De la vaca a la mesa
Imagen tomada en Liencres (Cantabria)
Ingenioso sistema para adquirir la leche: una lechería callejera. Ya tenía noticias del invento, pero hasta ahora no lo había visto en la calle: leche recien ordeñana, para no perder el saborcito de lo bueno y poder disfrutar de un trago delicioso y reconfortante. Luego, en el labio superior, la marca delatora de un bigote blanco. ¡Cuántas veces -debido a esta huella incriminadora- descubrió mi madre -cuando me enviaba a comprar leche a la vaquería- que yo me había empinado el codo! De golpe, cualquier insignificante imagen nos devuelve al infantil pasado.
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