Antonio Rodrigo Torrijos, "El Incorregible"

Siento tener que volver a tratar sobre la misma persona. Quien me lea, pensará que lo mío con Torrijos es algo personal -nada más lejos de la realidad-, pero he de aclarar que sólo es un problema estético e ideológico. Aunque hayamos tenido que coincidir, por militancia política, en muchos momentos de nuestras vidas, jamás me convenció su actividad como dirigente.

Primero en el PCE, donde era un destacado “carrillista”, que no sé por qué, no siguió al viejo político cuando decidió abandonar el “partido” y acogerse al buen retiro del PSOE.

Segundo, en su etapa de CC.OO, donde ,debido a las embestidas de los “oficialistas”, tuvo que abandonar la secretaría. Y, luego más tarde, en Izquierda Unida, en la que, poco a poco, se ha ido posicionando y cogiendo más fuerza, tanto es así que pocos, dentro de la organización, se atreven a llevarle la contraria, a pesar de que entre la población de izquierda, y los posibles votantes de IU, no convenza su actividad en el Ayuntamiento de la ciudad.

Hecha esta extensa introducción, paso a desarrollar el motivo de este post, y es que este buen señor, después de haberse gastado un buen montón de millones (de los ciudadanos) en carriles bici que nadie demandaba y que muy pocas personas utilizan, dejar al peatón en muchos casos sin aceras, eliminar cientos de plazas de aparcamientos en una ciudad que ya era deficitaria en ello (no todo el mundo tiene la suerte, como el señor Torrijos, de disfrutar de un coche oficial, además de poseer una plaza de garaje en el mismísimo centro), ahora, desde hace algún tiempo, le ha dado por cortar la ronda histórica, fin de semana sí y el otro también, para pasearse con sus “colegas hippies”, en bicicleta, unas veces, otras con patines, convirtiendo, el ya difícil acceso al centro de la ciudad, en algo imposible, ni con vehículo propio ni público. Pero no satisfecho con el territorio que nos usurpa al resto de la población, y ante la cercanía de las elecciones, ha emprendido una estrategia de invasión y ocupación de territorios que le son ajenos, que, me temo, nos llevará a padecer durante varias semanas, en los meses que van de febrero a septiembre (si las urnas no lo impiden), la incomodidad que supone para los vecinos, de unas festivas y aburridas marchas en bicicletas, con las que el discutido gestor municipal se publicitará de cara a las próximas elecciones, y, como es lógico, pagaremos todos los sevillanos. Para quien le interese saber cuando le caerá la china, aquí tienen el programa:

· Marcha en Bici Este: 6 de febrero

· Marcha en Bici Macarena: 27 de febrero

· Marcha en Bici Casco Antiguo: 13 de marzo

· Marcha en Bici Sur: 27 de marzo

· Marcha en Bici Bellavista - La Palmera: 10 de abril

· Marcha en Bici Nervión San Pablo: 29 de mayo

· Fiesta de la Bicicleta: 18 de septiembre

Ayer me tocó a mí; más de medio barrio estuvo colapsado por el esperpéntico acontecimiento donde, Antonio Rodrigo Torrijos, en plan caudillo, montaba una bicicleta, eso sí, por todo el centro de la calle, ignorando hacerlo por su moderno carril bici, con lo bien que le ha quedado.