Aún hoy se pueden ver por cualquier calle de Sevilla, sólo basta pasear y poner atención a sus paredes. El anuncio cerámico se producía en el cercano arrabal de Triana y era la manera que se tenía entonces de rotular y anunciar el negocio. A él acudían todo tipo de empresas: industriales, hosteleras, tiendas de ropas, de comestibles, pescaderías, etc. Algunos son verdaderas joyas de la creación alfarera trianera, por lo tanto, las autoridades autónomas, o bien la de Sevilla, deberían poner más atención en el cuidado y restauración de los que están dañados: el anuncio cerámico representa un bien cultural del patrimonio sevillano y no podemos descuidarlos, máxime cuando se gastan tanto dinero en ejecuciones sin importancia.
Verdaderamente es una pena que el neón haya sustituido el encanto -y el arte- que proporcionaba el anuncio cerámico, sobre todo, por la belleza que impregnaba a la fachada que lo exhibía y por la mucha mano de obra que proporcionaba a los alfares de Triana.
Otro día retomaremos el reportaje, pero esta vez con altares cerámicos, de los que también se prodiga mucho la ciudad. Quedamos en ello.
Otro día retomaremos el reportaje, pero esta vez con altares cerámicos, de los que también se prodiga mucho la ciudad. Quedamos en ello.
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