Nosotros, con nuestra indolencia, somos los culpables de lo que nos está pasando. Pensamos que porque votemos una vez cada cuatro años, significamos algo en esta corrompida democracia. Somos cómplices de sus delitos, porque somos complacientes con sus actos. Miramos con recelo al de enfrente cuando entre nosotros hay verdaderos trileros.
Qué quieren que les diga: si no fuera por nosotros, hoy, los políticos, no estarían robando. El caso Bárcena no es un hecho aislado, la corrupción está en la esencia de nuestros políticos y no hay partido que se libre: PP, PSOE, CIU, IU, BNG, etc. Aquí trinca todo el que puede, lo único que necesitan es un trozo de poder y... ¡A robar se ha dicho!, que para votar ya estamos nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario