Aceptémoslo: el PSOE es un partido de derechas, refugio perfecto para desalmados arribistas, chupópteros, mangantes e individuos sin ideologías, igual que el PP, pero a lo moderno. Ufanos, se auto califican de social demócratas, como si éste pensamiento revolucionario que idearon pensadores como Carlos Marx, Federico Engels, Rosa Luxemburgo, etc., y que sirvieron para hacer algunas revoluciones (que más tarde, los que no creían en ellas, se encargaron de envilecer), tuviera alguna semejanza con la actual, una vez que la burguesía europea se percatara del invento y la hiciera suya para seguir perpetuando su poder en el gobierno.
En este partido cabe todo el mundo. Desde anticomunistas desbocados, hasta banqueros modernizados, pasando por arribistas, estómagos agradecidos, gente sin escrúpulos, negados para el trabajo, magnates de la comunicación, intelectuales de postín, nostálgicos del franquismo, etc., personal, todo él, sin ideología identificativa, que sólo aspiran a dar el pelotazo, con el menor esfuerzo posible.
Son enemigos del pueblo. Tienen una admirable capacidad para la demagogia, el “birlibirloque”, el “donde dije digo, digo Diego”, el populismo desenfrenado, y cuando gobiernan, son el terror de los trabajadores. Cuesta movilizarse contra ellos, pues, aplicando adecuadamente los masters que realizaron con el franquismo, saben hacerse con todo el personal que puede crearles problemas. Con ellos, los sindicatos dejan de ser de clase y se transforman en parodias reivindicativas; los partidos a la izquierda, convidados de piedra en el festín que celebran, por lo tanto, desenmascararlos es una tarea harto difícil, complicada y arriesgada.
Contra Franco y el PP todo era más fácil y concreto. Contra la derecha camuflada del PSOE, es más complicado y arriesgado. A veces, te pueden confundir con lo que no eres, pero el riesgo no me detiene. Como comenzaba mi post, reitero: El PSOE es un partido de derechas y sus miembros, una banda, supuestamente, de cuatreros.
En este partido cabe todo el mundo. Desde anticomunistas desbocados, hasta banqueros modernizados, pasando por arribistas, estómagos agradecidos, gente sin escrúpulos, negados para el trabajo, magnates de la comunicación, intelectuales de postín, nostálgicos del franquismo, etc., personal, todo él, sin ideología identificativa, que sólo aspiran a dar el pelotazo, con el menor esfuerzo posible.
Son enemigos del pueblo. Tienen una admirable capacidad para la demagogia, el “birlibirloque”, el “donde dije digo, digo Diego”, el populismo desenfrenado, y cuando gobiernan, son el terror de los trabajadores. Cuesta movilizarse contra ellos, pues, aplicando adecuadamente los masters que realizaron con el franquismo, saben hacerse con todo el personal que puede crearles problemas. Con ellos, los sindicatos dejan de ser de clase y se transforman en parodias reivindicativas; los partidos a la izquierda, convidados de piedra en el festín que celebran, por lo tanto, desenmascararlos es una tarea harto difícil, complicada y arriesgada.
Contra Franco y el PP todo era más fácil y concreto. Contra la derecha camuflada del PSOE, es más complicado y arriesgado. A veces, te pueden confundir con lo que no eres, pero el riesgo no me detiene. Como comenzaba mi post, reitero: El PSOE es un partido de derechas y sus miembros, una banda, supuestamente, de cuatreros.
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