Esta es nuestra oportunidad. Que sea un éxito, sólo depende de nosotros. Si no se logra que el prisionero de los banqueros (o sea, el soberbio Zapatero) retroceda, el padecimiento que le espera soportar a la clase trabajadora será histórico. Ésto sólo es la punta del iceberg que se aproxima por la derecha. encaminada a disminuir, cada día más, los ya, de por sí, escasos derechos de los que menos tienen.
Pero el gran problema está en el día después. La mayoría somos conscientes de que el capital tiene agarrado a Zapatero por los cataplines y que éste (conociendo su escasa personalidad y su nula coherencia política) no eliminará los recortes que ha anunciado. Por lo tanto, la duda -para mí- está en los dos grandes sindicatos. ¿Qué tienen pensado para el día después? Porque -como todos sabemos- lo difícil empieza a partir del día 30, y, como hemos visto hasta ahora, desconfío de unos sindicalistas que se han visto obligados a convocar la huelga general, presionados por el giro radical de los acontecimientos.
Ellos son los "profesionales". De ellos -y de sus estrategia- depende el éxito de la huelga -y lo que es aún más importante- la recuperación del prestigio perdido.
Pero el gran problema está en el día después. La mayoría somos conscientes de que el capital tiene agarrado a Zapatero por los cataplines y que éste (conociendo su escasa personalidad y su nula coherencia política) no eliminará los recortes que ha anunciado. Por lo tanto, la duda -para mí- está en los dos grandes sindicatos. ¿Qué tienen pensado para el día después? Porque -como todos sabemos- lo difícil empieza a partir del día 30, y, como hemos visto hasta ahora, desconfío de unos sindicalistas que se han visto obligados a convocar la huelga general, presionados por el giro radical de los acontecimientos.
Ellos son los "profesionales". De ellos -y de sus estrategia- depende el éxito de la huelga -y lo que es aún más importante- la recuperación del prestigio perdido.
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