Es una entrevista que concedió a la televisión de Castilla y León, en la que sobresale el apartado humano -más que el político-, de Julio Anguita, y en la que nos descubre cómo determinados acontecimientos encaminan a una persona hacia otro lugar que en principio no elegió, sino al que el destino le tenía determinado, y en la que se encuentra definitivamente integrado.
El resto ya es conocido: Julio es claro con sus análisis políticos, económicos y sociales, y no se esconde tras la demagogia imperante en la casta política a la hora de juzgar a este pueblo español que se congratula de estar adormecido y ciego ante los graves acontecimientos por los que está pasando.
Se puede coincidir o no con él, con su idelogía política, pero lo que no cabe duda es que Julio dice lo que siente y piensa, sin recodos ni falsa teatralidad que contente y satisfaga al espectador.
¡Cuánto se hecha de menos en España a políticos con esta catadura moral! ¿Será ese el motivo por lo que los mercenarios de la política lo detestan tanto?
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