Hoy serán ellos (Smahs) los que hablarán a través de sus palabras escritas en 1968. Para ello, nada mejor que aquel "Manifiesto de lo borde", documento inaugural y programático en el que el grupo definía los principios artísticos e ideológicos por el que habría que discurrir su compromiso musical. El autor del citado Manifiesto fue Julio Matito, aunque hay quienes ponen en duda dicha autoría, pero lo cierto es que sea quien fuese el artífice de este genial documento programático, consiguió un excelente texto con bastantes coincidencias con las nuevas corrientes políticas que proliferaban por el resto del mundo.
"MANIFIESTO DE LO BORDE"
Cosmogonía de la estética de lo borde:
• Hombres de las praderas (Dylan, Hendrix, Jagger…)
• Hombres de las montañas (Manson, Hitler…)
• Hombres de las cuevas lúgubres (funcionarios)
• Hombres de las cuevas suntuosas (presidentes de consejos de administración, grandes mercaderes)
• Hombres de las praderas (Dylan, Hendrix, Jagger…)
• Hombres de las montañas (Manson, Hitler…)
• Hombres de las cuevas lúgubres (funcionarios)
• Hombres de las cuevas suntuosas (presidentes de consejos de administración, grandes mercaderes)
- Los hombres de las praderas son los únicos que están en el rollo y que han salido del huevo. Sus carnets de identidad son sus caritas.
- Los hombres de las montañas se enrollan por el palo de la violencia y la marcha física.
- Los hombres de las cuevas lúgubres se enrollan por el palo del dogma y te suelen dar la vara chunga.
- Los hombres de las cuevas suntuosas se enrollan por el palo del dinero y del roneo.
- No se puede hacer música en las cuevas del infortunio; hay que abrirse hacia las praderas.
- Las relaciones hombre de las praderas-mercader de las cuevas suntuosas son siempre de sado-masoquismo.
- Sólo se puede vivir tortilleando.
I. No se trata de hacer “flamenco-pop” ni “blues aflamencado”, sino de corromperse por derecho.
II. Sólo puede uno corromperse por el palo de la belleza.
III. Imagínate a Bob Dylan en un cuarto, con una botella de Tío Pepe, Diego el del Gastor, a la guitarra, y la Fernanda y la Bernarda de Utrera haciendo el compás, y dile: canta ahora tus canciones. ¿Qué le entraría a Dylan por ese cuerpecito? Pues lo mismo que a Manuel [Molina] cuando empieza a cantar por bulerías con sonido eléctrico:
Aunque digan lo contrario,
yo sé bien que esto es la guerra,
yo sé bien que esto es la guerra,
puñalaítas de muerte
me darían si pudieran.
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