Julio Cortázar, en el cuento "La autopista del sur", transforma un acontecimiento excepcional en reflejo social, por medio de la traslación que hace el autor de un incidente automovilístico. Los pasajeros se acostumbran a una nueva situación que hay que afrontar, limitados por las circunstancias, igual que hacemos, por muy extraña e inverosímil que se nos presente, en la vida real. El embotellamiento, excusa donde nos sumerge en este relato Cortázar, dura días, meses y casi años, todo para simbolizar el paso del tiempo en la vida cotidiana. Al fin y al cabo, al hombre no le queda más remedio que aceptar la rutina diaria que la vida impone, y organizarse ante los acontecimientos que se suceden. Es el éxito de su supervivencia en el planeta: la facilidad de adaptación que el ser humano posee.
Oliverio Girondo: "¡Todo era amor"
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*¡TODO ERA AMOR!*
¡Todo era amor… amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de a...
Hace 1 año
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