A los hombres del futuro
Vosotros, que surgiréis del marasmo en el que
nosotros nos hemos hundido, cuando habléis de vuestras debilidades, pensad
también en los tiempos sombríos de los que os habéis escapado. Cambiábamos de
país como de zapatos a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella. Y sin embargo,
sabíamos que también el odio contra la bajeza desfigura la cara. También la ira
contra la injusticia pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros, que
queríamos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables. Pero
vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros con indulgencia.
Ojalá llegue ese tiempo en que reine el buen trato y la amabilidad.
ResponderEliminarbesos de luz.
¿Tenemos esperanzas de que el hombre deje de ser un lobo para su propio hermano? Lo dudo Mari Carmen, y lo peor es que vamos cuesta abajo y sin freno.
EliminarUn saludo.