Quintín Cabrera fue un uruguayo que decidió cruzar el charco en 1968, para instalarse y morir en España. Aquí se unió al grupo de cantautores protestantes y malditos que intentabn amargar la vejez al viejo tirano. Una vez muerto el perro siguió la rabia, y la desagradecida democracia y los nuevos dictadorzuelos que a ella accediron, impusieron la ley del silencio sobre sus canciones y su persona, lo que le llevó a proclamar, con algo de sorna, en Milonga para cantores que
"Hay cantores de consumo,
y hay cantores consumidos
y hay otros que se consumen
para poder ser oídos.
Cantores que desafinan
hay muchos entre los buenos
seguro que son los menos
como hay entre los más,
los que por buenos se tienen
con solo desafinar.
Hay muchos cantores pobres.
También hay pobres cantores
que se enriquecen cantando
a la miseria y a la pena,
hablando de explotación
a gentes de panza llena.
Cantores de hit parade
duran poco, lo juro,
que se ven en un apuro
enfrentándose a la gente
porque ésta ven que enlatados
sonaban muy diferente.
Hay cantores mentirosos
que mienten si están cantando,
que cuando piensan en negro
el disco les sale blanco
y por cuidar las ventas
ni su gusto están cuidando.
No es lo mismo estar cantando
arriba de una tribuna
que andar cantando
a la luna en esas boites tan
finas,
pues ya se sabe la balanza
para el lado que se inclina.
Y de aquí sale la fuerza
del que se siente seguro,
pues su canto corajudo
ya jamás lo harán callar
aunque tenga que cantar
a señas, como los mudos".
Es que esto de la democracia, Quintín, es un invento de los mandones, mangones, o como se llamen, para seguir chupando otros 2.500 años... Si los dioses del Olimpo y el Pueblo un día no lo remedian.
¿De qué se ríe?
En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible
vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
de su ventana
se ve la playa
pero se ignoran
los cantegriles
tienen sus hijos
ojos de mando
pero otros tienen
mirada triste
aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse
los estudiantes
y los obreros
ponen los puntos
sobre las íes
por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
usted conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países
usted es duro
con nuestra gente
por qué con otros
son tan serviles
cómo traicionan
el patrimonio
mientras el gringo
nos cobra el triple
cómo traicionan
usted y los otros
los adulones
y los seniles
por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
aquí en la calle
sus guardias matan
y los que mueren
son gente humilde
y los que quedan
llorando de rabia
seguro piensan
en el desquite
allá en la celda
sus hombres hacen
sufrir al hombre
y eso no sirve
después de todo
usted es el palo
mayor de un barco
que se va a pique
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe.
Mario Benedetti
foto del diario
señor ministro
del imposible
vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
de su ventana
se ve la playa
pero se ignoran
los cantegriles
tienen sus hijos
ojos de mando
pero otros tienen
mirada triste
aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse
los estudiantes
y los obreros
ponen los puntos
sobre las íes
por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
usted conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países
usted es duro
con nuestra gente
por qué con otros
son tan serviles
cómo traicionan
el patrimonio
mientras el gringo
nos cobra el triple
cómo traicionan
usted y los otros
los adulones
y los seniles
por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
aquí en la calle
sus guardias matan
y los que mueren
son gente humilde
y los que quedan
llorando de rabia
seguro piensan
en el desquite
allá en la celda
sus hombres hacen
sufrir al hombre
y eso no sirve
después de todo
usted es el palo
mayor de un barco
que se va a pique
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe.
Mario Benedetti
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