Por desgracia, tengo que utilizar con mucha frecuencia el transporte urbano (la queja está referida al mal servicio que dan en Sevilla), pero a cambio te compensan con lo instructivo que se convierte el paseo. Allí te pones al día de los programas "morrallas" de la televisión, de la clasificación de los equipos de fútbol, y, desde que Franco murió, de cómo anda la política local, nacional y hasta, si tienes suerte, la internacional.
Lo que más predomina, a nivel de féminas, son los cuenta vidas de Antena 3 y Telecinco. En cambio, los hombres, a lo suyo: fútbol y como mucho, la crítica velada al gobierno de turno. En lo que sí coinciden las dos partes es la crueldad de la crisis económica, todos recitan un rosario de parados en su casa. Pero lo que ya no me cuadran son las conversaciones siguientes de unos y otros: el dineral que se gastarán en ropas y regalos en este mes de Mayo, a consecuencia de las innumerables comuniones a las que tienen que asistir.
Aquí es donde no encaja el asunto. Porque, digo yo, el que no tiene, no gasta, y si lo hace endeudándose hasta las cejas, merece que lo hagan de nuevo. Otro tanto ocurre con los bares. Sabido es que una cerveza con tapa te cuesta ya casi un ojo de la cara. Pues aún así, siempre que salimos de copas mi mujer y yo, jamás encontramos un bar vacío y tienes que pedir la consumisión en tercera fila y tomarla donde mejor puedas.
Estamos hablando de cosas accesorias, nada de comestibles, porque estos sí que están algo más vacíos. Da la impresión que el personal ha renunciado a comer como es debido, a cambio de poder festorrear de vez en cuando, todo lo contrario de las casas de nuestros padres, donde lo primero que primaba, era el plato de comida, el vaso de leche y unos buenos zapatos. Pero los tiempos cambian y se ve que nos quedamos viejos. Lo malo del caso no es lo que yo escuche y vea, lo peor es que los gobiernos tienen gente en la calle que observan la realidad que se vive y, viendo lo que ve, lo de la crisis no se lo creen, si no, qué gobierno soportaría cinco millones de parados. La economía sumergida es uno de los males de este país, unida al mangoneo económico de ciertos personajillos y responsables políticos. La situación de Grecia debe ponernos sobreaviso, luego será demasiado tarde.
Lo que más predomina, a nivel de féminas, son los cuenta vidas de Antena 3 y Telecinco. En cambio, los hombres, a lo suyo: fútbol y como mucho, la crítica velada al gobierno de turno. En lo que sí coinciden las dos partes es la crueldad de la crisis económica, todos recitan un rosario de parados en su casa. Pero lo que ya no me cuadran son las conversaciones siguientes de unos y otros: el dineral que se gastarán en ropas y regalos en este mes de Mayo, a consecuencia de las innumerables comuniones a las que tienen que asistir.
Aquí es donde no encaja el asunto. Porque, digo yo, el que no tiene, no gasta, y si lo hace endeudándose hasta las cejas, merece que lo hagan de nuevo. Otro tanto ocurre con los bares. Sabido es que una cerveza con tapa te cuesta ya casi un ojo de la cara. Pues aún así, siempre que salimos de copas mi mujer y yo, jamás encontramos un bar vacío y tienes que pedir la consumisión en tercera fila y tomarla donde mejor puedas.
Estamos hablando de cosas accesorias, nada de comestibles, porque estos sí que están algo más vacíos. Da la impresión que el personal ha renunciado a comer como es debido, a cambio de poder festorrear de vez en cuando, todo lo contrario de las casas de nuestros padres, donde lo primero que primaba, era el plato de comida, el vaso de leche y unos buenos zapatos. Pero los tiempos cambian y se ve que nos quedamos viejos. Lo malo del caso no es lo que yo escuche y vea, lo peor es que los gobiernos tienen gente en la calle que observan la realidad que se vive y, viendo lo que ve, lo de la crisis no se lo creen, si no, qué gobierno soportaría cinco millones de parados. La economía sumergida es uno de los males de este país, unida al mangoneo económico de ciertos personajillos y responsables políticos. La situación de Grecia debe ponernos sobreaviso, luego será demasiado tarde.
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