"Leo un artículo de un escritor de teatro, Arkadi Rajkin,
publicado en una revista de Moscú. El poder burocrático, dice el autor, hace que
jamás se encuentren los actos, las palabras y los pensamientos: los actos quedan
en el lugar de trabajo, las palabras en las reuniones y los pensamientos en la
almohada.
Buena parte de la fuerza del Che Guevara, pienso, esa
misteriosa energía que va mucho más allá de su muerte y de sus errores, viene de
un hecho muy simple: él fue un raro tipo que decía lo que pensaba y hacía lo que
decía."
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