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miércoles, 14 de abril de 2010

PORQUE VIVEN COMO REYES, ¡VIVA LA REPÚBLICA!

El 14 de Abril de 1931 se proclamaba en España la II República, que en un corto período de tiempo -pese a las dificultades y contradicciones internas que ésta tuvo-, produjo un gran cambio social y educativo en la población. Aunque el antiguo régimen franquista se encargó de verter sobre la República todos los males habidos y por haber a través de su publicidad interesada, hay que recuperar la memoria y recordar que la mayor parte de ella (desde Abril del 31 hasta Mayo del 36) el presidente fue un monárquico del Partido Liberal (Niceto Alcalá-Zamora) colaborador de los distintos gobiernos de Alfonso XIII, e incluso, del dictador Primo de Rivera, el cual siempre apostó por una república conservadora y burguesa. Solo cuando ésta está en peligro -por el acceso de la extrema derecha de la CEDA- es cuando todas las organizaciones de la izquierda se unifican en una sola candidatura (El Frente Popular) para contrarrestar el empuje de las derechas, cosa que lograrían en las elecciones de Febrero de 1936, donde se obliga a dimitir al hasta ahora presidente (Alcalá -Zamora) y se nombra a Manuel Azaña.

A partir de aquí se intensifica el acoso y derribo contra la República -que hasta ese momento solo habían sido moderados- desdes sectores militares ligados a la parte más reaccionaria del ejército; también desde la oligarquía terrateniente y los partidos más ultra conservadores que los representaban en el mapa nacional, todos bendecidos y animados por la santa madre iglesia que veía, con horror, la perdida de influencia entre las capas populares.
Mientras que continuaron gobernando ellos, soportaron, de la mejor manera que pudieron, esta forma de gobierno nuevo, pero una vez que la situación de control fue distinta a sus intereses, tardaron pocos meses en tramar contra ella y en el mes de Julio (¡solo le dieron un plazo de dos meses¡, el tiempo que necesitaron para organizarse, ayudados –como siempre- por el despiste y el buenismo de los demócratas, que no veían ningún peligro en los movimientos conspirativos), el día 18, el General Franco comienza un movimiento de rebelión en África, que no terminaría de avanzar hasta llegar a Madrid, donde ayudados por dirigentes del sector más derechista del PSOE (Julián Besteiro entre otros), militares anticomunistas (el coronel Casado) y de “revolucionarios” de la CNT (Cipriano Mera, responsable del mando de la 14ª División del ejército) que, desde Arganda, con la anuencia de Franco que le permite este movimiento, se desplaza hasta Madrid para colaborar en el golpe de estado que, desde dentro de la misma República, se realiza contra ella, entre los días 4 y 12 de Marzo del 1939, y que acaba con la derrota del primer cuerpo del ejército del Centro -leal al gobierno legítimo, opuesto firmemente a la entrega de Madrid a los sublevados- y al fusilamiento de Luis Barceló Jové, responsable de la resistencia, y de su comisario político. De esta manera, los traidores Casado, Mera y Besteiro, entregarían el Madrid republicano, al otro traidor y fratricida, Franco.

El 1 de Abril de 1939 se declaró el final de la guerra. Pero los muertos siguieron cayendo hasta el final de la vida del dictador, año 1975, en que una tromboflebitis consiguió hacer lo que los demócratas no pudieron.

La situación actual es una monarquía parlamentaria, donde padecemos a un rey impuesto por el tirano que, en decisiones políticas, “pinta” menos que un presidente de República, donde hay un gran sector que lo apoya - con incorporaciones tan pintorescas como las de Santiago Carrillo, que viene a decirnos que la salvación de la democracia, hemos de agradeceserla a Juan Carlos-, y otro sector , en el que unos se sienten republicanos por convicción, y los que solo son anti monárquicos, pero con las dudas asumidas, de si es necesario un presidente de república, o, como en otros países, ir a una república presidencialista, y de esta manera, acabar también con el coste económico que éste implica. Si no, mírese el presupuesto que se le asigna al presidente francés, 9o millones de euros, muy por encima del coste de la monarquía inglesa, 54 millones, y de la española, que aunque se dice que es de 8,5 de millones, ronda en la realidad los 25 millones. ¿Donde está el ahorro de tener un presidente? Por lo tanto me reafirmo: República, SÍ, pero presidencialista, y es un gasto menos que tenemos que afrontar los sufridos trabajadores. Y mucho cuidado con en el engaño que ha sido la democracia. Que la República sirva para la emancipación de la clase trabajadora, no para el dominio de la derecha. Recordemos la anterior, siempre en manos de los enemigos de ella.

Venga como fuere, bienvenida sea una III República, al menos, para que la familia real tenga que ponerse a trabajar para pagarse los aliementos que se llevan a la boca. Eso, como mínimo.






2 comentarios:

  1. A por la tercera República!
    No quiero morir sin verla!

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  2. Seguro que la ves, cada día que pasa es una demanda mayor de la ciudadanía.
    Que se cumpla tu deseo.
    Un saludo.

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