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jueves, 27 de mayo de 2010

PINK FLOYD: "Atom Heart Mother"



 El 10 de octubre de 1970, el grupo Pink Floyd saca a la luz el que será, su disco más polémico, Atom Heart Mother”. Considerado por los críticos como un paso atrás de la banda y un disco de difícil accesibilidad, además de ser repudiado más tarde por el propio Gilmour, que lo calificó “como un montón de basura”, y el mismo Waters, quien declaró “no importarle que lo tiraran a la basura y nadie más lo volviera a escuchar”, fue el que más aceptación tuvo hasta la fecha por parte de sus seguidores y el que alcanzó el puesto más alto de la discografía que hasta entonces habían publicado, llegando a ser número 1 en Reino Unido, y el 55 en EE.UU.

El disco -grabado por el grupo británico, sin la presencia ya de uno de sus indiscutibles líderes, Syd Barrett, compuesto en aquellos momentos por David Gilmor, guitarra y voz principal (en sustitución del guitarrista Barrett); Roger Waters; bajo y voz principal; Rick Wright, teclados y voz; Nick Mason, batería y percusión- rompería con el tradicional rock psicodélico y experimental que hasta entonces solían hacer, para iniciar la era del rokc sinfónico y progresivo que a tantos grupos influiría.

De las seis canciones en que se divide el disco, la más original –y sorprendente; estamos hablando de 1970- sería la pieza sinfónica de la cara A, “Atom Heart Mother”, compuesta por los cuatro músicos citados -más la colaboración orquestal a cargo de Ron Geesin-, muestra la perspicacia de los sonidos de cada uno de los integrantes, y la capacidad musical del conjunto. Esta pieza no estaba destinada a ser orquestada en un principio, pero a instancias del músico Geesin, al final, el proyecto fue aceptado. El tema ocupa toda la cara del disco (23.44 minutos), inaugurando así un estilo y una moda, que más tarde sería imitada por bastantes grupos de la época, el cual está dividido en seis partes, pero sólo por cuestiones económicas, ya que en la época en que se editó, los derechos de autor se cobraban por la cantidad de temas que contenía un disco.

a. Father's Shout
b. Breast Milky
c. Mother Fore
d. Funky Dung
e. Mind Your Throats Please
f. Remergence

El segundo tema es “If” (4.30 minutos), compuesta por Waters, y es un canto a la amistad, quizá en recuerdo del compañero Barrett, que tan mal había acabado con las drogas.

El tercero es “Summer “68” (5.29), compuesta por Wright, considerada por muchos como el mejor tema del disco, donde hace una crítica al estilo de vida de los músicos de rock. Cuenta con una maravillosa aportación orquestal y un delicioso y suave final.

El cuarto es “Fat Old Sun” (5.22), compuesta por Gilmour, tiene unos sonidos que nos recuerdan el blues, con una dulce letra y un solo de guitarra final espléndido.

La quinta y última es “Alan´s Psychedelic Breakfast” (13 minutos), está compuesta por los cuatro músicos, y es una extraña composición, donde se mezclan sonidos instrumentales con ruidos caracteríticos de un desayuno. Esta a su vez está dividida en tres partes:

a. Rise and Shine
b. Sunny Side Up
c. Morning Glory


El balance general, es la consecución de un extraordinario disco (a pesar de las argumentaciones de los críticos y de los dos componentes del grupo) que marcó un antes y un después en la música de los años 70, y que analizado, pasados más de 40 años, sigue resultando de un valor musical excelente y una obra de arte para las futuras generaciones venideras. Con Pink Floyd y su “Atom Heart Mother”, todos aprendimos y degustamos de la buena música que se hacía en aquellos años y que nos venía de fuera para abrirnos auditiva y esperitualmente las barreras que el franquismo nos imponía. Con Pink Floyd logramos ser más libres, más persona, y aprendimos a soñar que, tras las rígidas fronteras de la dictadura, había paraísos al alcance de la mano en la que los hombres se sintieran hermanos. A nuestra manera, conseguimos vivir por un rato sin ataduras, sin miedo ni sobresaltos, todo gracias al inestimable placer que producía en nuestras conciencias el "Atom Heart Mother" del grupo musical "Pink Floyd".







Como prueba de que las declaraciones de Gilmour y Waters sólo fueron un calentón momentáneo -no se entiende por qué, quizás asombrados por la transcendencia del disco-, es que años más tarde, volvieron a tocarla. Como ejemplo, esta actuación de David Gilmour en el año 2008, -acompañado de orquesta y coro, de los que tan enemigo había sido, en un pincipio, cuando lo propuso Ron Geesin, responsable de la orquestación- y en la que se le vio satisfecho y rotundo, tocándola. Ante las obras de arte, no cabe más que descubrirse y admirarlas. Lo sorprendente es que los seguidores del grupo llegáramos a darnos cuenta antes que los propios creadores.


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