Vista de Fuenteheridos al final del recorrido
Ruta VII:
Fuenteheridos-FuenteheridosMáxima altura: 816 metros
Trazado: Circular
Distancia: 10 kilómetros
Tiempo estimado: 3 horas (incluida alguna que otra parada)
Desnivel: 215 metros
Dificultad: media
Desvío señalizado en el primer cruce; nosotros cogeremos el de la izquierda, dirección Galaroza
El recorrido se inicia en las
afueras del pueblo de Fuenteheridos (Huelva), concretamente en la carretera que
une esta localidad con El Castaño del Robledo, lugar donde arranca el viejo camino
de Galaroza, y por el que transitaremos
gran parte del mismo.
Antiguo camino de Galaroza
Partimos desde una altura de 748
metros. Nada más comenzar el trayecto iremos bajando paulatinamente hasta
alcanzar la cota más baja, que la encontraremos cuando hayamos caminado
aproximadamente tres kilómetros, justo al cruzar el puente del arroyo del
Barranco del Aliso, donde poco más adelante tendremos la precaución de
abandonar el camino de Galaroza para girar a la izquierda y encaminarnos hacia
la Cuesta de la Cruz del Pobre, por la que iremos tomando altura, poco a poco,
hasta encontrarnos de nuevo con la
carretera Fuenteheridos-El Castaño, donde ya habremos recorrido seis kilómetros
y ascendido hasta los 800 metros.
Puente sobre el arroyo del Barranco del Aliso
Una vez en este punto, cruzaremos
la carretera y nos encontraremos un camino de cemento que los que hicieron el
anterior recorrido, “Rodeo al Cerro del Castaño” recordarán. Por él
transitaremos un kilómetro y medio aproximadamente, llevando a nuestra derecha
la majestuosa vista de la cumbre del Cerro del Castaño, hasta llegar al primer
cruce de caminos: nosotros elegiremos el de la izquierda, el de enfrente nos
lleva dirección Alájar. En este punto ya hemos recorrido siete kilómetros y
estamos a una altura de 816 metros. Desde aquí hasta el final, el recorrido no
tiene dificultad, sólo un pequeño repecho en el kilómetro 9, hasta que de
pronto, en un giro a la izquierda, nos encontramos con una hermosa estampa del
pueblo de Fuenteheridos, desde donde descenderemos lentamente hasta la carretera y pondremos fin a nuestro
paseo, no sin antes visitar la población: es uno de los pueblos más bellos y
originales, por su arquitectura civil, de la sierra de Huelva.
Último tramo del recorrido. Al fondo se puede apreciar la cumbre del Cerro del Castaño que ya hemos dejado atrás hace un par de kilómetros
El recorrido no entraña ninguna
dificultad y es recomendable, incluso para niños (el único obstáculo podría ser la longitud), puesto que transita en su mayor parte por caminos bien
habilitados. Este discurre generalmente entre castaños, aunque al principio de él
se localizan algunos bosquetes de robles y, más adelante, bastantes
alcornoques, pinos, quejigos, álamos, alisos y olivos, así como madroños,
cornicabras, hiedras, torvisco, helechos, etc. Se puede hacer en cualquier
estación, ya que cada una debe añadirle una decoración vegetal distinta;
nosotros la hemos hecho en invierno y, la verdad, no creo que sea la más
recomendable, la naturaleza está como muerta y el tono que más abunda es el
ocre, dando una sensación bastante anodina al paseo y a las fotografías que puedan
tomarse, y si además tenéis la mala suerte de que os toca un día nublado como a
nosotros, la parte visual pierde bastante. Yo recomiendo hacerlo en primavera u
otoño, fecha esta última en la que contemplaremos los castaños repletos de
erizos.
Fuente de la Teja, poco antes de abandonar el camino principal y coger el que se encamina hacia la Cuesta de la Cruz del Pobre
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