... Te planifican a los dieciséis,
tu foto de carné de medio lado,
tus datos, tus números de siempre,
tu profesión, tus padres, el sitio
natural donde naciste.
Te enmarcan, nos enmarcan para siempre,
en una ficha azul, pequeña y honda,
donde puede encontrarse:
tu agonía, tu fe, tu desanhelo.
Tu eterno pozo en donde buscas agua,
tu agua, el agua que desea tu organismo.
... Sin llegar a saber qué es el amor,
ni el beso entre las sombras,
ni el abrazo escondido en el misterio,
ni la sed necesaria y precisa,
te empapelan, te guardan, entre
unas sombras de archivador y llaves,
entre un memorial largo
que dura hasta la muerte.
... Sin llegar a saber qué es la injusticia,
te sopesan, te tasan, te valoran,
te preparan la cruz para algún día,
te guardan, te aguantan, te silencian.
¡Ya estás. Sabemos que aquí estás. Nunca te pases
de la raya marcada, del record conseguido,
de la gloria posesa!
¡Estás planificado, enmarcado, cogido
en la red que domina tu destino!
(De la revista "Raices del Pueblo", 1974)
Y si te mueves no sales ni siquiera en esa ficha azul y pequeña. Más vale estarse quietecito y a lo mejor algún día esa ficha azul y pequeña con tu nombre estará en una magnífica losa de mármol de Carrara, claro que para entonces no la podrás ver ¡¡ jo!! ¡ que mala suerte!!
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo contigo, querida Antonia. Manuel nos trae a Emilio Jiménez, un acierto más con lo que nos enriquece a todos sus seguidores...
EliminarUn abrazo a los dos.
Emilio representó bastante para mí y muchos jóvenes más, en una época de nuestra vida: nos unía el teatro (fue director del grupo teatral al que yo pertenecía) la literatura, el arte y la forma de entender la vida... ¡Ah! y en su casa conocí el juego del Monopoly que hasta entonces era desconocido para mí.
EliminarUn saludo para las dos.