Hermann Hesse: Frases escogidas

Frases escogidas

• En todo el mundo los políticos son muy partidarios de la revolución, de la razón y de deponer las armas –pero ¡sólo tratándose del enemigo, no de uno mismo!

• Nadie pensaba en una guerra, se aumentaba el armamento sólo por si acaso, porque los ricos ven con agrado muros de hierro alrededor de su dinero.

• Cuantos más sean los individuos que consigan observar el teatro del mundo con tranquilidad y actitud crítica, tanto menor será el peligro de las grandes locuras de masas.

• Todo hombre es algo personal y único, y querer colocar en lugar de la conciencia personal una colectiva, es lo que se llama abuso y el primer paso hacia todo lo totalitario.

• Lo político no me interesa, si no, hace mucho tiempo que sería revolucionario.

• La diferencia entre Marx y yo, dejando aparte las dimensiones mucho mayores de éste, es que Marx quiere transformar el mundo, yo al hombre particular. El se dirige a las masas, yo a los individuos.

• La mayoría de los hombres no tienen credo político, sino el de su casta; tanto los capitalistas como los socialistas son, en su 99%, partidarios de opiniones para cuyo examen no les alcanza su inteligencia.

• Cuanto más cerca estamos sentados unos de otros, más difícil nos resulta llegar a conocernos.

• Quienes no quieren responsabilidad ni pensar por cuenta propia necesitan y exigen caudillos.

• Las personas con valor y con carácter resultan siempre incómodas e inquietantes a los demás.

• Cuando odiamos a una persona, odiamos en ella algo que está en nosotros mismos.

• Entre los hombres, por muy unidos que estén, siempre queda un abismo que sólo puede salvar el amor, y aun así, sólo con un puente de emergencia.

• Hay quienes se creen perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos.

• Ninguna persona puede ver y comprender en otros lo que ella no ha vivido.

• La verdad se vive, no se enseña.

• Según mi experiencia, sólo se dejan llamar y agudizar aquellas conciencias que de todos modos ya están alerta.

•  No debes añorar una doctrina perfecta, sino la perfección de ti mismo. La divinidad está en ti, no en conceptos y en libros.

• La cosa más sencilla se vuelve inmediatamente complicada e incomprensible al hablar de ella.

• El aburrimiento es algo que no conoce la naturaleza; es un invento de los habitantes de la ciudad.

• Prefiero a alguien que esté dispuesto a entregarse a los ideales más ingenuos del mundo que a quien sabe hablar con inteligencia de todos los ideales y mentalidades, pero no es capaz de renunciar ni a lo más mínimo por uno de ellos.

• Nuestras inclinaciones tienen siempre la asombrosa habilidad de disfrazarse de ideologías.

• Sólo se está intranquilo mientras aún se tienen esperanzas.

• La naturaleza tiene diez mil colores, y nos hemos empeñado en reducir la escala a veinte.

• El genio, allí donde surge, o acaba estrangulado por los que le rodean o es él quien les tiraniza a ellos.

• Poeta es algo que se puede ser, pero no algo que se pueda uno hacer.

• El paraíso acostumbra a presentársenos como tal cuando ya hemos sido expulsados de él.

• El amor no debe rogar, ni tampoco exigir. El amor tiene que tener la fuerza suficiente para llegar por sí mismo a la certeza. Entonces ya no es arrastrado, sino que arrastra.