La machada de Bono

No es –ni será- la primera vez que la queja ciudadana se traslada a las gradas del parlamento, pero lo que sí resulta anecdótico –por inusual y procediendo de quien lo ejecuta- es la reacción del presidente de la cámara, José Bono, ante el acto de protesta que el jueves realizaron un grupo de activistas prosaharauis (entre los que se encontraba el actor Willy Toledo) cuando se votaba una resolución, pactada de antemano, light y abstracta, para condenar los actos de terrorismo marroquí en el desmantelamiento del campamento de la Dignidad de El Aaiún, y la posterior represión ejercida los días siguientes.

Reacciones como la que ha tenido el camaleónico manchego califican por sí solas a quien las realiza y ya no sorprenden a nadie, dado que va siendo un comportamiento habitual en destacados miembros del gobierno y, de cada vez mas, componentes de ese partido.
Ser contundente con quien se puede (con los más débiles) y no contra quien lo merece, es una práctica a la que nos viene acostumbrando este grupo de políticos embaucadores y reaccionarios, que se esconden tras un partido con siglas de obrero.

Si tuvieran las mismas agallas con -por ejemplo- los fachas, los empresarios carroñeros, el amo Obama, o el mismo Marruecos, otro gallo cantaría y no estarían tan llenos de energías y negatividad para reprimir a un grupo de ciudadanos solidarios, una palabra y un concepto que, por lo que demuestran cada día, tienen olvidados, desde hace bastante tiempo, en ese partido.