A los “antitaurinos”, los defensores de los animales, los que abogan por el respeto a los seres indefensos, los “fundamentalistas crudívoros", se les ha visto el plumero. No es que hayan logrado engañar a nadie, todo lo contrario, el que más y menos sabía que todo el tinglado animalista que montaron, no era más que una treta –que no estrategia- para mostrar su repugnancia hacia el estado que los ha mantenido durante décadas, a costa de las demás comunidades, y que ha permitido sus privilegios.
Lo del maltrato animal les tría sin cuidado, lo que a estos "señores" les interesaba es que, aprovechando que el Ebro pasa por Tarragona, escogieron la ocasión para atizarle una nueva pedrada al estado. Es curioso que los sectores más radicales en contra de la sangrienta "fiesta nacional", tanto en Cataluña como en Euskadi, sean aquellos que jamás se pronuncian contra la barbarie de ETA, ni cuestionan la gansada que se hace en Euskadi, con el pobre ganso, ni el salvajismo disfrazado de tradición, en el toro de Tordesillas, etc.
Lo cierto es que estos falsos darwinistas, afectados de antiespañolitis aguda -como muchos en el país, pero con la sutileza que los caracteriza (o sea, sin atreverse a plantearlo abiertamente: “mira, yo, ni me siento español, ni me da la gana serlo”, y punto concluido)-, hace un par de meses utilizaron la excusa de las corridas de toros para darle otra pequeña patada en las espinillas al gobierno de Madrid, pero mira por donde, hoy, los muy animales, han blindado, en el parlamento catalán, la fiesta de los "correbous", o lo que es lo igual: la legalización del maltrato animal, con la excusa de que "es una tradición centenaria, y que el toro no acaba muriendo", una mentira más, dentro de las muchas mentiras que los manipuladores esgrimen, pues la Inquisición tenía muchos más siglos de existencia y nadie apostaba por su continuación, y en cuanto a que "el astado no muere", es otra mentira dentro de la gran mentira donde se mueven, porque el animal es pateado por la población enfebrecida, aguijoneado con tenedores, enceguecido por las bolas de fuegos, etc., y algunos acaban perdiendo la vida ahogados o por las lesiones que reciben de la masa, todo lo contrario a un ejemplo de respeto animal.
La diferencia entre una barbarie y otra es que, la prohibición de las corridas -en la situación actual de rechazo estatal- da votos, mientras que la prohibición de los "correbous", proporcionaría un enfado considerable en su clientela política, y claro, con los votos no se juega, aunque entres en mil contradicciones. Esa es, sencillamente, la cuestión, lo demás es tratar de justificar, desde todos los medios seudoprogres, algo que no se cree ni los niños de tres años.
No le demos más vueltas. Aquí, el animalito y sus padecimientos, es lo que menos importa. Lo que no acabo de explicarme es, cuál es el papel del PSOE, IU y allegados en este entierro. ¿También son independentistas los de Madrid, Valencia, Asturia, Castilla, etc.? Porque la postura de los nacionalistas vascos, hasta cierto punto la puedo entender, incluidos los que jalean a ETA para que sigan matando, pero la de estos progres, la verdad, que alguien me lo explique porque lo que soy yo, por mi solito, no lo comprendo.
Y nada, como veo que nadie se atreve a declarar abiertamente su discrepancia contra este estado ficticio que se creó, a base de sangre y espada, por la codicia de unos bárbaros que apostaron por el sacro imperio ibérico, yo tampoco me voy a pronunciar en abierto, y para mi Andalucía pido -de manera sibilina- que se destierre todo lo ajeno, todo lo foráneo, todo lo extranjero, incluido Canal Sur. Amén.
Lo del maltrato animal les tría sin cuidado, lo que a estos "señores" les interesaba es que, aprovechando que el Ebro pasa por Tarragona, escogieron la ocasión para atizarle una nueva pedrada al estado. Es curioso que los sectores más radicales en contra de la sangrienta "fiesta nacional", tanto en Cataluña como en Euskadi, sean aquellos que jamás se pronuncian contra la barbarie de ETA, ni cuestionan la gansada que se hace en Euskadi, con el pobre ganso, ni el salvajismo disfrazado de tradición, en el toro de Tordesillas, etc.
Lo cierto es que estos falsos darwinistas, afectados de antiespañolitis aguda -como muchos en el país, pero con la sutileza que los caracteriza (o sea, sin atreverse a plantearlo abiertamente: “mira, yo, ni me siento español, ni me da la gana serlo”, y punto concluido)-, hace un par de meses utilizaron la excusa de las corridas de toros para darle otra pequeña patada en las espinillas al gobierno de Madrid, pero mira por donde, hoy, los muy animales, han blindado, en el parlamento catalán, la fiesta de los "correbous", o lo que es lo igual: la legalización del maltrato animal, con la excusa de que "es una tradición centenaria, y que el toro no acaba muriendo", una mentira más, dentro de las muchas mentiras que los manipuladores esgrimen, pues la Inquisición tenía muchos más siglos de existencia y nadie apostaba por su continuación, y en cuanto a que "el astado no muere", es otra mentira dentro de la gran mentira donde se mueven, porque el animal es pateado por la población enfebrecida, aguijoneado con tenedores, enceguecido por las bolas de fuegos, etc., y algunos acaban perdiendo la vida ahogados o por las lesiones que reciben de la masa, todo lo contrario a un ejemplo de respeto animal.
La diferencia entre una barbarie y otra es que, la prohibición de las corridas -en la situación actual de rechazo estatal- da votos, mientras que la prohibición de los "correbous", proporcionaría un enfado considerable en su clientela política, y claro, con los votos no se juega, aunque entres en mil contradicciones. Esa es, sencillamente, la cuestión, lo demás es tratar de justificar, desde todos los medios seudoprogres, algo que no se cree ni los niños de tres años.
No le demos más vueltas. Aquí, el animalito y sus padecimientos, es lo que menos importa. Lo que no acabo de explicarme es, cuál es el papel del PSOE, IU y allegados en este entierro. ¿También son independentistas los de Madrid, Valencia, Asturia, Castilla, etc.? Porque la postura de los nacionalistas vascos, hasta cierto punto la puedo entender, incluidos los que jalean a ETA para que sigan matando, pero la de estos progres, la verdad, que alguien me lo explique porque lo que soy yo, por mi solito, no lo comprendo.
Y nada, como veo que nadie se atreve a declarar abiertamente su discrepancia contra este estado ficticio que se creó, a base de sangre y espada, por la codicia de unos bárbaros que apostaron por el sacro imperio ibérico, yo tampoco me voy a pronunciar en abierto, y para mi Andalucía pido -de manera sibilina- que se destierre todo lo ajeno, todo lo foráneo, todo lo extranjero, incluido Canal Sur. Amén.
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