trabajadores, queriendo hacer leña del árbol caído, pero no participando en su derribo, (“hay que echar a Zapatero del gobierno, por hacer estos recortes –decían-, pero les parecía mal ir a la huelga”. Si alguien lo entiende, que me lo explique.)

6ª.- Importante también la manipulación informativa a cargo de un buen número de periodistas (parásitos sociales -¿hay en algún sitio más parasitismo que en esta profesión? Ni producen, ni crean, ni sirven para levantar a un país, a lo sumo, colaboran en su hundimiento moral e ideológico, y su interés, solo radica en fomentar la confusión desinformadora y la inoculación de ideas neoliberales entre la masa sin una adecuada preparación cultural, siempre al servicio de los intereses del gran capital que los mantiene)

7ª.- Por último -y quizás la más decisiva-, la adhesión a la huelga de los sindicatos colaboracionistas del gobierno (UGT, CC.OO.), minoritarios en el sector y que -como se temía- la han instrumentalizado para presionar al gobierno en la negociación de la reforma laboral pendiente, dejando a un lado el carácter reivindicativo concreto que movilizaba a los funcionarios . Este factor echó para atrás a muchos trabajadores que están cansados de estos vividores. CC.OO. y UGT sólo fueron a la manifestación, con el objetivo claro y partidista, de darle un toque de atención al gobierno, para que la próxima vez que “se reunan para comer”, se acuerden de ellos.

Haciendo un resumen: el resultado de la convocatoria no ha sido ni tan exitosa, como pretenden hacernos creer estos dos sindicatos, ni tan catastrófica como dice el gobierno. Para mí, hay un elemento que destaca sobre los demás y es que, en tiempos de dificultades y con el personal acomodado y falto de engrase (gracias a la desmovilización ciudadana que han impuesto estos dos sindicatos), yo reconozco que la jornada ha sido positiva -hayan acudido un millón o solo mil funcionarios a las manifestaciones-, porque en la calle ha habido un puñado de trabajadores que le ha dicho al gobierno que no está conforme con las medidas que ha tomado, sobre todo, costándole el dinero, nadando contracorriente y con la grave incomprensión de un gran sector de la población.

Estas son, "grosso modo", algunas de las causas que han incidido en esta jornada, donde, desde un principio, los trabajadores de la función pública sólo querían decirle a la Señora Salgado y a Zapatero, que no estaban de acuerdo con el recorte efectuado a sus salarios, y que si necesitan millones para paliar la grave situación que padecemos, que se atrevan a quitárselo a la banca y a las grandes fortunas, que al fin y al cabo, son los que nos han metido en esta crisis.