Sanlúcar de Barrameda al día

 Barco carguero hacia Sevilla a través de la desembocadura del Guadalquivir; al fondo, Doñana

 Faltas un par de meses y cuando vuelves, ya se han producido ostensibles cambios en la rutina de Sanlúcar, -ninguno tan caro y de tan poco gusto como la remodelación del Paseo Marítimo-, pero sí importantes y significativos para el discurrir diario de los sufridos buscadores de placeres. Como en botica, algunas de las novedades  alegran el espíritu, otras, en cambio, van acompañadas de una espesa niebla que llena de tristeza nuestra alma, sin ir más lejos, el cierre hace un año de ese templo del beber que era La Habana, ¡que Dioniso la tenga en su gloria!

Mercado de Sanlúcar

Las de este fin de semana son del todo positivas. 

• La primera es que se ve por las calles más personal que otros años, coincidiendo esta apreciación con el barómetro infalible del Mercado, en el que de nuevo encontramos los típicos atascos circulatorios de épocas pasadas más benignas, o sea, que el personal vuelve a hacer acopio de los buenos materiales que en ella se exponen.

 

Cerveza ¡Cruzcampo! y pikislavis de pez araña

• La segunda tiene que ver con la cantina del citado Mercado. Ya no la regenta la familia que lo hacía habitualmente. Ésta ha pasado a manos del antiguo propietario quien ha tenido la feliz sensatez de no introducir cambios traumáticos en el negocio. A destacar que la cerveza sigue siendo una de las mejores que se puedan beber, acompañada, claro está, de su inseparable aperitivo,  y destacar, como añadido positivo, la incorporación de una manzanilla procedente de la cercana bodega La Cigarrera, así como la seducible  posibilidad de adquirir en cualquier puesto del mercado el producto que se antoje para que ellos te lo preparen en su cocina, recordándonos con este proceder el novedoso funcionamiento del “entrañable” mercado de San Miguel de Madrid.

  Productos inmejorables que ahora pueden ser adquiridos en uno de estos puestos y preparados y consumidos en la propia Cantina

Aquí está el resultado de nuestra compra una vez pasados por la plancha

• La tercera tiene que ver con los caracoles. Después de un largo invierno/primavera de lluvias, el producto está en unas condiciones inmejorables: tamaño excepcional, unido a un sabor y textura que los hace inigualables. Ya que la ciudad cuenta con Feria de la Tapa en octubre, del Mosto en diciembre, de la Tapa y la Manzanilla en marzo, y de la Manzanilla en mayo, propongo a los “bienpensantes” ¿sería factible una quinta Feria,  en el mes de junio, dedicada a este sabroso gasterópodo? Mientras tanto, nosotros nos dimos un homenaje y después de probar en muchos lugares, al final nos inclinamos por los que preparan en la bodega “La Espuela II”, donde también saboreamos una de las mejores manzanillas del recorrido, “Aurora”, con un aroma y paladar exquisito.

Caracoles y manzanilla: ¡Buen maridaje!

• En la cuarta, contar que -¡por fin!- cogimos abierto en esta ocasión el bodegón “La Cantora”, donde tuvimos la suerte de catar e incorporar - junto al “Aparcero” y “Casa Juli”-, un nuevo local donde sirven manzanilla pasada la “Gabriela”, de Bodegas Sánchez Ayala, todo un placer. 

• La quinta, informar de algún cambio y aperturas. El bar “Los Caracoles” de calle Descalzas se ha trasladado a la plaza de la Paz, y el local que éste ha dejado lo ocupa uno nuevo llamado bar “Las Descalzas”, y justo al lado han abierto otro “hospital” para casos de infarto que responde al nombre de bodegón “El Convento”. Debido a la limitación de tiempo y espacio, no podemos dar noticias de estas dos nuevas incorporaciones que dejaremos para más adelante, si Dios y nuestros sanguinarios políticos lo permiten.

• La sexta, confirmar que bar “Casa Navarro” continúa en el mismo lugar, lleno de gente -como siempre-, pero sirviendo el mismo material de costumbre y a un precio aceptable.

Casa Navarro: cuesta hacerse un hueco, pero merece la pena

Criaderas y soleras de Bodega del Río

• La séptima, y finalizo, la siempre agradable noticia de que han abierto al público una nueva bodega para la venta de vinos a granel, se trata de “Bodega del Río”, justo a la orilla del Guadalquivir, en la carretera a Bonanza. Como era temprano no hemos llegado a catar sus caldos -¡que sólo se sirven a granel!, aunque por la vista del producto y la cercanía a las brisas marinas que su proximidad a ellas le reportan, auguro que deben ser todo un lujo. Otro “trabajo” que dejamos pendiente para más adelante. Según nos informaron, tienen pensado embotellar para el próximo año, pero de momento es sólo un proyecto.  Bienvenida sea esta bodega a la lista de establecimientos de Sanlúcar, máxime en una difícil época de recesión económica y de escasa cultura vinatera.

 Despacho de Bodega del Río

Como habrán podido comprobar, ausentarse por unos meses de esta ciudad conlleva que a la vuelta nos encontremos este montón de novedades que, la verdad sea dicha, nos supone “un gran sacrificio” por la acumulación de tareas a realizar. Habrá que ir pensando en instalarse definitivamente en este paraíso del placer y el bien vivir que es Sanlúcar de Barrameda.