Entre tanto ajetreo, tanta confusión, tantas noticias desagradables, oír en la quietud del silencio la voz de Mariza es como dar una fuerte bocanada de aire fresco cuando has acabado de conquistar la cima de una alta cumbre, es como flotar de nuevo en el líquido amniótico del seno materno. Hay lecturas, películas y obras teatrales que ayudan a seguir tirando, pero jamás hemos de olvidar el efecto curativo que posee la música, máxime cuando se trata de la que hace e interpreta esta maravillosa mujer portuguesa. Oyéndola cantar el día, el mundo y la realidad que se han emperrado en oscurecer, parece más clara y limpia.
Mariza, ¡ay Mariza!
Una voz preciosa y una interpretación harto expresiva. Maritza pone el alma en su canción.
ResponderEliminarE S P E C T A C U L A R
Un abrazo gigante. :) !!!!