Mercado de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
Las Plazas de Abastos, sobre todo en Andalucía, han sido siempre un verdadero ágora donde, a la vez que nos abastecemos de productos frescos para la casa, nos ponemos al tanto de los acontecimientos más relevantes de la ciudad, ya sea a nivel de chismorreo, futbolero o político.
Siempre me han atraido los mercados y lo primero que hago, nada más llegar al lugar que visito, es hacer acto de presencia en ese espacio cautivador donde se mueve el temprano barullo ciudadano. Buen lugar para tomar el pulso social de la ciudad: productos ofertados, calidad de los mismos, precios, funcionamiento del Ayuntamiento, etc. Y ahora, en muchos de ellos, la incorporación de la oferta culinaria de los bares, en la que puedes degustar los mismos productos que ofrecen en los puestos, pero ya elaborados.
He de reconocerlo, las Plazas de Abastos son unas de mis debilidades.
Esta de Sanlúcar fue construida en el
siglo XVIII y reformado en el XIX y XX. Se proyectó en 1736, presentándose al
concurso varios proyectos de “maestros propios y forasteros”, siendo
elegido el del Maestro Mayor de la Real Audiencia de Sevilla.
Para tal fin, el Ayuntamiento de
la ciudad adquirió dos solares en la calle Bretones y el duque de Mediana
sidonia cedió un trozo del jardín cercano al mismo.
Las obras comenzaron el año 1743
y quedaron finalizadas en 1744
El edificio original era de planta
cuadrangular. Contaba con una zona cubierta y otra al aire libre. En el
interior de tres de sus lados tenía arcadas cubiertas, donde se situaban los
puestos de venta. A él se accedía a través de tres puertas: una en la calle
Bretones, otra en la calle Trascuesta y la principal en la antigua plaza de
Belén, situada entre el mercado y el Palacio de los duques de Medina sidonia,
en el lugar de la antigua calle Jardines, que comunicaba la Cuesta de Belén con
la calle Trascuesta.
En 1882 se amplió el edificio
ocupando la plaza de Belén y pasando a ser de planta rectangular. La antigua
entrada principal se suprimió trasladándose la monumental portada de piedra a
la calle Bretones.
Uno de los muchos puestos donde puedes comprar el producto que te prepararán en la Cantina.
Y para finalizar la jornada de compras, una parada obligada en la Cantina del mismo para degustar unos excelentes langostinos acompañados de una exquisita manzanilla en "rama"
Coincido contigo. El colorido además de las paradas bien organizadas, que con esmero diario, colocan los tenderos, me gusta y si además atiendes a lo que se habla mientras esperas en la cola el turno, es una vivencia real que te descubre, como están los ánimos del momento social, cierto.
ResponderEliminarEn Barcelona hay muchos mercados, pero uno al que diariamente acuden mjiles de turistas por la solera y la ubicación, está en Las Ramblas y es el Mercado de la Boqueria. Una explosión de color en las paradas de la entrada.
Saludos.
El de la Boquería, es uno de los que tengo pendientes, Anna. Es curioso que, por motivos de trabajo haya visitado frecuentemente Barcelona, y jamás haya estado en él. Las imágenes que he visto son seductoras, sobre todo, el bar, restaurante, o como se llame que funciona en su interior.
EliminarQueda pendiente.
Un saludo.