Una de dos: alguien nos está engañado o los españoles
vivimos en la mentira. Viendo como estaba el centro de Sevilla el pasado Puente
de la constitución, nadie que viniera de Martes o la Luna podría suponer que
este es un país que tiene seis millones de parados y cerca de cuatro millones
de familias en condiciones precarias.
Las cifras que han ofrecido las
autoridades locales, comerciantes y hoteleros no pueden ser más clarificantes:
un millón y medio de visitantes y una ocupación hotelera del 90%, con tiendas,
bares y cafeterías atestadas (incluidas las terrazas de éstos últimos, que en
algunos casos duplican la capacidad del local), dan una evidente idea de que
algo falla en el comportamiento racional de la gente, y que cada vez tratamos
de llenar el vacío existencial con productos de fácil consumo. ¡Ya quisiera yo
que acudiésemos a otros acontecimientos sociales con la misma diligencia que lo
hacemos con estos otros donde “nadie” nos ha convocado!
Y que conste que yo soy el primero que se apunta a una movida
de estas, y disfruto con el disfrute de la gente, con la música sugerente de
una charanga, la bella seducción de las esculturas vivientes, la atracción del
encendido (aunque sea con luces de bajo consumo, que dan la impresión de estar
en un país desangelado del norte de Europa), o el sugestivo sonido de un Coro
de Campanilleros, que te transporta mágicamente a la infancia.
Apuesto a que el hombre fue concebido en principio para el
disfrute, y que más tarde, por efecto de alguna transmutación genética efectuada
por algún técnico de la magia, desvió nuestro destino y nos convirtió en seres
vacíos y apenados, por eso, de vez en cuando, la mente nos juega una buena
pasada y nos retrotrae a otro tiempo, es entonces cuando nos desbordamos y queremos
recuperar el pasado, quizá sea esto último lo que nos justifique. Lo
cierto es que Sevilla (supongo que como el resto de ciudades) está encantadora
en estas fechas... Y para “colmo”, no puede hacer mejor tiempo meteorológico,
porque del otro no puedo decir lo mismo.
Puerta de Jerez: Son las cinco de la tarde y este es el aspecto de las calles
Avenida de la Constitución: El personal sigue llenando las calles
Con el encendido comienza "la fiesta"
Avenida de la Constitución iluminada y llena de gente
Fachada del Ayuntamiento iluminada
Coro de Campanilleros en las puertas del Ayuntamiento
Coro de Campanilleros frente a la Catedral
Plaza Nueva hasta "los topes"
Nosotros nos marchamos y dejamos las calles como al principio: llena de personas
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