Para relajar, oír esta música donde se reencuentran dos épocas separadas por los siglos, pero unidas por los sentimientos. Es lo que hace el cantaor, Juan Peña, "El Lebrijano", con una de las orquestas del norte de África que -por suerte- siguen haciendo música andalusí, conservando la vieja -y perseguida en otros territorios musulmanes- tradición artística de la gloriosa Al-Andalus. Es un reto que se planteó "El Lebrijano", del que salió exitoso, acostumbrado a innovar en el campo del flamenco desde que en el año 1972 grabó el novedoso disco, "La palabra de Dios a un gitano", donde ya exhibía su inteligencia heterodoxa y creativa.
Bienvenidos sean estos intentos de popularizar, y hacer llegar, la música de nuestros antepasados a las generaciones actuales, que tan alejadas están de la cultura de los vencidos.
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