Para qué opinar de semejante individuo. Jamás, en la triste historia de la política española, tuvimos un presidente menos presentable y más ladino que éste. Detrás de esa sonrisa ofensiva que lo caracteriza, se esconde una cobra enrabietada: los imbéciles, cuando se revuelven sobre sus presas, son de temer.
Zapatero quiere garantizarse "el paso a la historia", y la consecución de su ansiada Pensión Vitalicia que le cubra las espaldas, a él y a su cantante señora, durante el resto de sus vidas, y para ello tendrá que hacer todo lo que le exijan, a costa de lo que sea. Los muertos que deje tirados por el suelo, no importan. Si no, qué va a ser del desdichado hombre: trabajar no sabe (no ha dado un palo al agua desde que nació, sólo ha trabajado para el partido), y, como les ocurre a los liberados de ETA, a esa edad no va a ponerse a doblar la cintura, ¡con lo que ésta duele cuando se tiene oxidada!
Vergara no ha necesitado tantas palabras para retratarlo sin cámara. ¡ Pobre iluso...! pero qué daño nos está haciendo.
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