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miércoles, 8 de mayo de 2013

El pequeño huerto familiar











Hay cosas que, aunque insignificantes, te llenan de satisfacción. Un ejemplo indiscutible de lo que digo es el montón de plantas que conviven con nosotros y que dulcifican un poco el agrio panorama social en que nuestros banqueros, patronos y políticos nos han metido. Ellas son las que nos obligan a estar siempre disponibles, porque, con su aparente inmovilidad, hacen creernos que nos necesitan inexcusablemente.





Pero si hay una de ellas que, en estas fechas, más acapara nuestra atención, son las que a manera de pequeño huerto sembramos para degustar sus sabrosos y codiciados frutos. Son pocos, es verdad, pero los suficientes como para saborear unas sabrosas ensaladas, un plato de tomates con sal a secas, o la guarnición perfecta de cualquier comida que lo requiera.
Estas de este año ya están relativamente avanzadas. A algunas ya les cuelga el deseado fruto y se adornan con decenas de flores que pronto se convertirán en exquisitos manjares rojos.







Repito: hay cosas que, aunque pequeñas e insignificantes, pueden resultar más satisfactorias que otras más portentosas y sofisticadas. La sencillez de las mismas es lo que las hacen importantes y valiosas. Yo me he acostumbrado a las cosas simples, y de esa simpleza de las cosas estoy logrando sacar los mayores rendimientos de la vida. Yo las cuido, las riego, las abono, etc., y, a cambio, ellas me transmiten toda la energía y la paz que mi cuerpo necesita, además de los frutos inestimables que me obsequian. ¿Se le puede exigir algo más a la vida?
   





 

5 comentarios:

  1. Si señor y bien que responden en su sencillez con lo mejor que tienen. Ellas son agradecidas y generosas.
    Por cierto un tomate de esa planta, partido por la mitad con sal y aceite del bueno...eso es manjar de dioses. No tiene nada que ver con los tomates del comercio.
    Que lo disfrutes.

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    1. Lástima que la distancia no te permita probarlos Anna. Cierto que son diferentes.
      Un saludo.

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    2. Me consta. Tenemos unas amistades con huerto propio. Ahora en esta época han plantado los tomates, cuando brotan nos traen cestos llenos y por eso los disfrutamos tanto. Gracias.

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  2. ¡Ojalá tuviera yo la alegría de tener un pequeño huerto. Pero a causa de la indeguridad,las personas mayores vivimos en departamentos , en mi caso céntrico pero sin espacio
    Extraño mi viejo caserón lleno de plantas y de flores.
    UN ABRAZO GIGANTE !! :)

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    Respuestas
    1. Cómo lo siento, M. Carmen, pero tienes, en cambio, una hermosa y fiel perrilla.
      Un abrazo tambíen para ti.

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