Todos los comienzos de año surge la fantasiosa rutina de establecer una vasta lista de propósitos que, quien la hace, sabe que no va a cumplir: dejar de fumar; adelgazar unos kilos; tomarse el mundo más en serio; cambiar nuestra agria actitud en relación con las personas que nos rodean; etc.
Puestos a emular las costumbres de la gente, yo también he realizado una larga lista de deseos, a sabiendas de que no cumpliré ninguno de ellos, pero quién era el guapo que se arriesgaba a decirle al personal que no lo había hecho, así que le eché valor y me salieron todos estos.
A ver si soy capaz de alcanzar sólo un par, con esa minucia de realización me daría por satisfecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario