Con este artículo periodístico del maestro Galeano, inicio una semana en la que sólo se publicarán trabajos relacionados con este escritor. Nos vamos a tomar un descanso. Confío en acertar con los textos elegidos y que la selección de los mismos sean de vuestro agrado.
El gran negocio del crimen y el miedo sacrifica la
justicia
En
un mundo que prefiere la seguridad a la justicia, hay cada vez más gente que
aplaude el sacrificio de la justicia en los altares de la seguridad. En las
calles de las ciudades se celebran las ceremonias. Cada vez que un delincuente
cae acribillado, la sociedad siente alivio ante la enfermedad que la acosa. La
muerte de cada malviviente surte efectos farmacéuticos sobre los bienvivientes.
La palabra farmacia viene de pharmakos, que era el nombre que daban
los griegos a las víctimas humanas de los sacrificios ofrendados a los dioses
en tiempos de crisis.
La industria del miedo
El
miedo es la materia prima de las prósperas industrias de la seguridad privada y
del control social. Una demanda firme sostiene el negocio. La demanda crece
tanto o más que los delitos que la generan, y los expertos aseguran que así
seguirá siendo. Florece el mercado de las policías privadas y las cárceles
privadas, mientras todos, quien más, quien menos, nos vamos volviendo
vigilantes del prójimo y prisioneros del miedo.
Clases
de corte y confección: cómo elaborar enemigos a medida
Muchos
de los grandes negocios promueven el crimen y del crimen viven. Nunca hubo
tanta concentración de recursos económicos y de conocimientos científicos y
tecnológicos dedicados a la producción de muerte. Los países que más armas
venden al mundo son los mismos países que tienen a su cargo la paz mundial.
Afortunadamente para ellos, la amenaza de la paz se está debilitando, ya se
alejan los negros nubarrones, mientras el mercado de la guerra se recupera y
ofrece promisorias perspectivas de carnicerías rentables. Las fábricas de armas
trabajan tanto como las fábricas que elaboran enemigos a la medida de sus
necesidades.
El miedo global
Los
que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Los
que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Quien
no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los
automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser
atropellados.
La
democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje miedo de decir.
Los
civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de
armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.
Es
el tiempo del miedo.
Miedo
de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo
a los ladrones, miedo a la policía.
Miedo
a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo
a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.
Miedo
a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser,
miedo de morir, miedo de vivir.
Lo mejor es el descanso para vosotros y nos dejas un buen escritor que seguro nos va a gustar.
ResponderEliminarHasta la vuelta.
Anna