Se va acabando el año y algunos hemos apostado por
concluirlo como lo empezamos: haciendo lo imposible para que la negatividad que
han provocado nuestros gerifaltes no nos afecte. Para ello hemos subido a la
Sierra de Aracena -aprovechando la benignidad inusitada del tiempo-, y con la
excusa de preparar y dar cuentas a unas siempre bienvenidas Migas, nos hemos
reunido un grupo de amantes del disfrute para sustanciar lo mágico y entrañable
que encierra una jornada gastronómica entre amigos. El resultado no ha podido
ser más positivo: comida, bebida, conversación, risas, y -los más atrevidos-,
paseo, han puesto la guinda a una jornada prefestiva en la que todos hemos
aprobado nuestra asignatura de comensal.
Oliverio Girondo: "¡Todo era amor"
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*¡TODO ERA AMOR!*
¡Todo era amor… amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de a...
Hace 1 año
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